Literatura
Máxima expectación en la presentación de Muerte de cruz
El lanzamiento de una obra literaria siempre es un motivo de regocijo para un autor y más aún, cuando –como fue el caso esta semana–, el público responde cálidamente con ese deseo manifiesto de conocerlo y apoyarlo.
Pepe Morón ya tuvo la ocasión de presentar su primera obra “Muerte de cruz” en Argentina, país donde terminó su carrera de periodismo, y esta presentación en Valledupar supone una vuelta al origen y un encuentro con un lector distinto.
La Muerte de Cruz es una novela con fondo social. Una publicación que aborda temas tan delicados cómo la prostitución y el transgénero pero con una fluidez y un ritmo que sólo permite la novela.
La literatura de José Morón es fresca y sin tabúes. En “Muerte de cruz”, el autor llama las cosas por su nombre, describe la vida cotidiana con una precisión escrupulosa, sin caer en el paternalismo o el amarillismo desmesurado.
Por eso, cuando le preguntan si su obra contribuye a la visibilización de ciertos grupos sociales hasta ahora marginados, él responde sin inmutarse –y con la conciencia de un escritor moderno– que “describe la realidad”. Razón suficiente para escribir y contar una historia.
Ésa es quizás la función más importante de un escritor: hablar de lo que le rodea sin temores, hacer de lo desconocido algo cercano y comprensible. Y en este aspecto, José Morón marca tendencia.
No es tanto el atrevimiento del autor lo que debe celebrarse en este caso sino su libertad de abordar un tema y narrar lo que ha podido conocer de primera mano (ya que Pepe Morón redactó una tesis sobre la prostitución y el uso de drogas durante sus estudios de comunicación).
La presentación fue un verdadero éxito, pero no solamente debido a la respuesta del público sino por la sintonía y el debate que nacieron espontáneamente en la sala múltiple del Banco de la República.
Los presentes se interesaron por el proceso de creación y pudieron ver en Pepe un escritor exigente que dedica tiempo a redactar y corregirse. Es detallista, casi milimétrico, y por ese motivo, el autor reconoce haber tenido momentos de duda durante un proceso de creación que parecía interminable.
Sin embargo, el resultado final está a la altura de lo esperado y, a ese respecto, Pepe Morón reconoció estar orgulloso de la trama, de los personajes y de la presentación visual del libro que logra suscitar el máximo interés del lector.
El director de la Casa de la Cultura, Alberto Muñoz Peñalosa, intervino en el acto para destacar la trayectoria del autor y su amor por la literatura. También habló de la “necesidad de cambiar de paradigmas en términos culturales para que la lectura y el ejercicio de escribir ganen cada vez más terreno en el Cesar”.
Preguntado sobre sus planes de futuro, José Morón dijo que estaba inmerso en la escritura de su segundo libro. Una obra que no tiene nada que ver con los temas abordados en “Muerte de cruz” y que afianzan su imagen de escritor inquieto. Hasta entonces, sólo nos queda leer su primera novela y deleitarse con su prosa.
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