Cine

Pasante de moda: dinero, trabajo y algunas preocupaciones

Mabel Salinas

21/10/2015 - 07:10

 

Pasante de moda: dinero, trabajo y algunas preocupaciones

En 2006 conocimos a Andy Sachs (Anne Hathaway), una joven sin la más remota idea sobre moda, que termina convirtiéndose en la mano derecha de la reina de la industria, Miranda Priestly (Meryl Streep), alter ego de Anna Wintour, verdadera cabeza de la prestigiosa revista Vogue. Casi 10 años más tarde, Hathaway regresa al torbellino del buen gusto y lo fashion en “Pasante de Moda” (“The Intern”).

Como Jules Ostin, parece que Hathaway es más madura y no despega los pies del piso pese a su éxito, pero está parada sobre arenas movedizas. Es la jefa y fundadora de una tienda online de ropa que en 18 meses se convirtió en un éxito que le permite tener más de 200 empleados aunque a un costo elevado.

Su aparente inexperiencia genera que la empresa se le vaya de las manos, sus inversionistas quieren que contrate a un CEO y su matrimonio se desmorona. Afortunadamente para ella, en este caso no tiene a una neurótica y tiránica Meryl Streep como aliada, sino que la voz de la experiencia viene de Robert De Niro, completamente sabio y enternecedor. Él es Ben Whitaker, viudo que aplica para un programa de internos “mayores” y que termina siendo el mentor espiritual de Jules.  

Así es la vida a veces, parece que las tormentas se disipan sin mayor contratiempo ni ríspidos enfrentamientos. No hay necesidad de que pase algo extraordinario. Sin embargo, en el cine se requieren conflictos que se resuelvan y provoquen que la historia avance, para llevar al espectador de un punto A a un punto B.

Eso no ocurre en “Pasante de Moda”, un filme tierno, con humor espolvoreado y que examina la distancia entre generaciones grácilmente. Sus escenas enfatizan la muerte de la caballerosidad (¿por qué los hombres ya no usan pañuelos?) o la importancia de la vorágine tecnológica como marcapasos de la vida moderna (las charlas cara a cara han sido suplantadas por mensajes de texto y mails), pero nada más. Ello resulta en una cinta plana y poco elocuente que es demasiado extensa para lo que propone.    

Si bien la película es una buena opción para disfrutarse en familia e incluso llevar a la abuelita, su construcción se basa en personajes trillados que se dejan conocer principalmente a través de los diálogos que de sus acciones y terminan siendo unidimensionales pese a que las actuaciones cumplen en el filme escrito y dirigido por Nancy Meyers. Probablemente porque el elenco está muy bien casteado y es liderado por dos ganadores del Oscar. De lo contrario, el resultado pudo haber sido muy diferente.

 

Mabel Salinas 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El taller #TengoUnaPelícula llega a Valledupar

El taller #TengoUnaPelícula llega a Valledupar

  En el año 2003, con la creación de la Ley 814, ampliamente conocida como la Ley del Cine, se estableció también la aparición...

Tinker Bell, una película infantil con reflexiones adultas

Tinker Bell, una película infantil con reflexiones adultas

Las películas infantiles no deben ser el foco de críticas por el simple hecho de dirigirse a los niños. Narrar una historia y atraer...

Neruda y el hijo de una infección venérea

Neruda y el hijo de una infección venérea

  I Óscar, a través de su voz penetrante y melodiosa, me arrastra hacia un Chile que se ahorca con el cable de la locura. Habla so...

Spectre o el culto a la madurez de James Bond

Spectre o el culto a la madurez de James Bond

Skyfall (2012) la primera aventura de James Bond dirigida por Sam Mendes, sirvió para muchas cosas. Por ejemplo, para que más de u...

Punto de quiebre: ¿un remake necesario?

Punto de quiebre: ¿un remake necesario?

Hace tiempo que no llegaba a esta columna con una crítica dura y contundente. Quizás porque la Navidad había mermado mi intransige...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados