Opinión
Editorial: Muerte de un mural
¿Hay algo peor que ignorar o herir un artista en vida? Sí: borrar su obra después de muerto. La fatídica noticia de la desaparición del mural “Valledupar, tierra de Dioses”, del pintor Germán Piedrahita, y realizado en 1990 en la fachada del Concejo de Valledupar, generó un gran malestar el pasado fin de semana en la capital del Cesar.
La indignación fue notable en las redes sociales, donde se llegó a hablar del desprecio a la memoria de un artista que lo dio todo por su ciudad de adopción, y sin embargo, la muerte de este mural significa mucho más que una ofensa al legado de un artista.
La súbita desaparición del mural “Valledupar, tierra de Dioses”, sin más explicaciones que un acto vandálico realizado con brocha gorda y pintura blanca, representa, por encima de todo, la desafección que mantiene la capital del Cesar con su historia, con su patrimonio, con los que narran su historia, con los que más la quieren.
Ya no se observa un solo rastro de la creación artística en la fachada del Consejo. Es el silenciamiento de la memoria, de los símbolos de una Cultura. Un acto desconsiderado, y hostil en pleno centro histórico de la ciudad, una ofensa para todos aquellos que buscan la protección del patrimonio, pero también un atentado a la convivencia.
Mucho más que un mural, esta obra de Germán Piedrahita era una de las pocas representaciones de la historia de Valledupar desde los símbolos de su folclor en el centro histórico. El golpe a la Cultura, todavía sin explicar por la administración municipal, recuerda otra desaparición importante: la de la sala de exposiciones en la Biblioteca departamental hace unos años.
Querido Mural. Querido Germán. Que en Paz descansen.
PanoramaCultural.com.co
3 Comentarios
Gracias por la nota. Aprecio mucho el apoyo y reconocimiento en vida y postumo de la obra de mi papá. APB
Gracias por la nota. Aprecio mucho el apoyo y reconocimiento en vida y postumo de la obra de mi papá. APB
Envío un escrito alusivo: Infame decisión, que aspiro sea honra para ese gran amigo que fue Germán y su familia. Jairo Tapia Tiejen
Le puede interesar
Creación de un nuevo departamento en el Caribe colombiano
El río Magdalena –descrito abrumadoramente por historiadores, geógrafos, etnólogos y otras ciencias (que lo hacen desde la óp...
Los muertos que nadie cuenta
Los fieros enfrentamientos que protagonizan los miembros de las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), y los hombres ...
Editorial: La realidad de las etnias de Colombia
Entre las riquezas innegables de este hermoso país, evocamos con frecuencia las distintas etnias que componen la diversidad humana, li...
La Dirección de Tránsito y Transporte de la policía, un negocio multimillonario
En Colombia las ollas podridas se están destapando solitas y cada vez más nos desengañamos de algunas instituciones que para mucho...
Hablando de paz y echando balas
El sistema de diálogos pactado entre las FARC y el gobierno, consiste en hablar de paz bajo el fragor de los combates, por tanto el ...