Literatura
Ivan Emilio Gutiérrez expone los horrores de la policía chulavita
Una novela para entender el desarrollo del conflicto colombiano en los últimos 60 años. Así podría describirse la última novela de Iván Emilio Gutiérrez “Cuando arden las palmas” (Gente Nueva editorial, 2013), aunque, esta imagen opaca también mucho de lo que aparece en ella.
La obra que presentó el autor pacífico en la Alianza Francesa de Valledupar se inscribe en esa línea de novelas que tratan de reconstruir la realidad histórica de una aldea sin dejar por fuera ninguno de sus partícipes, sean viles o queridos.
La novela expone las revueltas que vivió el municipio de La Paz-Cesar cuatro años después del magnicidio que asoló a toda Colombia. “Para retomar la realidad de esta novela hay que remembrar el día 19 de abril de 1948 cuando la ira popular se extendió en toda una nación”.
Ese contexto es decisivo y marca de entrada la tonalidad de la novela. “El territorio nacional vivió una política convulsionada por todo tipo de enfrentamientos. Los provincianos estaban atemorizados, toda la república se hallaba sobrecogida ante la fatal consigna proveniente de la capital a sangre y fuego”.
La policía chulavita, encargada de la represión, aparece en la novela con esa sombra malagüera y puede considerarse hoy todavía como un factor del rechazo a la autoridad que padece el pueblo.
“Para entender el término chulavita –explica Iván Emilio Gutiérrez– hay que retroceder a principios del siglo XX, cuando después de la guerra de los mil días, el gobierno conservador convirtió la policía en una fuerza de choque para afianzar su poder y la puso al servicio de los caciques pueblerinos. En nuestra triste realidad, es la historia de los pobladores de la vereda chulavita Boyacá, de ahí nace su nombre”.
Pero más allá de los acontecimientos históricos, “Cuando arden las palmas” es un acopio de múltiples historias y personajes, pequeñas realidades y vivencias que terminan impregnándose de una fantasía sobrecogedora. “Los personajes son todos realistas –comenta Iván Emilio–. Sólo es la forma de describirlos lo que les da un carácter ficticio”.
Tras dos novelas publicadas y muchos años visualizándola, el autor reconoce que esta reciente publicación es su más importante creación. “Debió ser la primera novela. Pero era importante para mí madurarla”.
El largo proceso de escritura de esta novela se debe al deseo del autor de incorporar, de manera exhaustiva y precisa, historias de personas conocidas. “El contexto ya estaba realizado pero yo quería enriquecerla con todas estas realidades”.
En su presentación, el escritor se mostró satisfecho con el esfuerzo producido. “Me siento agradecido conmigo mismo porque cumplí lo que quería hacer”, reconoció Iván Emilio.
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