Opinión
Editorial: El genio musical de un juglar
Este año 2013, el folclor vallenato perdió uno de sus más dignos y distinguidos representantes. Leandro Díaz fue un poeta y compositor fuera de lo común, un hombre que supo superar los límites del cuerpo y acapararse del entorno, hacerlo suyo, con cada una de sus composiciones.
El último conversatorio organizado por la Casa de la Cultura de Valledupar “La palabra encantada”, nos ofreció un espacio para recordarlo y puso de relieve las increíbles facultades que desarrolló desde su más tierna infancia.
Su hijo Ivo Díaz describió los primeros 19 años de Leandro y cómo desarrolló naturalmente unos sentidos agudos, una sensibilidad y una memoria enorme que le permitieron más adelante vivir como quería, es decir como un juglar.
Desde niño, Leandro hizo el ejercicio de escuchar la naturaleza y atribuir una palabra a cada cosa, se esforzó en guiarse usando otros sentidos que la vista, y al mismo tiempo atesoraba toda la información y todas sus experiencias sensoriales en su prodigiosa memoria.
La oscuridad en la que creció Leandro lo obligó a ir mucho más allá de los ruidos, de los olores y las vibraciones, de tal modo que acertaba a decir cuándo iba a caer un aguacero o quién había entrado a su casa.
Esa capacidad fue potenciada por su cercanía con la naturaleza y el respeto que tenía por ella. En medio de la naturaleza, Leandro supo agudizar sus sentidos y descubrir todos esos ruidos que esconden el silencio.
Todo eso nos lleva a reflexionar sobre los métodos que se emplean hoy para formar a un músico. Es cierto que la técnica y el solfeo son imprescindibles para ser un buen intérprete, y sin embargo, para crear y sentir la música hace falta mucho más.
Entonces: ¿Por qué no pensar en lo que ha vivido Leandro Dïaz para desarrollar nuevas técnicas de enseñanza y para formar músicos integrales?
Quizás las Escuelas de Música Vallenata podrían inspirarse en la experiencia de este gran juglar para que los joven alumnos sepan reconocer el ruido del viento en el follaje, que puedan diferenciar el olor de una hoja de cañaguate y la hoja de un mango, que sepan cómo es el canto de la guacharaca, y que encuentren en la naturaleza una forma de desarrollar todos sus sentidos.
La naturaleza genera un amor por lo más sencillo y, sobre todo, profundiza la mirada de quien crece con ella. Elementos esenciales para que la poesía nazca y se haga canción.
0 Comentarios
Le puede interesar
![Editorial: Entre aniversarios y celebraciones](images/stories/homenaje a rafael escalonapp.jpg)
Editorial: Entre aniversarios y celebraciones
Los últimos días han sido ricos de celebraciones y cada una de ellas tiene su mensaje. La primera que queremos destacar son los 10 a...
![Lo mejor del año que pasó](images/stories/silvestredang01pp.jpg)
Lo mejor del año que pasó
Luego de un breve receso y unas merecidísimas pero muy cortas vacaciones, regreso con pilas recargadas y con más y mejores bríos a b...
![Madres humanizadas, no idealizadas](images/MadresHumanas-EvasYAdanes.jpg)
Madres humanizadas, no idealizadas
Es importante tomar como punto de partida que el día de las madres no solo se argumenta en la celebración comercial y el agite ...
![El jugoso mercado de los drones](media/images/articulos/2021/03/21063420.jpg)
El jugoso mercado de los drones
La atención de la industria aeronáutica mundial se ha centrado crecientemente en los drones: unas ágiles y flexibles aeronaves cuya ...
![La ciudad con mayor inflación no es la más cara](images/stories/mercado-frutaspp.jpg)
La ciudad con mayor inflación no es la más cara
A raíz de la publicación de los resultados de la inflación del mes de junio, en varios periódicos del país, se reportó que Valled...