Artes plásticas
Joyce Rivas y el arte que ensalza las imperfecciones
Desde siempre tuvo una curiosidad por las deformidades. Es una curiosidad casi obsesiva que la obliga a indagar y reflexionar a fondo sobre ese tema.
Bogotana de nacimiento, Joyce Rivas se dedicó a recorrer las calles de su ciudad para descubrir nuevas anomalías genéticas. En las horas de la tarde, acudía a los centros religiosos para ver cómo se concentraban personas con defectos estéticos y ella aprovechaba la ocasión para tomarles unas fotos.
Luego, se puso a crear objetos artísticos enfocados en las deformidades y así es cómo nacieron los brasieres para mujeres con seis senos o guillotinas para siameses de dos cabezas.
Muchas personas le han hecho esa pregunta inevitable: “¿Por qué te atraen tanto las imperfecciones?” y ella responde con una mímica reflexiva que no sabe. “Quizás haya algo inconsciente”, comenta con una sonrisa.
En su primera exposición inaugurada esta semana en la Alianza Francesa de Valledupar, Joyce se alegró de poder enfrentar su obra a un nuevo público y así descubrir nuevas reacciones.
Los cuadros que expone recuerdan los ambientes oscuros del barroco (y de pintores como Francisco Goya). En ellos se encuentran casos variados e impactantes como el enanismo, los siameses o la macrocefalia.
Son fotografías retocadas y deformadas con un escáner. Esa técnica tiene como nombre la escanografía y representa para la artista una manera fantástica de ponerse en la situación del otro.
Ella es la que posa en sus fotos y, de esta manera, se transforma en el máximo exponente de la deformidad. Una manera quizás de responder a sus propias preguntas y entender algunos secretos del deforme, pero también de llamar la atención, jugar con el público y provocar.
Su arte roza lo erótico y lo morboso. “Quiero saber cómo ama el deforme”, explica Joyce y esa búsqueda no sólo se limita a la experimentación artística. También se extiende al análisis de estudios bibliográficos como el de Michel Foucault (conocido por haberse dedicado de lleno a la locura y la deformidad) o de Peter Barnum (el célebre dueño de un circo que se dedicaba a comprar y vender deformes).
Pero esto no termina aquí. En el futuro, la artista quiere profundizar su búsqueda y explorar las problemáticas jurídicas, religiosas, sociales y culturales relacionadas. Esto la llevará a nuevos escenarios y métodos artísticos que todavía no ha contemplado.
En Valledupar, Joyce dice haber descubierto una ciudad hermosa y tranquila. Al llegar a la ciudad de los mangos, su primer reflejo fue irse al río Guatapurí para bañarse. Aunque pueda parecer extraño, no buscó nuevos casos de deformidad…
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