Opinión
Editorial: El sueño de la Universidad Nacional en el Cesar
Hace justamente 2 años, la Universidad Nacional anunciaba la creación de una sede en Valledupar.
El comunicado mencionaba la asignación de un lote de 50 fanegadas en La Paz (Cesar) para la construcción paulatina del campus y también el desarrollo de unos programas de investigación firmados con otras instituciones de educación superior en la región con el fin de abrir nuevas posibilidades de educación.
En Mayo de este año, la noticia de un primer programa inaugurado en la Universidad Popular del Cesar con la maestría de estudios del Caribe saltaba a los medios, demostrando que lo anunciado no eran sólo palabras sino un proyecto real y concreto.
El programa enfocado en cuestiones ambientales incluye un grupo interdisciplinario dirigido a trabajadores sociales, psicólogos, lingüistas e historiadores que estudiarán especialmente problemáticas ligadas con el Caribe.
Sin embargo, más allá de este anuncio alentador, y aunque el tema haya vuelto a ser noticia en los medios, los progresos en la construcción del campus se han visto frenados por múltiples motivos y, entre ellos, está la cuestión económica.
A fecha de hoy, la sede de la Universidad Nacional en Valledupar sigue siendo un proyecto. Un sueño. Una necesidad para un porcentaje enorme de jóvenes que aspiran a una educación y una situación más favorable.
Las últimas noticias exponen un estancamiento debido a dificultades en la financiación. Pese a disponer de un lote, el proyecto no ha podido construirse y, con el fin de remediar a esa situación, se quiere llamar la atención del Ministerio de Educación y convencerlo sobre la necesidad de jalonar recursos por medio del gobierno nacional.
En este contexto, queremos subrayar el gran vacío educacional que conoce la región frente a la demanda creciente y la necesidad de unir fuerzas para persuadir sobre la relevancia de este proyecto de universidad en la región. Es primordial extender el acceso de la universidad a la población cesarense, no sólo por cuestiones de estabilidad y de paz, sino también de crecimiento y justicia social.
La presencia de la Universidad Nacional en La Paz (Cesar) representa una garantía de formación para miles y miles de jóvenes que, por cuestiones de recursos –y debido a las limitaciones logísticas de la UPC– no tienen acceso a la educación.
Así pues, convirtamos este proyecto en una prioridad, hagamos que de él nazcan frutos palpables, aceleremos su inauguración, para así brindar oportunidades a estratos marginados y elevar el nivel educacional de todo El Cesar.
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