Opinión

Valledupar le quedó debiendo a Toño Sagbini

Jorge Nain Ruiz

05/02/2021 - 05:40

 

Valledupar le quedó debiendo a Toño Sagbini
Toño Sagbini / Foto: Mario Daniel Fonseca

 

Al inicio de esta semana se nos fue un hombre que hizo más por Valledupar que muchos políticos de esos que, constantemente, se dan golpes de pecho, Antonio Manuel Sagbini Polo. Puedo dar fe que, sin haber nacido en Valledupar, entregó buena parte de su vida a esta ciudad y a su gente.

No sé cuántos periodistas o columnistas le hayan dedicado unas líneas a reconocer a este empresario exitoso, que llegó a Valledupar como técnico de radio y logró crear un emporio empresarial que denominó Almacenes Sagbini y levantó un edificio que para la época revolucionó a Valledupar. No sé cuántos hogares del Valle aún tienen electrodomésticos que ‘Toño’ le entregaba a crédito a personas de escasos recursos y que, en muchas ocasiones, les condonaba la deuda.

‘Toño’ Sagbini, como cariñosamente le llamábamos, era un incansable trabajador que amaba el deporte y la música vallenata. Buena parte de las ganancias de su trabajo y de sus empresas las dedicaba a fomentar y patrocinar equipos de fútbol y de béisbol, él mismo organizaba campeonatos, y cuando no conseguía patrocinio, almacenes Sagbini asumía los costos y los premios.

Pero Sagbini hizo un gran aporte al folclor vallenato y pocos en Valledupar se lo reconocieron en vida. En la época de los radioteatros en las emisoras, él se inventó el Festival Sagbini para impulsar los cantantes vallenatos, tanto hombres como mujeres, y lo realizó con sus propios recursos.

Por el Festival Sagbini pasamos muchos jóvenes cantantes que buscábamos una oportunidad y allí se nos abrieron puertas, para solo mencionar a algunos que me llegan a la mente: Farid Ortiz, Robinson Damian, Jorge Luis Ortiz, José Díaz, de las voces femeninas se destacaron Yolanda Ariño y Ludys de la Ossa, entre otras. Esos festivales se realizaban en la emisora Ondas de Macondo y las finales se hacían en la Plaza Alfonso López, por allá entre los años 1975 y 1985.

Los premios que ‘Toño’ Sagbini entregaba, eran electrodomésticos: neveras, televisores, lavadoras, máquinas de coser, equipos de sonido, la mayoría de los concursantes éramos de pueblos cercanos y algunos llegábamos a nuestras casas por primera vez con un aparato desconocido, que era la sensación.

Me contó el hoy abogado José Díaz Cujía, que, cuando él ganó en la categoría infantil, el premio fue una lavadora, que era la primera que llegaba a la población de El Molino en la Guajira, en aquella época, y el operario de la planta eléctrica del pueblo la prendió a plena luz del sol, solo para ver cómo funcionaba una lavadora.

En mi pueblo (La Loma), cuando yo llevé el televisor rojo de doce pulgadas que me gané en el Festival Sagbini, se arremolinaba la gente de la calle de las vacas a ver las novelas venezolanas en blanco y negro.

Antonio Sagbini fue un hombre altruista, empresario con responsabilidad social, trataba por igual, tanto a los de apellidos de abolengo, como a la gente de pocos recursos. Valledupar y su gente le quedaron debiendo un homenaje a ese hombre querido: ‘Toño’ Sagbini.

Colofón: Al momento de escribir estas líneas tengo información de una mejora en la salud de nuestros grandes hombres de la Paz: Pablo López y Jorge Oñate.

 

Jorge Nain Ruiz

@jorgenainruiz

Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz

Jorge Nain Ruiz

Vallenateando

Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.

@jorgenainruiz

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

 ¿Se suicida el vallenato o goza de buena salud?

¿Se suicida el vallenato o goza de buena salud?

Dicen que al hombre viejo todas las mujeres le parecen lindas, todas las cosas le parecen caras y toda la música moderna le parece hor...

La inseguridad en Valledupar

La inseguridad en Valledupar

“Ya uno no vale lo que antes valía De cualquier parte nos sale un disparo Ese es el plato de todos los días” [Emilianito Zul...

Territorio y memoria

Territorio y memoria

  Una mujer sabia del pueblo Misak, refiriéndose a la oralidad ancestral de su etnia, decía «Nuestro pasado es el presente», la p...

Amigos que pasan por nuestra vida

Amigos que pasan por nuestra vida

  En esa trashumancia obligada que uno hace por la vida, va encontrando en cada estación del camino a muchas personas, multitud de...

Borrascas en mi memoria

Borrascas en mi memoria

La tarde se tornó oscura, un manto negro bajó de lo alto de la Sierra y fue cubriendo toda la bóveda celeste, de repente todo se ilu...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados