Ocio y sociedad
La Señorita Cesar, ante la mirada de la sociedad vallenata
Cada año, poco antes del evento nacional que reúne a las mujeres más bellas del país, la señorita Cesar se expone ante la sociedad vallenata en una noche llena de elegancia y creatividad.
El protocolo se ha convertido en una cita inaplazable que combina tradición y nuevas tendencias, y donde la pasarela se convierte en una plataforma que confirma la belleza de una mujer.
En esta ocasión, Stefanny Giraldo fue la elegida, o mejor dicho, la festejada. Desde el primer instante, y ante una audiencia aclamadora, la reina salió despampanante, marcando con cada paso un destello de confianza imparable.
Desde lo alto de la pasarela, su metro y 76 centímetros se pasearon al ritmo de una música moderna y propagaron por los cuatro rincones del prestigioso Club Social Valledupar los encantos de una exquisita poesía.
No cabe duda de la hermosura de Stefanny. La sensualidad de su caminar, la ligereza de sus pasos y la elasticidad de su silueta avasallan de entrada al visitante que no puede dejar de apreciar esa determinación espontánea.
Ni siquiera el alcalde, Freddy Socarrás, ubicado en primera línea de este espectáculo visual, pudo ser ajeno al festival que tomaba forma ante él. Sus aplausos reiterados eran prueba de ello, pero no dejemos de lado a lo que aquí nos interesa: el desfile de una mujer que representa de manera exquisita al Cesar.
Con sus paseos por la pasarela, Stefanny deja una firma clara de orgullo y voluptuosidad. Cada paso, cada vuelta de cintura y cada estiramiento de cadera componen ese cuadro imprescindible en las modelos de gran estirpe.
Pero lo que más asombra al espectador es ese parón inevitable y esperado por todos al final del camino. Esos breves segundos –tres o cuatro, no más– en los que Stefanny se detiene para contemplar el público, dedicar un mensaje a las cámaras y seducir a los que todavía tratan de hacer resistencia.
Ahí es cuando se expresa toda la fiereza y la sutileza de una hermosura sin parangón. Su sonrisa blanca como la nieve, y los ojos de color azabache dibujan una alternancia de expresiones afianzados por esa catarata de cabello negro que cae sobre sus hombros.
Desde luego, no hay cámara que se resista. Y aunque lo fotografía salga borrosa, movida o desubicada, siempre queda algo de la belleza natural de Stefanny impregnada en esos píxeles que, ahora, reemplazan a los carretes antiguos.
La gracia de Stefanny se expresa de todas las formas y los diseñadores invitados en el evento supieron entenderlo. José Cuello, Darío Valencia, Irina Vargas y nuevos talentos de la región como Gina Lora Baute –quien incursiona en el diseño de moda con un recital de excelencia– fueron algunos de los que vistieron a la ninfa de la noche y le dieron las herramientas para hacer vibrar al público.
Desde el bañador pasando por el vestido de noche, todo acaba confirmando lo que sabemos: Stefanny es la reina de estos linares. Y después de unas horas de intenso espectáculo, quedamos con la esperanza de que esa belleza cesarense sea reconocida allá en Cartagena y todos los demás escenarios del mundo.
PanoramaCultural.com.co
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