Cine
La vejez de los genios
La historia fluye en un suntuoso spa que está situado a los pies de los Alpes suizos. Los protagonistas son dos viejos de algunos ochenta años: un compositor y director de orquesta que se niega a volver a hacer conciertos, y un cineasta que con unos muchachos está luchando por acabar una película, a la que ha llamado “Mi testamento”.
Claro, estos viejos tienen los roles esenciales, pero existen otros personajes que son tan enternecedores como ellos, por ejemplo, el actor que aspira a no ser recordado porque hizo el papel de un robot, los ancianos amantes que en ningún momento se hablan, la joven masajista que lo comprende todo con sus manos, el Maradona gordiflón que camina con un bastón pero que sigue amando a la pelota, la mujer que le teme a las alturas y que vuelve loco a los hombres con su sexo.
Los temas básicos son la juventud, la vejez y la creatividad, pero por medio de ellos se abordan otros asuntos importantes de la vida: el amor, el odio, el dolor, la traición, la muerte… Se puede apreciar un dibujo vigoroso de la melancolía que causan los años, las fuerzas y las capacidades que poco a poco se van disipando. Hay un juego bello de voces que enardece la carne y que lleva a sentenciar que la inteligencia y el humor son lo mismo.
Se trata del filme La juventud del director italiano Paolo Sorrentino, quien en el 2014 ganó el Oscar a mejor película extranjera con La gran belleza. La juventud es un tratado de filosofía, cinismo y de cine felliniano (Sorrentino es un alumno de Federico Fellini). Tiene unos diálogos inteligentes y chistosos, pero jamás dejan de ser naturales, bellos.
Todas las actuaciones son impecables, en especial las de los zorros viejos de Michael Caine y Harvey Keitel. La fotografía es tan hermosa como el desnudo que hace Poppy Corby en la piscina del hotel, el montaje es perfecto y la música es poesía. Bueno, la película de Sorrentino es poesía del principio hasta el final, poesía pura que es capaz de entusiasmar y retorcer el espíritu.
Carlos César Silva
@CCSilva86
Sobre el autor
Carlos Cesar Silva
La curva
Carlos César Silva. Valledupar (Cesar) 22 de noviembre de 1986. Abogado de la Universidad Popular del Cesar, especialista y magister en Derecho Público de la Universidad del Norte. En el 2013 publicó en la web el libro de artículos Cine sin crispetas. Cuentos suyos han sido publicados en las revistas Puesto de Combate y Panorama Cultural. Miembro fundador del grupo artístico Jauría. Cocreador del bar cultural Tlön.
0 Comentarios
Le puede interesar
La historia de los dibujos animados: origen y evolución de una técnica revolucionaria
El origen de los dibujos animados lo encontramos en el teatro de sombras javanés, que se remonta al siglo XVII. Este arte consist...
Minúsculos: los insectos al servicio del mejor cine de animación
Minúsculos cuenta la historia de una vaquita de San Antonio -o mariquita-, que emprende su camino lejos de su familia y se inserta soc...
Spectre o el culto a la madurez de James Bond
Skyfall (2012) la primera aventura de James Bond dirigida por Sam Mendes, sirvió para muchas cosas. Por ejemplo, para que más de u...
Fiesta de Navidad en la oficina: irreverentemente navideña
La Fiesta de Navidad nos puede reservar las mejores y peores sorpresas. A veces incluso una mezcla de todo, como la comedia “Fiesta...
Cómo ser un latin lover: otra cine-fórmula para el público latino
Después del efecto “No se aceptan devoluciones” (2013), no es fácil regresar al cine con algo revolucionario. Ni siquiera c...