Opinión

El verdadero prócer del 20 de julio de 1810 colombiano

Henry Gustavo Segura

20/07/2023 - 00:05

 

El verdadero prócer del 20 de julio de 1810 colombiano

 

Tres personajes: Antonio Morales, Camilo Torres y Francisco José de Caldas, todos criollos, ejecutaron el plan que sería la causa de la sublevación. De acuerdo a una visible impopularidad del gobierno, sobresalió la propuesta de impulsar un incidente con los españoles, para así crear el conflicto hacia el descontento enorme que había en Santa Fe contra la audiencia española, debido a diferencias en cuestiones de negocios, como el caso de Antonio Morales en el altercado contra un comerciante español con el nombre de José González Llorente.

El plan, aunque sencillo, procedía de complejas condiciones: enviar a un personaje ajeno a la bronca y pedir prestado un florero para la posterior visita de Don Antonio Villavicencio. Sin embargo, existía la posibilidad de que Llorente facilitara el florero o por el contrario se negara muy cortésmente, en tal caso la opción más conveniente era agredirlo para que respondiera de igual forma.

Siendo Llorente un hombre de avanzada edad y de apariencia tranquila, la provocación no dio espera y procedieron a insultos en plena Plaza Mayor (actualmente Plaza de Bolívar, en Bogotá) que en ese día estaba colmada de gante de todas las clases en su habitual día de mercado. La escogencia del día hacía parte fundamental del plan para, de esta manera, exagerar la situación.

Maltratado Llorente en demasía, empezaron los gritos de la muchedumbre: ¡están insultando a los americanos! Mientras había conmoción en toda la plaza. La ira de la multitud se manifestó con pedradas en las casas españolas. Mientras tanto, el virrey observaba, estupefacto, los hechos.

La multitud, sin embargo, tendía a desvanecerse porque gran parte vivía en las afueras, en la Sabana, y tenían que regresar luego de comprar los víveres. Por tanto, Acevedo y Gómez, un hombre firme y valeroso, perteneciente a la oligarquía criolla sale a las calles para convocar la multitud que pidiera la reunión del cabildo. A pesar de ello, ya cayendo la noche la situación era poco alentadora.

Luego de un tiempo, inesperadamente, se aproxima una multitud a la plaza, dirigida por don José María Carbonell, quien reuniera gente de los barrios santafereños en búsqueda del pronunciamiento popular que daría contrapeso a las fuerzas realistas y conseguir la tan anhelada independencia.

Por esta razón, este hombre –don José María Carbonell- es el verdadero prócer del 20 de julio, a quien la historia pública ha tratado de apartar, convirtiéndolo en un personaje secundario. La historia sólo ha concedido el apelativo de “prócer” a quien ha agachado la cabeza ante la oligarquía, y a los verdaderos defensores del pueblo mal nombrados demagogos o agitadores(Liévano Aguirre, 2002: 681).

Carbonell era un hombre joven con una fuerte personalidad de caudillo, similar a la de Nariño, de acuerdo a su pasión por la igualdad y una profunda compasión por los oprimidos, características de las cuales carecían los altos mandos de la oligarquía criolla.

Ya entrada la noche empieza a llegar la multitud citada por Carbonell de los rincones de Santa Fe, y sin darse cuenta con su llegada a la Plaza Mayor forman el camino hacia la historia. Reunida la multitud de esta enorme masa popular, los altos dirigentes de la oligarquía apoyados en esto, escondidos en sus hogares, salen a reclamar sus privilegios.

Fue este pueblo desgraciado y humillado guiado por Carbonell el que destituyó al virrey, formando el tan anhelado cabildo abierto. Por esta razón sería injustificable anunciar que escasos hombres -altos mandos de la oligarquía avaros– fueron los próceres del pueblo, porque fue el mismo pueblo el que salvó la independencia guiado por el hombre de ideas valerosas, de cuya imagen no existe ninguna estatua, cuando él la merecía mucho más que aquellos próceres estirados y convertidos en símbolos de la historia oficial.

 

Henry Gustavo Segura

Periodista 

1 Comentarios


Manuel Gregorio Paternina Álvarez 20-07-2022 01:40 PM

Sin duda que así es. Por eso la tendencia actual de revisar y reinterpretar la historia, para desmentir tantas posturas sin fundamento y redescubir a personajes de indiscutible protagonismo entre los que está Carbonell, José María Córdoba por nombrar sólo esos dos. Gracias Henry Gustavo Segura, por este artículo

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Las letras del nuevo vallenato

Las letras del nuevo vallenato

  “Me gusta andar soltera y esta buena la cosa como Ana del Castillo numeral la voa hace boja   A mí me gusta es beber A...

La Piedra en el Zapato

La Piedra en el Zapato

En Valledupar existe un grupo de investigación adscrito a la Universidad Popular del Cesar que viene marcando la diferencia y que ti...

En la máquina del tiempo

En la máquina del tiempo

  Viajando con otros paisanos desde mi pueblo hacia la capital del departamento, una de las pasajeras puso la conversación en el p...

El piropo no es un favor, ni el racismo es un chiste: calladitos sí se ven más bonitos

El piropo no es un favor, ni el racismo es un chiste: calladitos sí se ven más bonitos

  Esta columna, que escribí en víspera del 8 de marzo y en el marco de las conmemoraciones que se realizan a lo largo y ancho del m...

Editorial: Acerca de los símbolos pacifistas

Editorial: Acerca de los símbolos pacifistas

El pasado 9 de abril un gran número de colombianos salieron a la calle motivados por el deseo de alcanzar la paz. Cincuenta años de d...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados