Opinión

Año nuevo, nuevos deseos

Diógenes Armando Pino Sanjur

14/01/2015 - 06:35

 

Finalizó la navidad y fin de año, todos los colombianos añoramos y deseamos que nuestros sueños y proyectos se hagan realidad y que este año 2015 esté lleno de prosperidad, educación, justicia, salud y paz, para solo así poder construir un nuevo país con Paz, Equidad y Educación como dice el nuevo eslogan del gobierno Santos. 

Pero, desafortunadamente, los colombianos vemos truncados estos anhelos, toda vez que percibimos que trabajadores y gremios llegaron a ningún acuerdo para concertar el salario mínimo que ganarán la mayoría de colombianos, es impensable que la gente humilde de este país sobreviva con un salario de $644.350, como lo estipuló el Gobierno Nacional mediante Decreto con un alza del 4.6% donde la canasta familiar tiene un valor promedio de $1.300.000.

En materia educativa el panorama no es mejor, ya que la calidad educativa del país es pésima, de ahí que encontramos malos resultados en las pruebas saber y las pruebas pisa, ahora el gobierno nacional implementa la jornada única para mejorar la situación, pero no tiene en cuenta la calidad de la infraestructura locativas de los establecimientos educativos, la contratación de más docentes, profesionalización de los mismos e inversión en innovación y tecnología  que garanticen mayor cobertura y calidad en nuestra educación.

La justicia atraviesa una grave crisis sin precedentes, debido al paro de la rama judicial, la fiscalía general y los funcionarios del INPEC que nos dejan más de 30 mil procesos paralizados, centro de reclusión y Uris con hacinamientos, violación de derechos y con un horizonte desolador gracias a la amenaza de la continuidad del paro después de la vacancia judicial, por eso debemos apuntar a la implementación de una verdadera reforma a la justicia que permita la descongestión judicial, modernización de los procesos y la contratación de más jueces que garantice una verdadera justicia a los colombianos.

Por su parte el sistema de salud en Colombia afronta una aguda crisis con un déficit financiero del sistema, una mala prestación del servicio por parte de los regímenes Contributivos y Subsidiario de Salud, lo que conlleva a los usuarios a emprender acciones de tutelas que le garanticen el respeto a su derecho fundamental de salud, por eso se hace necesario una reforma que avale la salud como un derecho y no como un negocio.

En el tema de la paz, los colombianos la añoramos y deseamos, pero desafortunadamente a diario encontramos que, muy a pesar de la voluntad del presidente Santos por jugársela por la Paz, las FARC traicionan la voluntad del país con sus acciones terroristas y la abominable práctica del secuestro y los enemigos del proceso quienes lo bombardean a diario, polarizan el país y buscan que no concretemos una paz duradera y entreguemos a las nuevas generaciones un nuevo país.

Analizando estos aspectos, se hace necesario que en el año nuevo (2015) todos, absolutamente todos los colombianos, apostemos por la finalización de la guerra, ya que quitándonos ese pesado fardo de ignominia, podrá el gobierno dedicar el presupuesto hacia la solución de los problemas de la salud, la justicia y la educación. Es más, habrá sobrantes para la ejecución de obras de infraestructura que generen trabajo. Así, y solo así, tendremos un año venturoso y próspero.

Tratemos de alcanzarlo. ¡Feliz Año 2015!

 

Diógenes Armando Pino Sanjur

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Sanjur

Diógenes Armando Pino Sanjur

Tamalamequeando

Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.

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