Música y folclor
Rita Fernández: “Los artistas vivimos dos veces”
Hay algo en Rita Fernández Padilla que subyuga. Algo que tiene que ver con su forma de ser, de vivir y de concebir la música.
Ya en una nota anterior habíamos sacado a relucir la esencia poética de la autora del himno de Valledupar, pero cada encuentro es una fuente exclusiva de anécdotas, y en un conversatorio organizado en la Biblioteca Departamental volvimos a ser testigos de ese lirismo artístico que vibra con cada palabra.
Rita Fernández es antes de todo esa persona que vive por y para el arte, que contempla las maravillas de la vida y lo expresa con toda la paz del mundo. Esa paz es la que fascina. Gracias a ella no teme decir las cosas como las siente, y siempre con una sonrisa.
“Pudo más la libertad poética que un matrimonio”, explica la compositora después de anunciar su soltería. No fue por accidente ni por imposición, sino porque ella decidió que nadie la limitaría en su creación.
De joven, cuando participaba en distintas agrupaciones musicales, ella percibió que las parejas podían constituir un impedimento para el crecimiento personal y creativo. Los grupos femeninos iban diluyéndose por culpa de unos novios que influían directamente en el rendimiento y en el compromiso.
Ella, sin embargo, lo tuvo siempre muy claro: viviría para la música. Y no por falta de hombres, sino porque su alma poética le exigía esa libertad que requiere la inspiración y la creación. Entonces, logró combinar dos elementos que hoy prevalecen en su vida: su fe en Dios y su amor por la música.
“Mi convento es la música”, expresó Rita antes de explicar que con la música y la composición, descubrió una forma de disfrutar de cada instante, de vivir plenamente. “Los artistas vivimos dos veces –manifestó–: la vida del alma y la vida del cuerpo”.
En cuestiones religiosas, Rita Fernández reconoció acudir relativamente poco a misa, pero que eso no le impedía tener una vida espiritual especialmente rica. “No soy misera, pero sí soy mujer de reflexión, de oración. Tengo una sintonía permanente con Dios”.
La clave de su estado de plenitud puede resumirse con una palabra: agradecimiento. “Vivo en un estado de gratitud infinito –explicó– que me hace sentir tal vez la mujer más feliz del mundo”. Y con ese estado de agradecimiento, Rita compartió algunos de sus temas más conocidos y nos adelantó la noticia de una producción que debería llegar en breve…
PanoramaCultural.com.co
0 Comentarios
Le puede interesar
Las parrandas privadas, la faceta más desconocida del Festival
Lejos de los escenarios multitudinarios y los carteles que animan el Festival Vallenato, numerosas casas particulares se transforman en...
Alejandro Durán, un hombre convertido en leyenda
Con el fallecimiento de Alejandro Durán murió un humano, pero nació una leyenda llamada cariñosamente “El Negro Alejo”, lo ...
La noche en que Rafael Orozco cantó el Himno Nacional en el Festival Vallenato
¡Oh, gloria inmarcesible! ¡oh, júbilo inmortal! ¡en surcos de dolores el bien germina ya! La noche del viernes 27 de abril de 1...
La Ciencia y el Vallenato
En un debate sostenido en un grupo de Facebook, dedicado a la música vallenata, entre la barahúnda de comentarios, se planteó al...
Un pedazo de acordeón y dos trotamundos
La vida tiene sus trucos y se las arregla para ir ubicando en su orden las piezas del rompecabezas gigante que parece ser la huma...