Opinión
Las capturas de cada dÃa
Â
Se ha vuelto tan usual el hecho que los colombianos nos levantemos cada mañana, y al tomar el café y encender la radio, leer prensa, o acceder a cualquier otro medio de comunicación, nos encontremos con que las noticias del dÃa son la captura de un alcalde, la apertura de investigación a un senador o a un representante, o la destitución de un gobernador. Pasa lo mismo con nuestros concejales y diputados.
Que estas cosas se hayan vuelto parte de nuestro diario vivir produce rabia, inconformismo, decepción, incredulidad en la dirigencia polÃtica colombiana, esa que poco hace por dignificar la institucionalidad del Estado y apartarla del retroceso.
Resulta inconcebible que hayamos tenido que familiarizarnos, involuntariamente, con conceptos como: peculado, prevaricato, concusión, cohecho, concierto para delinquir, abuso de autoridad, celebración indebida de contratos, enriquecimiento ilÃcito, soborno, malversación de recursos, entre otras conductas penales que deshonrosamente nos toca escuchar, leer, comentar y repudiar semanalmente.
Hoy, los órganos de control, la FiscalÃa General de la Nación, la PolicÃa Nacional y la Rama Judicial del poder público han tenido que centrar gran parte de su accionar en quienes se supone deberÃan ser sÃmbolo de ejemplo para la sociedad, en quienes deberÃan coadyuvar con la lucha contra la ilegalidad, pero que va, éste es el mundo al revés, aquà son nuestros congresistas, alcaldes, diputados, jueces, magistrados, concejales, fiscales, entre otros, quienes lideran y patrocinan las organizaciones y complots que enarbolan la bandera de la corrupción. Valga resaltar que no son todos, aún queda gente recatada, pulcra, y de buenas prácticas en la esfera estatal.
El pudor está extinto. Ya no importa la confianza que deposita el elector a través del voto popular, a pesar de que esta es un gran referente de la legitimidad democrática, el atraso polÃtico, social y democrático cada vez es más grande. Al parecer, la ética, la moral, los valores y los principios que rigen la función pública no significan nada.
Hoy dÃa estamos frente a una inestabilidad constitucional, en el sentido de que nuestros mandatarios, concejales, diputados y congresistas asumen la dignidad hoy, pero dejando la puerta abierta para abandonarla mañana o pasado mañana, y no precisamente por buenas razones, salen por la puerta de atrás, por el portón de la oscuridad, de la rufianerÃa, eso es hoy un periodo constitucional, una letra muerta.
Hace un par de dÃas Valledupar tuvo que ver cómo era conducido al palacio de justicia de la ciudad, en calidad de capturado, su concejal Leonardo Mestre Socarras del partido Cambio Radical, allà serÃa legalizada su captura por los delitos de peculado por apropiación, concierto para delinquir y falsedad  material en documento público, esto, por supuestamente estar vinculado al cartel de la chatarrización que al parecer operaba en la Secretaria de Tránsito municipal, en la cual fungÃa como asesor, en la administración de Freddys Socarras (2012-2015).
Con mucho respeto, y sin pisotearle el derecho a la presunción de inocencia al señor Mestre Socarras, hay que decir que es una pena, sumamente vergonzoso, que un concejal se vea envuelto en un lÃo judicial de esta categorÃa, no tiene ni la más mÃnima presentación, asà como no la tiene el hecho que la ciudadanÃa tenga que aguantar de forma reiterativa casos similares con alcaldes, gobernadores, en fin.
En entrevista con Semana, a Mario Vargas Llosa le preguntaron que si desde su punto de vista hace falta un nuevo Mandela en nuestra sociedad, él respondió que considera que en América Latina hay mucha gente decente, inteligente y demócrata, que lo que falta es convencerla de que se meta en la polÃtica, ya que no quieren ensuciarse en este mundo terrible y violento; de su respuesta puede colegirse que no es necesario ser un Mandela o algo parecido para hacer un buen papel en la vida pública, basta tener principios, ser Ãntegro y serle fiel a los cometidos estatales.
Entre tanto, nada de esto nos es extraño ni sorprendente, hace parte del despertar nacional, este es el pan de cada dÃa, o mejor dicho: “Las capturas de cada dÃa’.
Â
Camilo Pinto Morón
@camilopintom
Sobre el autor
Camilo Pinto Morón
Letras & Opinión
Camilo A. Pinto Morón, estudiante de Derecho de la Universidad de Santander, estudio leyes porque "pertenece a ese orden de cosas que se comprenden mejor cuando no se definen" - Levy Ullmann. Columnista de opinión en PanoramaCultural.com.co, el diario El Pilón, y Con la Oreja Roja. Fiel creyente de un oficio de opinar en serio, respetuoso, objetivo y responsable.
0 Comentarios
Le puede interesar
Santa Paz
El 23 de junio de 2016 es un dÃa para recordar y enmarcar en la historia de Colombia, puesto que después de más de cinco décadas ...
La idealización de la Patria chica
 Tuvimos la fortuna de nacer en un lugar edénico en la margen derecha del rÃo Grande de la Magdalena, rodeado de dilatadas sabanas...
Editorial: Qué serÃa Valledupar…
Una situación improbable sobre la que podrÃamos meditar. Un paro se cristaliza en tempranas horas de la mañana frente a la alcaldÃ...
Paradigmas tradicionales de la polÃtica colombiana
 En Colombia, a lo largo de toda su historia democrática, se han decantado cientos de procesos polÃticos (proselitismos y campaÃ...
¿En qué paÃs nacimos?
La historia de Colombia y la universal registrarán por años y siglos lo que ocurrió el domingo pasado en el paÃs de Macondo, cuan...