Opinión

El enigma del mañana

Carolina Vásquez Araya

04/01/2017 - 08:40

 

Las libertades civiles son cosa del pasado, hoy rigen corporaciones

Los humanos tendemos a crear ilusiones a partir de nuestras carencias. Así como inventamos historias románticas desde relaciones patológicamente opresivas, también construimos fantasías democráticas a partir de sistemas estructurados a propósito para negar a la ciudadanía toda posibilidad de incidencia. Esto no sucede solo a nivel local, es una realidad global a la cual nos acostumbramos por pura necesidad de compensar nuestra impotencia.

Al arrojar una mirada hacia tierras lejanas con víctimas abstractas de conflagraciones ajenas –gracias a medios internacionales que nos comparten la visión oficial de los conflictos- nos hacemos la idea de vivir en un reducto de relativa seguridad. Lo que no vemos es la garra posada con firmeza sobre nuestras decisiones y nuestra independencia nunca asumida. Con la ingenuidad propia de quienes desconocen los entretelones de la historia verdadera, es decir, la de los intereses corporativos en todo acto de política internacional, nos han terminado por convencer una y otra vez el discurso y la promesa.

Hemos visto ciudades destruidas por ejércitos en pugna. Hemos leído sobre otras tierras arrasadas en donde millones de mujeres y niños son violados o descuartizados por las bombas de fabricación estadounidense, rusa o de cualquier país industrializado cuyo poder descanse sobre el poderío bélico.

Con esa indignación de buenos ciudadanos comentamos sobre el horror de guerras ajenas que no nos tocan, creyéndonos inmunes. En los noticieros observamos horrorizados a miles de seres humanos emigrando hacia Occidente, como si no lo viviéramos en carne propia en la ruta hacia el Norte.  

Sin embargo, los aires de la globalización también traen residuos de pólvora. Lo que nuestros países vivieron durante la Guerra Fría es la versión “vintage” de los conflictos actuales en Siria o Palestina. También pusimos nuestra cuota de muertos por cada intento de instalar gobiernos independientes. No fueron disputas de carácter político sino groseras invasiones –unas más solapadas que otras- con el castigo adicional del embargo de la riqueza de nuestros países. Las primaveras democráticas resultantes de la caída de las dictaduras no lograron madurar lo suficiente como para crear sistemas democráticos sólidos, basados en el manejo de los recursos nacionales con una visión de progreso y bienestar para toda la población.

Las corporaciones nunca lo hubieran permitido. De hecho, la mayoría de gobiernos terminaron cediendo el dominio de sus mayores industrias y fuentes de ingreso y quienes se negaron a hacerlo comenzaron a sufrir el acoso de Estados Unidos y sus aliados. Con la alegre complicidad de gobernantes corruptos y sus grupos afines en los sistemas jurídicos, políticos y financieros, los candados se fueron cerrando sobre una riqueza a la cual nunca más tuvieron acceso sus legítimos dueños.

Hoy una mayoría abrumadora de la población de América Latina vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema. La niñez y juventud han perdido de manera progresiva las oportunidades de acceso a educación de calidad y alimentación apropiada para su desarrollo.

Este escenario, sin ser tan extremo como las áreas en guerra de Medio Oriente, sí nos coloca en la lista de las naciones invadidas cuyo progreso se detuvo en un punto sin retorno por obra y gracia de intereses que ni siquiera logramos imaginar. Los abusos cometidos por los países desarrollados contra los más ricos pero más débiles, quedarán inscritos como los peores crímenes en la historia de la Humanidad.

 

Carolina Vásquez Araya

Elquintopatio@gmail.com | @Carvasar 
 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Lo bueno y lo malo de la novela de Diomedes

Lo bueno y lo malo de la novela de Diomedes

La campaña de expectativa efectuada por RCN televisión para el lanzamiento de la novela sobre la vida de Diomedes Díaz, sin duda l...

Cuando no hay nadie en el espejo

Cuando no hay nadie en el espejo

  La decepción es una puñalada profunda y sigilosa que causa menos dolor que tristeza. Antes de eructar su rabia ante el cadáver...

Zazare es la paleta, Zazare es el color

Zazare es la paleta, Zazare es el color

"Zazare" solían llamar nuestros ancestros chimilas al Cesar, por apacible, de aguas calmadas y tranquilas. Su territorio era sobreabun...

La virtualidad en el vallenato

La virtualidad en el vallenato

  Definitivamente, la virtualidad llegó para quedarse entre nosotros. Muchas son las ventajas y otras las desventajas. Los concierto...

La niñez, un tesoro inapreciable

La niñez, un tesoro inapreciable

La constitución política consagra la prevalencia de los derechos de los niños sobre los demás. Asimismo, se ha establecido que po...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados