Literatura

Bajo el cielo e´Valledupar: Hacia la construcción de un Vallenato testimonial

Félix Molina-Flórez

03/04/2012 - 10:55

 

Caratula Bajo el cielo e´ValleduparEn el prólogo del ABC del vallenato, Daniel Samper Pizano despliega no pocas expresiones enaltecedoras para Julio Oñate Martínez. Y no se equivoca al reconocerlo como un hombre dotado de una inteligencia desbordante y una extraordinaria sensibilidad que le han permitido con éxito ser investigador, compositor y coleccionista a la vez.

Por eso, ¿quién más que él, que ha vivido desde tres flancos diferentes el vallenato, para darnos cuenta de cómo ha sido el proceso evolutivo y las historias que se tejen detrás de esta música que a diario toma más fuerza a nivel nacional e internacional, pero que a la vez parece distanciarse de ella misma? Cada palabra emitida por el compositor villanuevero puede ser considerada como una prueba casi fehaciente de verdad, o, por lo menos, en la que se puede auscultar un profundo aire de certeza.

Bajo el cielo e’ Valledupar es un texto que, junto con Cuando Matilde camina, reúne las historias de algunos de los más memorables cantos vallenatos. Con una mezcla de anécdota y periodismo, Julio Oñate se adentra en cada canción y nos otorga una clara mirada de su origen medular y los detalles que se encuentran detrás de los temas. Razón tiene Alberto Salcedo Ramos, quien prologa el texto, al sugerir que en este libro están las respuestas a muchas de las preguntas que por años han rondado en el folclor. ¿Quiénes han inspirado las canciones? ¿En qué circunstancia nacieron? ¿Qué trascendencia tiene el dato oral y anecdótico en la estructuración de cada canto? Pero una vez resueltas estas preguntas surge otra, algo inquisidora, ¿Para qué nos sirve, a la larga, conocer esas respuestas?

Sin duda, este trabajo del maestro Oñate tiene una especial importancia, sobre todo por el carácter testimonial que posee. Imaginémonos, dentro de 50 años, cuando la tecnología y la globalización completen los estragos. ¿Mediante qué mecanismo sabremos de las canciones de juglares como Rafael Camacho, que ya hoy han sido invisibilizados por un fenómeno extrañísimo de desmemoria y desconocimiento? Hoy, cuando la memoria ya no es el gran privilegio de la mente humana; hoy, cuando las bibliotecas viejas empiezan a incendiarse; hoy, cuando parece no interesarnos mucho nuestro propio origen, este tipo de trabajos se alzan como un testimonio vívido de una manifestación cultural y folclórica que, como un álbum fotográfico, mostrará las imágenes escritas a las futuras generaciones.

Por este libro sabemos que Emma González, —tema que volvieron un clásico los Hermanos Zuleta— tuvo un origen espontáneo en Ciénaga adonde fue invitado el maestro Julio y donde tocaban los hermanos Zuleta. Sabemos las razones por las cuales el compositor tuvo que otorgarle la autoría de la canción a Poncho y por la cual, hasta la fecha, no ha recibido ninguna retribución económica por efectos de regalías por parte del Pulmón de Oro. En este texto, también, se aclara de una vez por todas que el famoso paseo El humanitario es autoría de Joselito Ospino y no de Calixto Ochoa a quien se reconocía como creador de esta pieza musical, con lo que se reivindican los derechos del magdalenense.

Julio Oñate MartínezNos muestra Oñate Martínez, cómo mediante el vallenato se han hecho públicas algunas relaciones amorosas, y cómo, a la vez, se han terminado otras, ambos sucesos registrados en el acetato y en la memoria colectiva. Es el caso de Emilianito Zuleta quien con el paseo Indira hace pública una relación, que luego se rompe y de la que deja evidencias en otro paseo, La Peleonera, grabado por Villazón. Nos recuerda, Oñate, la avidez con la que Escalona emparentaba con notables dignatarios, lo que le facilitaba conseguir su cometido, como aquella vez que, por medio de un poema del legendario Guillermo Valencia conservado por Hernando Molina, el hijo del poeta, ya convertido en Presidente lo invita a Bogotá para que toque en el Palacio Presidencial, evento que inmortaliza Armando Zabaleta en el paseo la garra.

