Opinión

Los piratas del puente Salguero

Carlos César Silva

13/06/2013 - 12:00

 

La empresa de transporte público intermunicipal, Cootransdipaz, presta un mal servicio.

Entre las personas de La Paz y San Diego, esta consigna tiene fama. Pues cuando alguien de estas localidades, aborda una de las busetas deterioradas de Cootransdipaz (como son casi todas), se encuentra, regularmente, con unas sillas viejas e incómodas, una estrechez desesperante, un calor infernal, y un conductor antipático.

A esto, se le debe agregar el hecho de que el servicio sólo se presta hasta las 8:30 p.m., situación que obliga a muchas personas de La Paz y San Diego que trabajan o estudian en Valledupar y que se desocupan bastante entrada la noche, a trasladarse a la terminal de la Ciudad de los Santos Reyes para esperar algún vehículo que los transporte hasta sus terruños, exponiéndose en muchos casos a los peligros que produce la oscuridad y la soledad que irrumpen esa zona de la ciudad.

Muchos usuarios de las busetas de Cootransdipaz comentan que, al entrar en ellas, no es raro ser rozado en la cara por el trasero de un pasajero que se está subiendo, ni ser salpicado con el sudor del vecino, ni ser parado de un puesto que supuestamente había sido apartado por otro, ni ser increpado por el conductor por haberle pagado el pasaje con un billete de $ 50.000.

La insatisfacción de los habitantes de La Paz y San Diego, frente al servicio de Cootransdipaz, es importante. La empresa lo ha sentido, y ha intentado mejorar comprado dos o tres vehículos nuevos, pero esto ha resultado intrascendente para los usuarios, que demandan un transporte más cómodo, rápido, y amable.

Esta situación engorrosa ha obligado a los usuarios a buscar otras opciones de transporte. En ese sentido, los carros piratas y los taxis urbanos de Valledupar que se proveen de gasolina ilegal en La Paz, se han ganado un espacio relevante en el medio.

Sin embargo, tanto los vehículos piratas como los taxis urbanos, a pesar de que ofrecen un servicio más cómodo y rápido, constituyen un transporte ilegal que, aunque ha sido legitimado como una consecuencia del rechazo de los usuarios a Cootransdipaz, en caso de que se presente un accidente, no brindan las garantías propias de un servicio de transporte intermunicipal sujeto a la ley.

No cabe duda que Cootransdipaz debe mejorar el servicio. Algunos afirman, por ejemplo, que hay que cambiar las busetas viejas por automóviles confortables, y que a los choferes hay que ponerlos a hacer unos cursos de atención al público. Otros aseveran que lo mejor es que se crea una nueva cooperativa, una que esté acorde a las necesidades de la gente y que sea administrada con seriedad.

Sin embargo, mientras nada de esto ocurra, los vehículos piratas y los taxis urbanos seguirán atravesando el puente Salguero repletos de pasajeros, lo harán sin un seguro de transporte público que los ampare, lo harán quebrantando la ley, pero satisfaciendo las necesidades de movilidad de las personas de La Paz y San Diego.

 

Carlos Cesar Silva

@CCSilva

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Yolima y yo

Yolima y yo

  No preciso las noches que han pasado desde aquel momento que, como gatas de tejado, maullábamos felices creyéndonos el cuento y...

Entre el periodismo prepago y periodistas éticos

Entre el periodismo prepago y periodistas éticos

  La persona civilizada, y con algo de independencia en el pensamiento, no termina de asombrarse al ver cómo se ha envilecido el per...

Adornos peligrosos y el arte del encuentro

Adornos peligrosos y el arte del encuentro

  I Su prosa revela imágenes de un pasado coloquial y vertiginoso, pero también mágico. Él hace de la fábula una artimaña se...

La Cultura: ¿Cenicienta o desafío?

La Cultura: ¿Cenicienta o desafío?

  La Ley General de Cultura, Ley 397 de 1997, acogió la definición de cultura propuesta por la UNESCO: “en su sentido más ampl...

Bailes populares disfrazados de festivales vallenatos

Bailes populares disfrazados de festivales vallenatos

  A finales de la década de los 70, cuando aún no cumplía mi mayoría de edad, tuve una aventura como empresario artístico y se m...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados