Ocio y sociedad
El Titanic, un naufragio centenario
Hace exactamente cien años –el 15 de abril de 1912– naufragaba una de las embarcaciones más conocidas de la historia: El Titanic. Un barco insumergible, casi perfecto (en los términos de la época), que medía casi 300 metros de largo.
Nació del sueño de de 2 empresarios ambiciosos y visionarios: William James Pirrie (presidente de la mayor constructora de navíos del mundo, Harlan & Wolff) y Joseph Bruce Ismay (director de la compañía de cruceros White Star Line). Ambos coincidieron en el año 1907 para crear un barco de dimensiones magnánimas y así poder absorber gran parte de los viajeros entre Estados Unidos e Inglaterra.
En aquella época, casi todos los trayectos intercontinentales se hacían por vía marítima. Los cruceros eran un modo de desplazamiento masivo que servía tanto para personas ricas como personas de escasos recursos.
Las obras del Titanic empezaron en el año 1909, en Belfast (Reino Unido) y se prolongaron hasta 1911. La construcción implicó a miles de personas que viajaron especialmente al norte de Irlanda.
El Titanic fue presentado a la sociedad como el medio más rápido, seguro y lujoso para viajar a América. Debía cubrir la ruta Inglaterra-Estados Unidos en solamente 7 días (lo que significaba un gran avance a principios del siglo XX).
Fue realmente una operación de mercadeo sin precedentes que reflejaba el optimismo de aquella época. Pocos años antes de la primera guerra mundial, las sociedades europeas creían ciegamente en los beneficios de la tecnología.
En total se vendieron 2224 plazas y el 10 de abril de 1912, el barco zarpaba de la ciudad de Southampton (Inglaterra) rumbo a Nueva York. Todo auguraba un viaje maravilloso, pero el destino quiso lo contrario.
A los cinco días de travesía, el capitán Edward John Smith no pudo evitar el choque del buque con un iceberg inmenso. La velocidad de la embarcación era demasiado alta y, finalmente, la coraza del “insumergible” se rompió de tal manera que en 2 horas y 40 minutos acabó completamente hundido.
Perecieron más de 1600 personas y las que se salvaron eran gran medida personas de clase alta (ya que los botes de emergencia fueron asignados prioritariamente a los viajeros de la primera clase).
Hoy, un siglo después, el relato del Titanic sigue generando dudas. Existen todavía muchos misterios entorno a la planeación del viaje y la forma en que se resolvieron ciertos problemas advenidos en los primeros días de travesía.
Para los que deseen sumergirse en los detalles de esta historia, la película de James Cameron vuelve a salir en los cines en 3 dimensiones (Titanic 3D). Una ocasión de vivir en primera persona (y con la mejor tecnología) esta inolvidable tragedia.
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