Opinión
Editorial: Experiencias para todos y de todos
La ciudad de Valledupar conoció la semana pasada un momento de intensa actividad cultural. Distintos esfuerzos y conceptos confluyeron y se entremezclaron para ofrecer al público experiencias variadas y enriquecedoras.
Por un lado, la Alianza Francesa organizó con “Los Primos” uno de los espectáculos de circo más originales de los últimos meses. En la plaza Alfonso López, centenares de niños y familias pudieron compartir un momento único, lleno de humor y ternura, pero sobre todo, tener una perspectiva mundial sobre las artes escénicas.
Hay que reconocer que Valledupar todavía no es un destino privilegiado para los artistas internacionales que suelen llegar a estos horizontes al cuenta gotas (con el Festival Vallenato o bien algún evento puntual). Por eso, las iniciativas de este tipo marcan una dirección y abren puertas a otras ideas.
La Cultura tiene ese componente universal al que nunca se debe renunciar: es imprescindible escuchar a las voces locales, pero también, mantener un ojo abierto sobre lo que se hace a nivel internacional.
Es importante que la ciudad de Valledupar –y por extensión: el Cesar– sea reconocida en el mundo por su folclor y su riqueza cultural, pero que también sepa ser un anfitrión habitual y que reciba con relativa constancia a artistas ejemplares, intelectuales y emprendedores del mundo entero. De esta manera es como se evoluciona en el pensamiento pero también en el principio de universalidad.
Por otro lado, debemos destacar otros actos como el lanzamiento del libro de la docente Nurys Rodríguez en la Biblioteca Rafael Carrillo y el de la periodista Lolita Celedón en el Hotel Sicarare. Ambas ofertas, muy diferentes, han permitido crear visibilidad entorno a temas a los que se alude muy de vez en cuando: la educación y el género.
Sin querer entrar en los detalles de estos dos actos multitudinarios (porque ambas propuestas se organizaron con seriedad y han sido reseñadas en Panorama Cultural), lo interesante es la respuesta del público que ha sabido apoderarse de las propuestas.
La cultura necesita organizadores y personas inquietas que impulsen el escenario local, pero también, un público curioso que no tema implicarse en ciertas problemáticas, hacer preguntas y, luego, compartir estas experiencias con otras personas cercanas.
Sólo con la inclusión del gran público y el principio de participación activa se puede hablar de Cultura para todos y de todos. La universalidad no entiende de estratos ni de zonas.
Es inevitable salir de los pequeños recintos, de los círculos cerrados, invitar a cantantes y artistas de ciudades vecinas, esforzarse en organizar eventos en lugares asequibles, para que la Cultura y el Ocio sean verdaderamente de todos, y para que Valledupar sea reconocida como una ciudad abierta y acogedora. Un espacio de experiencias.
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