Literatura

Miguel Barrios Payares, ganador del premio El Túnel 2011

Redacción PanoramaCultural.com.co

30/01/2012 - 00:06

 

Miguel Barrios Payares en el Parque de las madresCon su cuento “Didáctica y herramientas para juegos nocturnos”, Miguel Barrios Payares se ha hecho un hueco en la narrativa breve del país. Este joven astreano de 25 años, residente en Valledupar, ingeniero de sistemas y gran amante de la literatura, se dedica desde hace más de cinco años a almacenar anécdotas e historias para escribir.

La historia de Fabio ––el protagonista de su cuento–– es un relato tragicómico en el que la desgracia pasea con la esperanza. Un contador público derrotado por la vida, por el deseo de un instante y, luego, por la necesidad. “Valledupar está llena de gente así”, me explica el autor con una sonrisa y enseguida me asegura que no se inspiró de nada en concreto para construir la trama.

Un par de Aguila lights llegan a nuestra mesa. Un leve trago invita a la discusión.  Comento a Miguel que su cuento me recuerda algunas tramas de John Fante por su tono cercano y su derrotismo. Un derrotismo humano en el que la franqueza es lo que prima. Miguel Barrios reconoce cierto interés por ese autor, ha leído casi todas sus novelas, pero me explica que, mientras escribía el cuento ganador, leía a Bret Easton Ellis (el autor de American Psycho) y Murakami.

En el cuento destaca una frase que no tardo en señalar: “Las cosas en Valledupar suelen recordarse por un buen tiempo. Después se olvidan, pero mientras duran, son un cuchillo en el hígado”. Una frase que podría resumir el destino del protagonista. Miguel Barrios aprueba y sostiene que así es la vida en la capital del Cesar. Verdades lanzadas a modo de imagen pero que, como lo exige la literatura actual, se alejan de la simple moraleja.

Cuando le pregunto al autor si el premio ha cambiado algo en su vida, me responde que no. “No ha cambiado mi forma de concebir el oficio de escribir ––añade––. Yo tenía claro qué quería hacer”. Miguel se muestra consecuente con su afición por la escritura, sabe que escribir es el fin y que los premios pueden estar o no: lo que persiste es el ejercicio diario. En su recuerdo está una obra destacable de Ernesto Sabato ––“El escritor y su fantasma” ––, que sirve para ilustrar el oficio de escritor. “Al final, nadie se divierte escribiendo”, explica Miguel.

La conversación llega a su punto culminante. Miguel Barrios y yo hablamos de lo que es la escritura en sí, haciendo caso omiso de su obra, para analizar lo que empuja una persona a dejar plasmado sus pensamientos en una hoja en blanco. “Quizá sea una necesidad comunicativa, por eso uno se pone a escribir”, explica Miguel. Una necesidad que puede ser malinterpretada o incluso desdeñada por muchos: “A veces nos decían ¿Por qué hacen eso del blog de literatura? ¿Por qué pierden el tiempo con eso que nadie lee?... pero yo lo hago porque me gusta”.

Llega un momento en el que escribir se transforma en una cuestión existencial. En la base de una vida que a veces carece de sentido. Un ejercicio transformado en un reflejo.  A los 20 años Miguel Barrios fue tocado por esa adicción que, ahora, le persigue por todas partes. La lectura fue lo que le llevó a escribir, naturalmente. “Es el paso natural antes de la escritura”, comenta el autor.

Cuando escribe, Miguel necesita tener un fin bien claro. “Yo maduro la idea en la cabeza y, cuando creo que tengo el título y el final, empiezo a escribir… Escribo cuando ya sé adonde voy”. El principio no es tan importante para él, pero sí el objetivo principal. Ahora, el joven está metido en su primera novela que ––cómo  no–– tiene a Valledupar como escenario.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Los cuentos, esas pequeñas grandes historias

Los cuentos, esas pequeñas grandes historias

  Los cuentos son narraciones breves, de pocos personajes y centradas en un único suceso. Y es, de todos los géneros literarios, el...

Las máscaras del aire, el poema colectivo que clama por la decencia y el respeto a la Tierra

Las máscaras del aire, el poema colectivo que clama por la decencia y el respeto a la Tierra

Los tiempos más alarmantes dan espacio a las iniciativas artísticas y literarias más loables. Inesperadamente (y afortunadamente), l...

El crimen de las jirafas

El crimen de las jirafas

Aunque era el más grande del curso, Ernesto no tenía ínfulas de capo ni se comportaba de manera arbitraria. Su actitud hacia nosotro...

Restos orgánicos de un mundo anterior: escribir para recuperar el pasado

Restos orgánicos de un mundo anterior: escribir para recuperar el pasado

  Cuando era pequeña, mi madre me llevaba con ella a sus viajes de trabajo. Uno de esos viajes lo hicimos en un diciembre, así que ...

Entrevista de trabajo

Entrevista de trabajo

  Gustavo llevaba un saco de paño que le quedaba grande, una camisa que no le abotonaba en el cuello, una corbata que le llegaba a l...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados