Patrimonio

El centro histórico de Valledupar IV

Alberto Muñoz Peñaloza

21/04/2016 - 06:05

 

La Plaza Alfonso López en Valledupar

El epicentro del sector histórico de Valledupar, constituye un espacio ancestral cuya identidad reside en la fortaleza emocional que propicia, sin menoscabo de la cuna histórica que representa, ser depositario de la tradición, la evolución urbanística y social de "la ciudad" y punto de encuentro colectivo.

Pese a la habilitación de otros espacios novedosos y/o necesarios: aeropuerto Alfonso López, Terminal de Transportes Miguel Meza Valera, glorieta La Pilonera Mayor, Parque de la Leyenda Consuelo Araujo Noguera -entre otros-, la Plaza Alfonso López sigue vigente como el punto atrayente a propios y visitantes, el imán local, museo subliminal del ideario, memoria y fuerza inherente a la vallenatía, en gracia de lo cual reside la autoestima colectiva y la afirmación a su territorio en el caso de los vallenatos y de quienes -sin ser catalogados así- aman la ciudad y, con su hacer, se comportan como tal.

El mundo se interesa en los centros históricos y desde hace bastante, en diferentes ciudades del orbe se promueven planes de rescate, revitalización, aprovechamiento cultural, social, urbanístico y turístico, como parte integral de su realidad incorporada al desarrollo de aquellas.

Afloran de ese interés interrogantes claves, por ejemplo, ¿para quién conservar, renovar y revitalizar las áreas históricas? Y retos que parten de sueños ineludibles: preservar y valorar el patrimonio y la identidad urbana, optimizar las expectativas de vida urbana de calidad de sus habitantes a costo asumible sin dar lugar al desplazamiento, proteger y enriquecer la realidad cultural, atender las expectativas de servicios de calidad en la oferta turística, asumir y garantizar en lo posible, las expectativas de rentabilidad económica del sector empresarial, asegurar la sostenibilidad económica, social, ambiental y de gobernabilidad. Garantía de derechos ciudadanos con imperio del orden y el sano discurrir de la cotidianidad, el disfrute y la ganancia espiritual y material.

Surge, como premisa básica para la materialización del proceso de recuperación y reactivación del centro histórico, el reconocimiento y aplicación del concepto de diversidad social, económica y cultural en las políticas y actuaciones. Para ello se requiere voluntad y decisión política, institucionalidad para la gestión del centro histórico, planificación, financiamiento, normativa y continuidad.

Respecto de la institucionalidad para la gestión del CH, diversos modelos se aplican: Comisión Especial Permanente de la Ciudad Vieja, Montevideo (desde 1982); Corporación de Desarrollo de Santiago, Santiago de Chile (entidad privada sin fines de lucro, desde 1985); Corporación Antiguo Puerto Madero S.A., Buenos Aires (desde 1985); Fideicomiso del Centro Histórico, México D.F (desde 1990, en un inicio privado y ahora público); Oficina del Historiador de La Habana (entidad pública, con competencias delegadas, desde 1993); Empresa del Centro Histórico de Quito (asociación público-privada, 1994 - 2005).

En 2015, durante los días 18 y 19 de noviembre, de 2015, se llevó a cabo en México D.F, el seminario internacional ¡Viva el Centro! Organizado por el Gobierno de la Ciudad y el Banco Interamericano de Desarrollo, dirigido a las Altas autoridades de los gobiernos de América Latina y el Caribe, responsables por las políticas públicas en materia de revitalización, desarrollo urbano y económico, y gestión de los centros históricos: "manifestación viva de la cultura de América Latina y el Caribe, y representan una gran oportunidad para la transformación urbana integral de las ciudades".

El evento dio a conocer experiencias exitosas de revitalización, que incentivan a tomar acción para contribuir al desarrollo sostenible y equitativo de las ciudades. El evento sirvió de marco para conocer de primera mano la experiencia del centro histórico de la Ciudad de México, reconocida por su modelo de gestión y planificación. 

Los ejes temáticos centrales tratados: 

1-. La gente primero: Estrategias para revertir el despoblamiento de los centros históricos y generar dinámicas que promuevan la sostenibilidad, incluyendo la inserción económica, social y cultural de los residentes.

2-. Centro y ciudad: Intervenciones urbanas estratégicas que detonan los procesos de revitalización y estructuran el desarrollo urbano sostenible de la zona y su integración con la ciudad en su conjunto.

3-. Todos somos socios: Instrumentos y herramientas de financiación para viabilizar las acciones estratégicas para detonar y sostener los procesos de revitalización en el tiempo. 

4. Gobernando la complejidad: Estructuras institucionales para la gestión efectiva de los procesos de revitalización y la articulación de actores clave, a saber, sociedad civil, sector privado y sector público. 

El Centro Histórico de la Ciudad de México, una de las apuestas más exitosas en recuperación y conservación, ejecuta el Plan de Manejo Integral, con vigencia 2011-2016 y quedó inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, el 11 de diciembre de 1987, de manera conjunta con Xochimilco. Su centro histórico evidencia la transformación de una ciudad con más de 700 años de historia.

