Opinión

El principio de solidaridad

Alfonso Suárez Arias

06/08/2014 - 12:10

 

“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos  aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos”. Martin Luther King

Solidaridad, para el Derecho significa el establecimiento de una relación de responsabilidad que se comparte entre individuos y que responden jurídicamente ante obligaciones que nacen de ahí. La Iglesia asemeja más al sentido moral, por cuanto acerca su definición al concepto ético de ayuda mutua o desprendimiento participativo del adepto con sus semejantes iguales.

La Constitución política de Colombia se estrena desde su primer artículo definiéndola en uno de los principios fundamentales en los cuales se cimenta el Estado Social de Derecho. Solidaridad se entiende aquí como ese deber de todo ciudadano de vincular su propio esfuerzo y actividad al beneficio e interés general de la colectividad.

Realmente, lo que se pretende es incorporar a los particulares al cumplimiento de metas sociales, eliminando la concepción paternalista del gobierno, que subyuga al pueblo a ser dependientes para cualquier fase de desarrollo, aparte de la obligación creada  para las entidades públicas o funcionarios por su simple condición de servidor público.

La Corte Constitucional en especial y las otras, describen redundantemente el término, en la promulgación de sentencias, como principio esencial del desarrollo general que pretende la misma ley 100, para que se logre socialmente cierta sostenibilidad, eficiencia y se garantice la protección de los derechos fundamentales, dentro del marco filosófico que se le dio a la carta política.

Desde éstos puntos de vista, cuando la comunidad se manifiesta solidariamente con coyunturas anormales de la población, está asumiendo ese papel de cumplidor de deberes que la misma constitución le ha impuesto, compensatorios a su vez de la obligación del Estado para con el pueblo, es como un dame y tenga de ciudadanos enfocados a disfrutar en conjunto una sociedad equilibrada.

No siempre el Estado tiene la capacidad de acometer por el bienestar de ciertos grupos, que terminan marginándose del desarrollo y sufriendo consecuencias adversas en salud, alimentación, economía, a la que adhiere el ciudadano pero no como plan de entregar una limosna, confusión posible por el altruismo o generosidad del donante, sino que se objetive como parte que va más allá de un programa de ayuda humanitaria, sobre las bases para que se genere un programa de beneficio social sostenible.

La solidaridad indubitablemente conduce hacia la paz, cuando traduce la desconfianza en una fértil colaboración, coqueteando con la amistad y la reconciliación. Hasta qué punto los actores del conflicto armado manifiestan su abierta y pragmática solidaridad con quienes ellos mismo han victimizado?

Situaciones actuales presentes en el país consecuencia del cambio climático, desacertados programas estatales de prevención política y falsas promesas electorales, han terminado derivando en sequía, hambruna o malestar social, que finalmente despiertan en la gente ese ánimo de querer ayudar, concibiendo que con un día y una dádiva cambie para el oprimido su estatus mísero.

La ayuda no viene mal, por ningún motivo, pero es de carácter urgente que los organismos Estatales acometan la revisión e implanten modelos sociales y económicos que absorban inmediatamente el impacto y compongan en el pueblo la esperanza que da la Constitución, cuando tajantemente  decreta, sanciona y promulga el respeto a la dignidad humana, trabajo y solidaridad para  obtener la prosperidad general.

En un mundo globalizado y cambiante, con gobernantes intentando relevar el sistema social, ante eventuales coyunturas, no se sabe en un futuro cercano quién realmente es el objeto de la solidaridad, si los que ahora ayudan humanitariamente, los opositores o aquellos que coadyuvaron a legitimar el desgobierno del Estado.

 

Alfonso Suárez Arias

@SuarezAlfonso

Sobre el autor

Alfonso Suárez Arias

Alfonso Suárez Arias

Aguijón social

Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.

@SUAREZALFONSO

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