Cine
Trascendence: el peligro extremo de la inteligencia artificial
Con Trascendence, el director de cine Wally Pfister y su guionista Jack Paglen se atreven a poner en escena una de las premisas más temibles y atractivas de la nueva ciencia-ficción: la transcendencia virtual, es decir, la posibilidad de un cerebro de perpetuarse primero en un disco duro, después en la infinitud de internet.
Johnny Depp interpreta el papel de Will Caster, el mayor experto en inteligencia artificial y trabaja junto a su esposa Evelyn (Rebecca Hall) en un importante proyecto para el que tienen que recaudar fondos: se trata de crear una identidad digital tan potente como para poder conectarse a la red mundial y expandirse de forma viral
Durante una conferencia, Will es atacado por un grupo anti-tecnológico que pretende a toda costa frenar ese proyecto. Esa agresión obliga Will Caster a transferir su conciencia a una inteligencia artificial y, una vez conectado a la red, su poder se multiplicará de manera descomunal.
La voracidad del ya virtual y omnipresente Will –convertido en una entidad sin límites capaz incluso de manejar la materia a su antojo–, se convertirá en un peligro para todo y para todos. Una insaciable súper-inteligencia prácticamente indestructible que pone en jaque el futuro de la humanidad.
Transcendence se enmarca dentro del estilo de las películas de ciencia ficción que han inundado las salas de cine en los últimos 2 años. Se interroga por cuestiones similares a las que hemos visto en cartelera (atención a Lucy, de Luc Besson, y The Congress de Ari Folman): el supracerebro, el avatar como último elemento identitario, la hiperconectividad, la multiplicidad de pantallas y el cuerpo en proceso, el cuerpo como devenir.
Desde el punto de vista crítico, el planteamiento está cargado de ideas interesantes y la ejecución es eficaz, pero poco a poco la intensidad y la intriga van cayendo hasta confundir el espectador.
Lamentablemente, el guión de Jack Paglen dedica demasiado tiempo a detalles sin importancia, pierde el enfoque y termina contando varias historias sin emitir un mensaje claro.
La intención de los realizadores era engordar la acción y la tensión como una bola de nieve, hacerla más grande, pero el efecto es totalmente el contrario: cuanto más trascendente, metafísica y grandilocuente se pone la historia, más disminuye el interés del espectador por el todopoderoso Depp.
Natalia Fernández
0 Comentarios
Le puede interesar
El arte vallenato se abre puertas en el Circulo de Bellas Artes de Madrid
Algo de Valledupar se llevó Juan Pablo Bracho Salas cuando a los 12 años se trasladó a Madrid para vivir. El gusto por el arte...
Colombia en el espejo de su VI Semana de cine nacional
Bajo el eslogan ‘El cine que somos’, la gran cita bianual de cine colombiano está a punto de empezar. La VI Semana de Cine Col...
La invención de Hugo Cabret, la nueva película de Martín Scorsese
El tiempo lo es todo. Los relojes y los arreglos de Hugo, también. En esta nueva producción de Martin Scorsese –conocido por ser ...
Gabo, México y el cine
La relación entre García Márquez y el país azteca comenzó en la década de los 60, cuando siendo entonces corresponsal en Nuev...
‘De la escritura al montaje’, un laboratorio de formación audiovisual
Los realizadores audiovisuales locales no se detienen, insisten en propiciar espacios de concertación y formación que brinden s...