Música y folclor

Luis Enrique Martínez y Pedro Castro Peña

 

"En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano"

[Proverbios 17, 17]

El legado mágico de la juglaría: una ruta llena de historia y folklore, desde El Difícil hasta Plato, donde los instrumentos europeos llegaban por el río Magdalena. Una región rica en tradiciones, con el Guamo, El Carmen de Bolívar, San Juan de Nepomuceno y otros como sus tesoros culturales. En el vibrante desarrollo que engalanaba esta tierra, Plato brillaba, con fábricas de jabón, velas, hielo, cines, y almacenes llenos de telas gracias a la llegada de los turcos.

En esta región prodigiosa, sus habitantes se destacaron como magníficos anfitriones, organizando ferias ganaderas, peleas de gallos, cabalgatas y festividades patronales junto a los comerciantes, sin desmeritar los carnavales una de las fiestas más grandes de Plato Magdalena junto al festival del hombre caimán.

Resultaba irresistible no visitar estos lugares, debido a la multitud de intereses que ofrecía. Estos movimientos culturales atrajeron a los Juglares de la Guajira y el Cesar, quienes frecuentemente recorrían la región, añadiendo su encanto y talento a la ya vibrante Juglaría.

En este fértil terreno también surgieron personajes destacados, que ofrecían parrandas y celebraciones a sus amigos y seres queridos. Uno de ellos fue Joaquín Bernal, famoso por su hospitalidad, quien solía convocar a Pacho Rada y Antonio Saumet para deleitar a sus invitados. Asimismo, el señor Félix Joaquín Ospino Mugno, primer alcalde popular de Plato, Magdalena, fue honrado con un porro llamado "No bebo, pero mando", compuesto por una banda de viento de Sucre. Entre estos notables, es pertinente mencionar a don Óscar Bustamante, conocido como "Óscarito", quien vendió su casa, conocida como "La Granja", al doctor Oscar Molina Zerda y María Cortina Tovar. Estos personajes ilustres contribuyeron al rico tejido cultural y social de la región.

En esta vasta cultura anfibia que abarca las extensas orillas del río Magdalena, por donde fluyó el desarrollo de toda la región, nos encontramos con una canción especial: "Saludo cordial", compuesta por Luis Enrique Martínez a un amigo de apellidos “Castro Peña".

Esta canción se convierte en un símbolo musical que representa la identidad y el arraigo de la región, recordándonos la importancia de preservar y valorar nuestras raíces culturales. "Saludo cordial" se convierte así en una melodía que nos conecta con la rica historia y tradiciones que conforman la Juglaría, una región llena de encanto y magia.

¿Pero, quién fue Castro Peña? ¿Qué motivó Luis Enrique a componer esta hermosa canción en ritmo de merengue vallenato? La respuesta nos la da nuestro amigo y folclorista Juan Carlos Tovar Wilches residente en Plato-Magdalena con su esposa Mayra Sir, quien de inmediato nos facilitó la información.

Pedro Castro Peña, un destacado ganadero de la región de Plato, era conocido por su generosidad y por ser un excelente anfitrión. Solía organizar largas jornadas de parranda para sus amigos, donde no faltaba el trago y la comida. Entre sus amigos especiales se encontraba Luis Enrique Martínez, quien, en agradecimiento por las atenciones recibidas, le compuso la hermosa canción "Saludo cordial".

Es maravilloso ver cómo la amistad y la gratitud pueden inspirar obras de arte, en este caso, una canción que honra la amistad y las características culturales de la región. "Saludo Cordial" se convierte en un testimonio musical de la estrecha relación entre Pedro Peña Castro y Luis Enrique Martínez, y cómo la hospitalidad y la amistad son parte integral del tejido social de la región de Plato, Magdalena.

