Música y folclor
Héctor González: “La influencia africana es notable en el vallenato”
Toda música responde a una convención. Se construye sobre una lista de normas explicitas e implícitas que varían según la época. La música es un lenguaje vivo que no deja nunca de evolucionar. Se adapta a las personas, la cultura, el idioma, las costumbres y la tecnología de cada época.
El músico y concertista Héctor González evocó estos aspectos en su ponencia durante el II Encuentro Nacional de Investigadores de la Música Vallenata y abrió de esta manera una ventana para entender los cambios que ha conocido y seguirá teniendo la música vallenata en los próximos años.
En un primer tiempo, Héctor González describió los elementos que influyen en la construcción de las frases musicales de la música vallenata. Destacó el lenguaje europeo u occidental, pero también la importancia de un instrumento como el acordeón diseñado sobre un fundamento popular: la tensión y la distensión.
Según el ponente, este principio de “tensión y distensión” es el que configura la música vallenata y el que determina el modo en que se construyen las canciones. “Así funciona la música de occidente y así funciona también la música vallenata”, explicó Héctor González.
Los compositores e intérpretes de la música vallenata responden de manera intuitiva a una serie de acuerdos y normas que permiten reconocer el género en el que están. Dicho de otro modo, comparten un lenguaje y unos códigos que les da una identidad y les condiciona a la hora de crear una frase musical.
“Cada lenguaje ordena unos códigos familiares”, sostiene Héctor González y ese concepto de familia es interesante ya que nos invita a mirar el Vallenato de una manera insólita: con sus padres protectores (los defensores de la tradición y del lenguaje) y los hijos más o menos conservadores (motores de cambio e innovaciones).
Ante este panorama lingüístico, el músico destaca un hecho que todos conocemos pero en el que hemos de indagar mucho más. La música vallenata es el fruto de un gran mestizaje entre tres culturas: la europea, la africana y la indígena. ¿Y esto qué significa? Que tres formas diferentes de concebir la música –o tres lenguajes– se han fusionado con el tiempo y los avatares de la historia para crear un nuevo lenguaje musical.
Sin embargo, este proceso de aculturación no remonta a la esclavitud. Según Héctor González, la asimilación entre cultura europea y africana ya había iniciado antes de ese periodo con otros intercambios culturales.
“La influencia africana es notable en el vallenato –comenta Héctor González– y se hace notar en el desplazamiento de los acentos […]. Tocar como se toca en Europa supone tocar en la medida, sin fallo. Mientras que la tradición africana implica extender esa medida y añadir un acento”.
PanoramaCultural.com.co
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