Cine
American Pie - El reencuentro: cuando el sexo es una obsesión
Los que llevamos más de diez años yendo al cine o devorando películas en casa conocemos obligatoriamente American Pie.
Esta comedia americana, en la cual un grupo de jóvenes se propone acabar con su virginidad por todos los medios, ya es un fenómeno de masas que ha atravesado varias generaciones y todo esto queda reflejado en una secuela de 3 películas.
Sus directores –Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg– pueden estar contentos por haber generado tanto ruido y tanto dinero con una idea tan sencilla y primitiva. Realmente, el sexo mueve montañas.
Mantener la expectativa creada por las dos películas anteriores, no es nada fácil. El reto queda en encontrar nuevas bromas o elaborar un guión sorpresivo que permita enganchar al espectador.
En esta ocasión, los directores optaron por reunir a los actores de las dos películas en un reencuentro 10 años después. La idea no parece muy original, pero ¿quién dijo que American Pie era una película original?
Debo decir que, en regla general, la persona que va a ver a Americana Pie al cine lo hace por dos razones: (1) nunca la ha visto antes o (2) se trata de un fanático que no se pierde un solo episodio.
De la misma forma que las películas Rambo y Rocky, American Pie se ha ganado un gran número de seguidores que ya ni se fijan en la calidad del guión o de los chistes. Sólo desean encontrarse de nuevo ante los mismos personajes que han amenizado sus tardes.
¿Pero qué descubrimos con esta nueva secuela? Pues, primero y antes de todo: una atmósfera nostálgica con un fondo rosado. Algunos amores se han consolidado –como Jim y Michelle que siguen felizmente casados–, y otros amores terminan en rupturas o desastres.
Stifler, por ejemplo, es el arquetipo del hombre siniestro que no logra mejorar nada en su vida. Desde los inicios de la película se ganó la fama de personaje caótico y vacilante, y en esta película nada cambia.
Heather sale ahora con un cirujano un poco inseguro que quiere parecer joven. Finch se empecina en salir con una camarera y, para eso, usa sus conocimientos de viajero global.
Pronunciarse sobre la calidad de esta película es como criticar las ideas de un partido político. Los fanáticos de American Pie nunca me lo perdonarán, pero de igual manera me atrevo a decir que es una de las películas más aburridas que he visto este año. Incluso Lorax –una película de animación para niños– me causó más interés.
El motivo de este aburrimiento es muy sencillo. Ya me cansé de ver a los mismos de siempre hablando de los mismos problemas. Ya me cansé de verlos a todos con las mismas ganas de sexo y esa sequía mental.
A los 30 años no se puede seguir pensando de la misma forma que a los 19, y si es así, debe haber un problema mental grave.
Seguramente mucha gente se reirá con American Pie: El Reencuentro, pero los que buscan una trama novedosa, una película entretenida que no nos dé la sensación de estar viviendo un “déja-vu”, saldrán descontentos.
Sobre el autor
José Luis Hernández
La Lupa literaria
José Luis Hernández, Barranquilla (1966). Abogado, docente y amante de la literatura. Ofrece en su columna “La Lupa Literaria” una perspectiva crítica sobre el mundo literario y editorial. Artículos que contemplan y discuten lo que aparece en la prensa especializada, pero aplicándole una buena dosis de reflexión y contextualización.
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