Pero en realidad, fue Luz Marina Mojica, su nieta, quien muy amablemente me contó su historia. Mi abuelo Pedro fue hijo natural; su padre fue un señor de apellido Castro y era muy adinerado. La gente adinerada vivía en el centro. Mi bisabuela no quiso colocarle el apellido del papá y le puso el apellido de ella; Peña. Pedro Peña se casó con doña Carlina Reales y tuvo 8 hijos. Como dato curioso, cuatro de sus hijos llevaban el apellido Peña, ellos eran Aida, María, Óscar y Carmen. Los otros cuatro hijos llevaban el apellido Castro, Alfonso, Luis, Adalberto y Olga. Estos acontecimientos hicieron que yo estudiara en la primaria con el apellido Peña, pero en el bachillerato tuve que arreglar los papeles y adoptar el apellido Castro. Cuando mi abuelo falleció todos se arreglaron el apellido. Indiscutiblemente lo conocían en toda la región como "Pedro Peña".

Pero fue en una de esas correrías del Pollo Vallenato a Plato, Magdalena, donde Pedro lo conoce. De entre varios músicos que se encontraban parrandeando, se identificó con él y lo llevó a su casa, donde duró hospedado varios días. Allí nació aquella amistad para toda la vida. Luis Enrique Martínez, cuando tenía toques para esa región, se bajaba en la casa de Pedro con todo el conjunto, y dormían en hamacas en un corredor grande que había.

Pedro Peña, una vez le ofreció una vaca parida a Luis Enrique, pero no creyó mucho y puso en duda ese majestuoso regalo. Sin dudarlo, Pedro emprendió un viaje a El Copey, donde vivía el Pollo Vallenato, y se la llevó hasta allá. Como respuesta de agradecimiento, Luis visitó a Pedro en Plato, junto con su esposa Rosalbina Serrano y sus dos hijos: Victoria y Moisés.

Analizando la letra de la canción, interpreto que es una apología a la amistad. Pero Luis Enrique Martínez dice literalmente: "Y le ruego a Dios divino / Que tenga piedad por Pedro". Pedir piedad para una persona es pedir misericordia, ¿será que Pedro estaba enfermo? Bueno, la verdad es que sí. Él tenía algo en el corazón, me lo dijo su nieta. Andaba con un marcapasos y así vivió muchos años.

Ahí se pueden sacar conclusiones sobre por qué Luis Enrique Martínez evoca esos días de parranda, dado que hubo una ausencia marcada debido a los quebrantos de salud de Pedro Peña. Con el paso de los años, el corazón de Pedro comenzó a fallarle y ya no podían visitarse con la misma frecuencia que solían hacerlo. Cuando dice: "Que muy pronto el vallenato / lo visitará de nuevo / En esas queridas tierras", expresa su deseo de volver a visitar a Pedro. El aprecio entre las dos familias se destaca en estos dos versos: "De mi mente no se borra / Pedro Peña y su familia".

Letra de la canción completa

Si fueres para el Difícil / Y vas a llegar a Plato / Llevame este papelito / Que le mando / A Castro Peña / Y de boca me le dices /

Yo se que él vive diciendo / Que yo soy amigo ingrato / Porque ya no lo visito / Como en los tiempos pasados / Y aún cuando me encuentro lejos / No puedo olvidar a Plato / Porque llevo su recuerdo / Que de mi mente no he borrado

Para que no diga de mí / Que yo soy un amigo ingrato / Porque si él recuerda de mí / Yo lo recuerdo a cada rato / De mi mente no se borra / Pedro Peña y su familia / Lo digo sinceramente / Porque yo no soy ingrato /

Y la carta que le mando / Es pa’que sepa de mi vida / Porque yo la de él / Sé con todo el que viene de Plato / Un saludo muy cordial / Para Pedro y pa’su esposa / Y también para sus hijos / Que a toditos los recuerdo /

Deseando que se hallen bien / En su vida maravillosa / Y le ruego a Dios divino / Que tenga piedad por pedro / Pa’que sepa Castro Peña / Que yo soy amigo sincero / Y que en esa tierra Plateña / Yo tengo un bonito recuerdo.

 

Posdata: en el texto original de la canción se deduce que Luis Enrique Martínez conocía a la perfección la historia de Pedro Castro Peña, puesto que en algunos apartes le dice Pedro Peña.

 

Luis Carlos Guerra Ávila

Tachi Guerra