Opinión

La verdadera amenaza viene del campo

Nerio Luis Mejía

19/10/2022 - 04:55

 

La verdadera amenaza viene del campo

 

Colombia cuenta con una extensión territorial de 1.141.750 km2 y una población estimada en 51,6 millones de habitantes para el año 2022, que de acuerdo a mediciones del DANE entre el trimestre de junio–agosto del 2022, el total de su población campesina fue de 15.001 personas mayores de 15 años que se identificaron como campesinas, para el total nacional.

Estas cifras deben preocuparnos por la extensión descontroladas de sus urbes y el poco y precario interés de habitar en sus sectores rurales, los 40 millones de hectáreas de su potencial agrícola son suficientes para ubicarnos como una gran potencia alimenticia del mundo, si las aprovecháramos en su totalidad, a pesar que solo cultivamos un promedio de 17% de su suelo, estas cifras cada día están condenadas a reducir su productividad.

El departamento del Cesar se ha caracterizado por ser una tierra habitada por mujeres y hombres labriegos, con el paso del tiempo, sus habitantes parecen ver mejores oportunidades, en sus sectores urbanos que, en el rural, lo que ha conllevado a una gran concentración de su población en pueblos y ciudades. Esto ha incidido en las altas cifras de desempleo las cuales ubican nuestra capital Valledupar como la segunda ciudad con mayor tasa de desocupación e informalidad en el país.

Tras una visita reciente por algunos municipios del Cesar, se puede evidenciar la precariedad de sus vías terciarias, el alto costo de los agro insumos, sumado a ello, la poca mano de obra que se requiere en la temporada para la recolección de su cosecha cafetera, en las estribaciones de la serranía del Perijá.

Seria oportuno que nuestros gobernantes abordaran a tiempo este mal presagio que ya empieza a asomarse en nuestra región, con el diseño de una política pública que haga llamativo el trabajo agrario en el departamento y que las personas vean el campo como una gran oportunidad de generación de empleo de calidad que dignifique el sentimiento del campesinado nacional.

La asimetría en materia de inversión entre los cascos urbanos y el sector rural es dantesca, por lo tanto se requiere volcar grandes esfuerzos en tratar de minimizar esa gran brecha, que constituye una verdadera amenaza a la hora de cosechar nuestros alimentos. El campo cesarense debe verse como una oportunidad en la generación de mejores condiciones de vida, tanto para los trabajadores agrarios como para el consumidor final que somos, esa gran masa que habita en la urbe sin la más mínima consciencia que cada producto que echamos en nuestras cestas, vienen impregnados de historias de vidas de quienes riegan con el sudor de sus frentes y las destrezas de sus manos el pan que servimos en nuestras mesas.

El problema no radica solamente en la problemático de a quién se le debe entregar los 3 millones de hectáreas de tierras productivas, ahora el desafío está en saber a cuáles se les va a delegar esa gran misión de poseerlas y cosecharlas, ya que, de acuerdo a todas estas mediciones, cada día es menos el interés de las presente y futuras generaciones por trabajar la tierra.

La mutación del conflicto social y violento que vive el país, requiere de la acción y el compromiso del grueso de nuestra sociedad en mirar hacia el desarrollo agrario y de esa manera demos respuestas oportunas, a la sobrepoblación urbana y conjuremos la verdadera amenaza que viene del campo, como es el hambre.

 

Nerio Luiz Mejía

Sobre el autor

Nerio Luis Mejía

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Pensamientos y Letras

Nerio Luis Mejía es un líder comunal, defensor de los Derechos Humanos, quien ha realizado de manera empírica un trabajo de investigación acerca de las causas que han propiciado -y siguen alimentando- el conflicto armado y social colombiano. Mediante sus escritos, contextualiza las realidades territoriales.

@NerioMejia24

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