Literatura

Lo que me dejó el amor de Julieta

Leonardo José Maya

21/03/2013 - 11:50

 

No quedan rastros de mi amor bajo tu cielo, pero me alegro mucho de haber volado en él.

Tenía doce años cuando Julieta me prometió que si le llevaba una mariposa ella me entregaría su amor. Recibí un beso muy breve como anticipo y la imaginación se me desbordó para siempre.

Al día siguiente, le llevé una mariposa hermosa que atrapé camino al colegio. No le gustó. Entonces me fui a los arroyos y manantiales cercanos, con el tiempo escalé montañas y hasta me perdí tres días con sus noches en las cumbres gélidas de la Sierra Nevada para llevarle las más hermosas que existían. Los lunes aparecía en el colegio con enjambres de mariposas exóticas. Ninguna le gustó.

Días después, ante la insistencia de mis promesas, decidió darme una segunda oportunidad. Me pidió que le llevara la flor más bella que encontrara a cambio de lo prometido.

Nunca perdí el entusiasmo. Visité montañas, ríos y manantiales. Asalté todos los jardines de la ciudad, me volví un pirata de flores, el salón de clases lo convertí en un jardín botánico repleto de flores tropicales y mariposas desconocidas por la ciencia.
Ninguna le gustó.

Decidí olvidarme de ella cuando el asunto se me convirtió en un problema mayor que debía resolver: atender tantas mariposas cautivas que llevé a casa. Me acosaban todo el día, se posaban en mis libros abiertos a chismosear todo lo que leía, se enteraban de todo cuanto escribía en mis cuadernos, yo les ponía agua de azúcar en las flores para alimentarlas y se adaptaron tanto que nunca quisieron regresar, después se convirtieron en mis confidentes ( aún lo siguen siendo), me acompañaban los domingos de paseo y hasta aprendieron mis preferencias musicales pero lo bueno era que mi casa vivía llena de chicas que iban a ver mis mariposas domesticadas.

Desde luego, nunca conseguí el amor de Julieta pero estoy seguro que si a ella le hubiera gustado una de mis mariposas, me habría perdido la mejor época de mi vida.

 

Leonardo José Maya

ljmaya93@hotmail.com

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Civilización y barbarie en la Literatura Latinoamericana

Civilización y barbarie en la Literatura Latinoamericana

  La Literatura Latinoamericana tuvo que superar la tradición hispana en los inicios, para luego vagar en la indefinición de una ac...

Tres poemas de un amante, por Rafael Darío Jiménez

Tres poemas de un amante, por Rafael Darío Jiménez

  El poeta Rafael Darío Jiménez nació en Aracataca y, desde muy temprano, se contagió de las sonoridades, los aromas y la magia q...

Claves del oficio de escritor, según Nahum Montt

Claves del oficio de escritor, según Nahum Montt

Es cierto que la escritura es una de esas actividades que se cultivan a puertas cerradas, que se alimentan del ejercicio solitario y te...

La balada de Iza, de Magda Zsabó

La balada de Iza, de Magda Zsabó

La Balada de Iza, de la escritora húngara Magda Szabó (1917-2007) –una de las escritoras más importantes de la Hungría del sigl...

El cucarachero millonario

El cucarachero millonario

Las calles polvorientas de Sagarriga de la Candelaria, transitadas hasta entonces sólo por recuas de burros y mulas, cargados unos con...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados