Literatura

Tres poemas de Yolaida Padilla

Redacción

20/02/2012 - 13:04

 

Yolaida PadillaYolaida Mercedes Padilla es –además de docente–, una poetisa con una energía y una sonrisa indoblegable. Nacida en San Diego, heredó el amor de su abuelo acordeonero por las cumbiambas y la música vallenata. De la misma manera, su padre vivía las letras de las canciones, las cantaba y en sus gestos plasmaba ese entusiasmo que Yolaida demuestra, ahora, en cada acción que emprende.

Antes de regalarnos algunos de sus últimos poemas, nuestra poetisa nos invita a conocer ese universo poético que la llevó a componer versos. Ya desde muy pequeña, cuando su padre se iba a la finca, Yolaida cogía la radiola y los discos y se extasiaba escuchando las letras hermosas de Alejo Durán, Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa, José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Javier Solís y muchos otros.

Con sólo 13 años, las letras de la canción “Cataclismo” la conmovían: “Desesperada presintiendo tu partida, me imagino que te has ido para ver la reacción que sufriremos cuando estemos separados y tú pienses en mis besos…”

A partir de aquella época, Yolaida Padilla fue acercándose siempre más a la poesía, al mundo de las palabras y sus metáforas. Desarrolló un sentido especial para contemplar las cosas bellas de la vida, la ternura, la dulzura y la gente.

El primer poema que compuso se llama “Mirando a las estrellas”: unos versos que hablan del amor desde una óptica adolescente e inocente. Después llegaron otros poemas dirigidos a su madre.

Sus influencias son numerosas pero hemos de destacar a Pablo Neruda: el primer poeta que leyó. Luego, Gabriela Mistral la fascinó por su inmensa calidad humana y su marcado amor por los niños. Ese amor por los niños, Yolaida lo comparte y, quizás por eso, lleve 25 años trabajando como maestra con niños de 1 a 4 años.

Su primer libro de poemas se titula “El tiempo y el amor” y los poemas que siguen son inéditos. Tómense el tiempo de leerlos con calma y de compartirlos…

 

TREN  SIN REGRESO

 

Embarcarse en ti

Es abordar un tren

De infinitos vagones

Los cuales llevan silencio

Si deseas bajarte… ¡no puedes¡

Porque te condicionan

Que tienes que esperar

Que pase el último

Mientras tanto

Se te va la vida

Porque no tiene puertas de salida

Estando dentro descubres

Que es inamovible

Eres  ¡un tren sin regreso¡

[San Diego Enero  25 de 2012]

 

LOS  NIÑOS

 

De los brazos maternos

Llegan los niños a mí

Se sienten solos desamparados

Gritos y lágrimas sin fin…

Ariscos temen desconsolados

Nada reciben, soy para ellos

una completa  desconocida

sus deseos, sólo es huir

buscan la puerta de salida.

¡Dios ayúdame, dame fortaleza!

Suelo decir ante el caos de llanto

Y el dueño de los Cielos y la Tierra

Convierte mi voz en suave canto.

Los chiquitines, con el paso de los días

Poco a poco van cambiando

Con dulce trato y con caricias

Su confianza me voy ganando.

Cuando se van adaptando

A estar en su nueva casa

Y que empiezan a quererme

Aunque vengan a buscarlos

Felices ¡no quieren irse!

Quisieran seguir jugando.

Más de veinte años de experiencia

De arduo y maravilloso trabajo

Con la ayuda de DIOS, de mi esposo,

La vocación, la paciencia,

La responsabilidad y el cariño

Cada año logro salir adelante

Con mi hermoso  grupo de niños.

 

[San Diego febrero  2011]

 

 

TE RECUERDO

 

Te recuerdan las horas yertas

La brisa irónica al danzar

Las lerdas y ajadas hojas al cabecear

El polvo que se levanta en la calle

Cuando el ruido de la ciudad perturba el alma

Y penetra silbante al oído.

Y yo… te recuerdo

Con la gente que tropiezo al pasar

Con mis pasos lentos que hacías agigantar

Pensando en el pétreo lecho

Que  taciturno nos solía albergar.

 

Te recuerdo…

Cuando el sol muere arisco en mi espalda

Cuando las horas picos acechan las avenidas

Y corro absorta al cruzar.

Te recuerdo … ¡Cuánto te recuerdo!

Al mirar desolado el cómplice murito

Que me amparaba hasta verte asomar

Y el corazón rebotaba  en mi pecho

Arropado por la ansiedad

Invadida  por dulce pánico

Avanzando hacia tus brazos

Rumbo a la felicidad.

 

Hoy  cuando el tiempo pasó

También  te recuerdo… a solas…

En el oscuro laberinto de mi intimidad

Con el  ruidoso ventilador que mueve triste

La arandela  azul de mi sábana muda

De pronto me levanto…

Salgo al patio, miro el sol y… descubro

Que  tú recuerdo….

¡!tú recuerdo es lo más lindo!!.

Y lo he de llevar conmigo

Hasta  la misma eternidad.

 

[San Diego, enero  2012]

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