Opinión
Cualquiera no puede ser jurado
En cualquier tipo de concurso o competencia donde se requieren personas con algún grado de experticia y conocimiento en el tema, que sirvan como miembros de un jurado calificador, son muchos los riesgos que se corren, y cuando se requieren tantos, como es el caso del Festival Vallenato, el asunto es todavía más complejo.
De entrada debo reconocer que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata ha venido cumpliendo un papel muy importante en la capacitación y formación de las personas que año tras año juegan este rol en el marco del Festival.
Ser jurado del Festival de la Leyenda Vallenata es un sueño para muchos amantes de esta música, pues con ello se ratificaría la madurez que se ha alcanzado en este menester; esto para algunos fanáticos es el arribo a una meta importante de su vida; por eso hacen cualquier cosa por lograrlo.
Los organizadores de éste y cualquier festival deben saber que tal vez lo más difícil consiste en seleccionar a aquellas personas que desempeñen ese papel de jurado y lo hagan con toda la idoneidad y probidad que se requiere, ya que estos dos requisitos son fundamentales y difíciles de encontrar juntos.
No descubrimos el agua tibia cuando afirmamos que es difícil encontrar un conocedor de la música vallenata residente en Valledupar que no tenga un pariente o un amigo que esté inscrito en una de las varias categorías o modalidades del Festival. De igual forma, es un hecho conocido que los participantes hacen gestiones para saber quiénes son las personas que los evaluarán, con el fin de influir de alguna manera en la calificación y el resultado del concurso.
A estas alturas del partido, a escasos días del festival, ya muchos concursantes saben quiénes van a ser sus jurados, y muchos jurados conocen en qué categoría los van a designar. Éste es un riesgo inminente que existe a sabiendas de que la mayoría de estas personas tienen un altísimo grado de seriedad y honestidad, pero sin duda alguna, los sentimientos de los seres humanos son volubles y franqueables.
Así que, para ser jurado en el festival, no sólo se requiere experticia y dominio del tema, sino también unos principios y valores éticos muy profundos y una férrea voluntad de no dejarse sobornar o influenciar por cualquier causa, por loable que parezca.
Colofón: He escuchado con detenimiento y atención el trabajo musical del intérprete profesional tal vez más joven del vallenato en la actualidad, Andrés Ariza Villazón en homenaje al poeta Gustavo Gutiérrez Cabello y puedo en mi humilde concepto decir que el vallenato tiene en este muchacho un prospecto de incalculables proporciones, lo cual nos confirma que vamos por el camino indicado y que la mina de buenos compositores e intérpretes de nuestro folclor continua incólume.
Jorge Nain Ruiz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
La Noche del río
La hospitalidad que la ciudad de Barranquilla le da a la cultura del Caribe colombiano demuestra que es una ciudad poblada de ciu...
Editorial: Cuatro años relatando la Cultura de Macondo
“El tiempo pasa volando”. “Los tiempos cambian”. No son pocas las expresiones que resaltan la volatilidad del tiempo y su rel...
Concurso de personeros: resultó peor el remedio que la enfermedad
Son muchísimos los casos a lo largo y ancho del territorio nacional, en los cuales las personerías municipales se encuentran acéfa...
Editorial: ¿Volvió el Carnaval de Valledupar para quedarse?
El Carnaval de Valledupar no ha pasado por sus mejores años. Las dos últimas ediciones tuvieron que cancelarse por falta de garant...
Editorial: La Semana Santa como espacio de concordia y superación
El espíritu de la Semana Santa abre cada año una puerta al diálogo interno, a la reflexión y el perdón. Es un paso enorme, cruci...