El Centro Histórico ha sido y, continúa como tal, punto de encuentro entre culturas. El Plan es el marco de una política pública integral que trasciende los periodos de gobierno y los intereses sectoriales, y se constituye por tanto en el eje rector del mejoramiento progresivo del sitio y del sostenimiento adecuado de su desarrollo. "Es un instrumento preciso y ejecutivo pero sobre todo moldeable según el diagnóstico permanente actualizado de los problemas, las condicionantes y potencialidades. Es por ello que el Centro Histórico se aborda como proceso y no como un estado, de ahí la necesidad de seguimiento, la evaluación y retroalimentación con todos los agentes del desarrollo". La ejecución del Plan, está a cargo de la Autoridad del Centro Histórico: Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México. Como mecanismo de seguimiento y evaluación operan, el Comité Consultivo para el Rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México y el Comité Ejecutivo para el Rescate del Centro Histórico integrado por: tres representantes del gobierno Federal, tres representantes del gobierno de la ciudad, tres representantes de la sociedad y el Comité de Expertos, Académicos y Sociales, con base de apoyo universidades, expertos y UNESCO. Las líneas estratégicas del Plan son: revitalización urbana y económica, patrimonio, habitabilidad, prevención de riesgos, movilidad y vida ciudadana.

Entre 2004 y 2009 la inversión privada aumentó en un 51%. Se han rehabilitado cerca del 50% de las calles del perímetro A del C.H. Alrededor de 1 millón de personas se mueven cada día en el Centro histórico. Opera la Escuela de Formación Ciudadana y Conservación del Patrimonio, acciones de cultura cívica, se realizan talleres de plantación participativa, promoción de vida comunitaria y valores culturales.

En la revista INVI, del Instituto de la Vivienda, Facultad de Urbanismo y Arquitectura, en la Universidad de Chile, en la edición No. 51, de 2004, se lee el artículo "Centros Históricos: El Auténtico ADN de las Ciudades" por Antonio Sahady Villanueva y Felipe Gallardo Gástelo, del cual es dable resaltar que "La ciudad no dejará de mutar mientras exista: se expande, se concentra, se densifica, se vacía. Pero es en el centro fundacional donde se pueden advertir los verdaderos genes de su verdadera identidad. Aún cuando todos los centros históricos occidentales coinciden en ciertos rasgos arquitectónicos y urbanos, independiente de sus coordenadas geográficas, cada uno de ellos carga con un conjunto de huellas esenciales que los hace únicos e irreproducibles (...)

¿Cuál es la orientación que debe conducir la evolución de las ciudades para el presente milenio? Como primer paso, sin duda, procurar una acción centrípeta, concentrando los esfuerzos en su núcleo primigenio. Y es que, a través de la historia, han sido los embriones fundacionales los que representaron el poder civil y religioso, el verdadero corazón de sus pactos y de sus luchas. Constituyeron, además, el ámbito privilegiado en el que se acrisolaban los foros políticos, económicos y sociales. En derredor de estos núcleos se expandía, crecía desconcertadamente el tejido urbano y sus arrabales.

Las últimas décadas han visto, sin embargo, la paulatina extinción del poder que ejercieron por siglos los centros fundacionales. Los nuevos desarrollos urbanísticos, siempre periféricos, fueron arrastrando al habitante hacia los márgenes de la ciudad, bajo la promesa de una mejor calidad de vida. ¿Para qué seguir padeciendo la obsolescencia de las instalaciones y servicios, la degradación de los inmuebles, la toxicidad progresiva del aire, la congestión vehicular? Como contrapartida disfrutarían de atractivos barrios en ciernes, cuyo planeamiento arquitectónico habría de satisfacer plenamente sus necesidades crecientes (...) ¿Cómo explicar la degradación de ciertas zonas consolidadas de la ciudad? ¿Qué factores justifican su inexorable extinción? Una de las causas puede ser, tal vez, el aumento del nivel de vida de los estratos de inferiores ingresos económicos que ha migrado hacia barrios nuevos a costa de despoblar el área tradicional.

La deficiencia de dotaciones de servicios dentro de la vivienda, contrastada con las nuevas exigencias del mundo contemporáneo en cuanto a la calidad de vida, asociado a la aspiración de un cambio de imagen externa. Las consecuencias de todo ello están a la vista en el centro histórico: gran cantidad de casas abandonadas, amenazadas de ruina, derribos improcedentes y algunas bien intencionadas acciones que pretenden una renovación, pero que casi siempre terminan despreciando todas las recomendaciones que se hacen respecto del cuidado de la arquitectura de valor histórico, arquitectónico o pintoresco. Para llevar a buen fin una determinada actuación en un caso aislado de rehabilitación se precisa de directrices generales muy claras y estudiadas, susceptibles de amoldarse, según sea el caso, a las condiciones que impone el escenario. Y es que cada ciudad y, por consiguiente, cada centro histórico es totalmente distinto del resto, por lo que sugiere un tratamiento exclusivo (...)".

Así las cosas, el camino emprendido -pese a las barreras mentales, o de cualquier otra índole, conducirá al logro del objetivo central y más temprano que tarde, el centro histórico resplandecerá para bien de su conservación y disfrute por las actuales y las generaciones venideras.

 

Alberto Muñoz Peñaloza
@albertomunozpen 

Sobre el autor

Alberto Muñoz Peñaloza

Alberto Muñoz Peñaloza

Cosas del Valle

Alberto Muñoz Peñaloza (Valledupar). Es periodista y abogado. Desempeñó el cargo de director de la Casa de la Cultura de Valledupar y su columna “Cosas del Valle” nos abre una ventana sobre todas esas anécdotas que hacen de Valledupar una ciudad única.

@albertomunozpen

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