Literatura

Pescar en mares literarios

Victor Niño

08/04/2019 - 06:10

 

Pescar en mares literarios

 

Mucha gente que he conocido de varios estratos sociales y culturales, han estado de acuerdo en decirme que no empiezan la lectura de un libro más o menos voluminoso pues no son capaces de terminarlo o pierden el hilo de la lectura pues sus ocupaciones a veces no les dan para ocuparse de literatura con tiempo.

Así, temen apropiarse de un libro, y tienen razón, pues la lectura de una novela de unas quinientas páginas exige, además de una lectura hedonista (no creo en la lectura rápida en materia de literatura) voluntad de leer o paciencia, y eso es lo que teme la gente de  la lectura: se acabó la paciencia, pues el tiempo nos dio por donde sabemos; el tiempo utilitario nos ha destrozado la paciencia.

Pero el tema a tratar es el del mar literario con el que se ha despertado el mundo actual, por eso Borges dejaba los libros que sentía pesados y ponía énfasis en releer los libros que lo habían conmovido; el Ulises de Joyce lo sintió horriblemente pesado.

De ahí la necesidad, si se ha seguido por el camino de lector, de volverse un buen navegante en el mar de literatura que hoy nos anega; catálogos por miles hay sobre que leer hasta el diagnóstico que se debe leer los clásicos como sinónimo de muy buena literatura.

Pero el hecho de que leer es un hecho dificilísimo, así estén destacados docentes de literatura (algunos prefieren hacer análisis extensivos de telenovelas) y más si los llamados estructuralistas han acabado con la noción de lectura: ahora se puede leer hasta el aire.

Como los Griegos clásicos que consultaban sus oráculos, el mío sin lugar a dudas es Rafael Gutiérrez Girardot, fallecido hace poco tiempo, colombiano, y que entró a formar parte de los "arquitectos de América" con Andrés Bello, José Enrique Rodó, José Martí, Manuel Enríquez Hureña, Alfonso Reyes, Mariano Picón Salas, entre otros.

En este tiempo  que nos cubre con impaciencia, nos ahorra en una proyectada lectura que hubiera podido desgastarnos. Así sus conocimientos de germanística me alertaron sobre los mamotretos de Gunter Grass en el artículo El rodaballo y la identidad perdida, al que ya le había echado el anzuelo.

Gunter Grass había engrosado las filas de una literatura de mercado que siempre le había sido esquivo. Con el Rodaballo, que asocian a una visible influencia de Gabo, hizo una fortuna, y lo llamó la fama mundial, la que no pudo librarlo de la ortodoxia autoritaria a que fue condenada las últimas generaciones de intelectuales alemanes.

 

Victor Niño

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Tres poemas de Yolaida Padilla

Tres poemas de Yolaida Padilla

Yolaida Mercedes Padilla es –además de docente–, una poetisa con una energía y una sonrisa indoblegable. Nacida en San Diego, her...

El décimo mandamiento

El décimo mandamiento

Sentado en su silla, meditando sobre los mandamientos que acompañan el destino del hombre, bajó su vista y se concentró en el  déc...

El gato que venía del cielo, de Takashi Hiraide

El gato que venía del cielo, de Takashi Hiraide

Confieso que amo los gatos, sólo he tenido uno, fue hace muchos años, cuando estaba en la universidad, desafortunadamente tuve que ...

Jorge Franco: “La escritura puede sortear cualquier obstáculo”

Jorge Franco: “La escritura puede sortear cualquier obstáculo”

En medio de los ires y venires de ese auténtico pandemonio que puede ser la Feria Internacional del Libro de Bogotá un fin de semana...

Cuarenta y Tres metros

Cuarenta y Tres metros

  Fue suficiente un roce de miradas para que nos conectáramos desde las dos orillas de un río de personas y mesas. Aquella  mujer ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados