Opinión

El príncipe Barba Azul

Yarime Lobo Baute

07/07/2015 - 07:05

 

Yarime Lobo y Luis Carlos Las fechas de cumpleaños tienen algo en particular cuando aquellos que cumplen habitan la sala de tu alma, se agolpan cual álbum en desorden pasajes de la vida, pasan y pasan páginas de ese álbum de vida como si pidiesen ser narradas desde el corazón...

Hoy viene a mi mente un caballero, a quien mi madre y abuela llamaban jocosa y secretamente el Caballero de Rauzan, para mí era un Príncipe, un príncipe de rostro color azul.

Recuerdo aquella guacherna que solían hacer en fecha de carnaval en la carrera novena de mi Macondo, a la que fui acompañada de mi primo hermano de calva incipiente en aquel momento, pero reluciente y ojos color esperanza. Mientras este último se introducía como buen barranquillero en la pachanga, yo divisaba aquel diminuto pero a su vez gran hombre de ojos penetrantes, sonrisa estridente y mejillas de color azul.

No paramos de bailar aquella noche, pero también de hablar y hablar. Me introdujo aquel pequeño grande en un mundo de palabras que construyera entre los dos un puente indestructible, tal cual lo dijera Mario, ese Benedetti que me hiciera tatuar en mi alma aquel Caballero, el Caballero de Rauzan.

Nunca entendí muy bien los consejos de mi abuela, quien por un lado me decía que de él me cuidara y alejara pues, según ella, "hasta los árboles en el monte tenían su separación, unos servían para ser santos y otros carbón".

Me sorprendía que, cuando lo hacía y este sufría, la primera en regañarme y acogerlo de cuidados y protección era precisamente ella, mi abuela. No comprendí nada. Sólo supe que entre más rechazo aquel caballero hallaba de mi parte, otra parte de él hábilmente a mi corazón entraba.

Mis miedos me alertaban, mis temores levantaban muros, mis palabras eran disparos de escopeta que como perdigones herían aquellas mejillas, ponía él la una y la otra, aquellas heridas cicatrizaban y contrario a oscurecerse se tornaban de un mágico color azul en su hermoso rostro.  

Cuánto amé y amo a ese caballero, es un amor sublime que está por encima del amor de este mundo. Es aquel amor que nos enseñó de manera perenne Ecce hombre que vino hace más de 2000 años. 

Hoy ambos tomamos rumbos distintos, el halló por fin a su doncella, una hermosa mujer de tono ébano y alma inmensa, abnegada y fiel a aquel príncipe de barba azul con quien hoy tiene dos princesas y busca un principito con aquella doncella, el principito de las américas.

Yo tengo mis principitos también, dos hermosos príncipes: Mi mágico príncipe y mi mágica princesa. No hay caballero, pues aquel Caballero sí era el de Rauzan, hallé en mi camino otro caballero, un Caballero Universal que siempre posa su mirada y amor infinito sobre mí, nunca se aparta, siempre está ahí: Junto a mí, dentro de mí.

Cuántos recuerdos, cuánta gratitud, pues el Amor es eso: un transitar por este mundo desde lo que somos, dándonos siempre, dando con el alma todo nuestro ser a los demás.

 

Yarime Lobo

@YarimeLobo 

Sobre el autor

Yarime Lobo Baute

Yarime Lobo Baute

Obras son amores

Soy la que soy: Mujer, Artista desde mi esencia, Arquitecta de profesión, Fotógrafa aficionada, Escritora desde el corazón y Emprendedora por convicción. Una convencida de que la OBRA está más allá de los cementos, son cimientos que se estructuran desde el SER, se traducen en el HACER y traen como consecuencia un mejor TENER.

Las OBRAS son esos AMORES intangibles y tangibles que están por encima de las mil y una razones.

@YarimeLobo

1 Comentarios


Regulo pineda 07-07-2015 04:38 PM

Hermoso escrito, comparto tu opinion acerca de ese pequeño gran hombre, a quien le envio el mas fuerte de los abrazos aunque al hacerlo su cabeza repose en mi abdomen y mis brazos queden en el aire.

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