Opinión
Los Cesares
Hace mucho tiempo, cuando las carreteras eran apenas vías rústicas que conectaban de pueblo en pueblo a nuestros padres y abuelos, existió una empresa transportadora, su propietario era Don Juan Bautista Días Mindiola (padre de nuestro amigo, el pibe Días).
Al principio, Juan Bautista Días contaba con dos buses, el Cesar uno y el Cesar dos. Eran idénticos, solo los diferenciaba su numeración, estos buses cometían la osadía de comunicar a Valledupar, con la zona bananera y parte de la Guajira.
Su punto de encuentro era en Caracolí, después de bajar uno el peligroso alto de las minas y el otro se disponía a subirlo. Era un espectáculo su llegada al pueblo, allí los esperaban bandadas de vendedores de comidas ambulantes, pero también había dos restaurantes incluso con habitación disponibles para viajeros en tránsito, sus propietarias eran Luisa Luque y la Beleño, también estos lugares en tiempos de carnaval se convertían en salones de bailes.
La llegada de los buses era esperada por mucha gente, los que se disponían a viajar y otros que esperaban a algunos viajeros que llegaban en los buses, de modo que las recuas de burros y de bestias se observaban amarradas a lo largo de la vía. En éstas continuaban sus viajes los que iban para los venados o fincas circundantes.
Quiero destacar que, ya en Valledupar en los años cincuenta, un guajiro emprendió con su peculio, una empresa transportadora, el departamento del Cesar y el municipio de Valledupar, han sido mezquinos y desagradecido con este hombre que, en los comienzos de nuestras vías, sacó a la ciudad del embotellamiento en que vivía.
Arnoldo Mestre Arzuaga
Sobre el autor
Arnoldo Mestre Arzuaga
La narrativa de Nondo
Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.
0 Comentarios
Le puede interesar
En defensa del punto G: Joaquin Guillen
Los griegos que inventaron nuestra manera occidental de pensar y hacer, dijeron que cuando el cielo está más oscuro, alguna est...
La amenaza de los transgénicos sobre la biodiversidad
Robert T. Fraley, vicepresidente ejecutivo de Monsanto, la trasnacional conocida como la gigante de los transgénicos, fue galardonado ...
Si el servicio militar es obligatorio, ¿por qué la educación no lo es?
Parece una contradicción sin justificación que en nuestro país, para el gobierno sea más importante reclutar a los jóvenes en la...
Fidel, ¿tirano y fascista?
Fidel Alejandro Castro Ruz desde su fallido intento de asalto al Cuartel Moncada, su llegada e ingreso a Sierra Maestra, el inicio de...
El abrazo de la victoria y el poso de la derrota
El fútbol es el deporte de las multitudes, es el fervor de los sentimientos colectivos de un pueblo. Esa pasión nace por el arr...