Opinión
Editorial: Valledupar es tierra de Teatro
Hace pocas semanas dedicábamos un Editorial completo a la escena teatral del departamento del Cesar en el que divulgábamos nuestro respaldo –y el de una gran parte del sector de la Cultura– al desarrollo de ciertas políticas que favorecieran las artes escénicas en la ciudad de Valledupar.
Desde el principio, siempre consideramos que Valledupar es, además de una tierra musical, una tierra de grandes actores y dramaturgos. Y este convencimiento nos ha sido confirmado nuevamente esta semana con la victoria del grupo de teatro universitario La Carreta en el Festival Nacional de Teatro organizado en la ciudad de Cali del 11 al 16 de noviembre.
El grupo dirigido por el docente Deiler Díaz ya se anunciaba como uno de los más importantes del certamen durante el Festival Regional de Cartagena donde recibió todos los honores del jurado y, con orgullo, constatamos que el trabajo continuo y escrupuloso, fruto de muchos años, ha sido también reconocido a nivel nacional.
Carolina Sofía Rodríguez (mejor actriz), Deiler Díaz Arzuaga (mejor director) y el resto de los artistas de La Carreta son grandes valores del teatro vallenato a los que dirigimos nuestras más sinceras felicitaciones por el trabajo y el compromiso, y a los que deseamos grandes realizaciones tanto departamentales como nacionales.
En la presentación de la obra de “Medea” al público valduparense en Bellas Artes (durante el mes de noviembre), quedó patente el asombroso manejo escénico y la capacidad dramática de la agrupación y sólo podemos pedir que se repitan estas presentaciones con más frecuencia.
Pero no nos olvidemos del resto de la escena teatral –Valledupar es tierra de Teatro– y pensemos también en esos otros importantes protagonistas como son el grupo Doble Faz que presentaba este mes de noviembre la obra “Farsa y justicia” del dramaturgo español Alejandro Casona en la Alianza Francesa de Valledupar, Nina Paola Marín y la dirección en el grupo “Quartier Latin”, o los artistas Boris Serrano y Jhon Bolívar que han propuesto iniciativas interesantes para mejorar el resultado de los castings.
Todos ellos se merecen el reconocimiento del público y un espacio que facilite la interacción para proyectar un Arte que es tan vallenato como el acordeón o la guacharaca. Como bien lo expuso, el columnista Rodolfo Quintero en su último artículo: “La ciudad necesita un escenario apropiado para estas expresiones del arte. ¡Hay que construir el teatro municipal de Valledupar!”.
0 Comentarios
Le puede interesar
Juancho y sus 15 años de entrega total
El pasado 6 de abril se cumplieron 15 años desde cuando el campesino sin grandes títulos, ni pergaminos, a quien en su pueblo le ...
Editorial: El voto latino en las elecciones estadounidenses
Tras varios meses de una carrera sin tregua (ni siquiera se detuvo después de los estragos propiciados por el paso del huracán Sandy ...
Lo que no tiene nombre, el caso de Yuliana Samboni
Una vez más el horror, lo que no tiene nombre, es el protagonista de una sociedad que ha enseñado a los hombres que las mujeres son...
Editorial: El mensaje de un catálogo artístico
Los protocolos existen para ser ignorados. Y más cuando se trata de arte. El pasado 11 de julio, el cierre de la exposición artísti...
El efecto Trump
Evocar a los Estados Unidos de América es remembrar al país que permitió poner fin al holocausto nazi, a la nación que en sus...