Y más anécdotas convertidas en canciones se suman a este álbum de la memoria musical, que resguarda historias realmente memorables. Conocemos, como si fuera una sintética biografía, los avatares sufridos por Rosendo Romero en la heroica adonde llegó con la idea de convertirse en médico y en la que se encontró, de frente, con la gélida realidad que tiene que sortear un provinciano en una ciudad turística, tal como el mismo Oñate lo refiere, situación que lo ayudó a crear una de las más hermosas canciones que tenga este folclor Noche sin lucero. Entendemos que detrás de algunas canciones del maestro Rosendo se esconde, muy probablemente, la influencia de escritores rusos como Tolstoi o Dostoievski.

Nos enteramos también que en 1948, mientras el mundo se estremecía por la muerte de Gandhi, en las cercanías de El Paso, el vaquero y músico Náfer Durán sorteaba las dificultades generadas por un verano extenso y la falta de dinero en El estanquillo, lugar al que iba los fines de semana, sin plata, a disfrutar de unos tragos de ron emparrandados, y al que le sacó un divertido paseo que sesenta y tres años después Diomedes desempolvó (recordemos también que Diomedes utilizó la melodía de el estanquillo en la piquería que sostuvo con Iván Zuleta después de su separación).

Bajo el cielo e’ Valledupar agrupa no solo apartes de canciones que hoy son un clásico, sino que guarda en su interior las historias, reales, que las forjaron. Tarea difícil de hacer ahora, cuando el vallenato raizal, historial y vivencial parece ser cosa del pasado. Sería muy difícil, en medio de una evolución descontextualizada y disonante, construir un álbum musical, (en el sentido gráfico del término) con algunas de las canciones actuales debido a que carecen de forma y sentido y, por lo tanto, de una motivación espontánea o generada por la experiencia interior como dice Ángel Rupérez.

¿Cómo explicar el origen de esas canciones que, más allá de ser descriptivas, líricas, narrativas o enunciativas, son un cúmulo de expresiones vagas? ¿Acaso no es este libro una invitación a que meditemos que el vallenato puro ha sido desplazado gradualmente por un “género” musical nuevo, instrumentalizado, que carece del elemento medular que es la historia coherente o la anécdota en la que debe de estructurarse? ¿Acaso no es un cofre que guarda el tesoro de un testimonio real? ¿Acaso no es la base empírica en la cual los investigadores pueden construir sus presupuestos teóricos e hipótesis?

Sin embargo, creo que más allá de toda indagación hipotética queda una profunda reflexión sobre qué pasará con el vallenato genuino. No se pretende negar, y el maestro Oñate tampoco lo hace, que todo proceso es susceptible de una evolución que por lo demás es lógica y necesaria; pero lo que se cuestiona es el desconocimiento de los nuevos cultores de la música quienes pretenden hacer rupturas sin conocer, como debieran, la herencia que pretenden dejar atrás. (¿Cuántos de los músicos y compositores de las nuevas generaciones están preocupados por la herencia musical y han abordado la literatura del vallenato para tener una noción elemental de esta expresión?).

Este libro nos invita a no olvidar lo autóctono, lo puro, lo primigenio. Es una muestra fehaciente de que una de las preocupaciones del maestro Oñate es propender por la conservación de esta cultura que por años ha defendido. Invito, sobre todo a los nuevos compositores, a que lean este libro.

Sobre el autor

Félix Molina Flórez

Félix Molina Flórez

Piedra de sol

Félix Molina Flórez (Valledupar 1986). Docente, promotor de lectura y bibliotecario. Ha publicado algunos textos poéticos, narrativos y ensayísticos. La columna "Piedra de sol" es un espacio donde se abordan temas relacionados con la literatura, la cultura y las artes en general.

1 Comentarios


Jairo Josué García Carvajal 19-08-2015 10:02 AM

Buenos días, soy un cachaco vallenatomano eterno, megustaría saber donde puedo adquirir estos y otros libros investigativos del folclor vallenato.

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