Literatura
La literatura como espacio de significación
“El significado de un libro radica en que el propio libro desaparezca de la vista, en que se lo mastique vivo, se lo digiera e incorpore al organismo como carne y sangre que, a su vez, crean nuevo espíritu y dan nueva forma al mundo”, Miller (Trópico de capricornio)
La manera como el sujeto establece una relación con la realidad está determinada fundamentalmente por la representación y lectura que este hace del mundo; no como un simple receptáculo de información, en el cual las cosas y los acontecimientos se mostrarían de forma plana u objetiva y cuya recepción sería inmediata o mecánica.
Lo constitutivo de la representación es su incesante búsqueda por hacer coincidir los objetos presentes con el modo en que el sujeto concibe la realidad, es decir, la manera determinante como el sujeto instituye un lugar desde el cual significa su existencia y le da un sentido a las relaciones que funda. El sentido al que se hace referencia se constituye como el lugar por excelencia del sujeto en la estructura social, cimiento de las diferentes formas discursivas donde aquel crea un vínculo social, un orden discursivo particular.
Así, para Ernesto Sábato, por ejemplo, el arte en general y la literatura en particular, ocupan un lugar privilegiado, preeminente dentro del conocimiento del hombre, pues quizás sea en el arte, por su carácter metafísico, donde realmente se puede situar este conocimiento. Siguiendo a Friedrich Nietzsche, dice Sábato: […] el filósofo se preguntó si la vida debía dominar sobre la ciencia o la ciencia sobre la vida, y ante este interrogante característico de su tiempo, afirma la preeminencia de la vida, la vida del hombre no puede ser regida por las abstractas razones de la cabeza, sino por les raísons du coeur (1976, p. 121).
Por lo tanto, Sábato reconoce que la vida no debe ser regida por la ciencia, sino por las “razones del corazón”. La vida sobrepasa el lenguaje estático y rígido de la ciencia, la vida fluctúa, cambia, muta y está en constante movimiento: es por ello que puede romper y alterar los patrones científicos. Dichas afirmaciones generan un problema fundamental en relación con las llamadas humanidades, y es que, a pesar de lo dicho por Sábato, la investigación social no ha podido, como lo afirma Zemelman, desplazar los estudios del sujeto del marco cientificista (2001). Por el contrario, la ciencia debería entender al sujeto y su contexto al comprobar que la realidad sobrepasa sus marcos fijos; la investigación científica, paradójicamente, busca acomodar al sujeto y su contexto a estos marcos, creando realidades ficticias, discursos que muestran un sujeto y una realidad que no existen. En este sentido, ¿puede la literatura funcionar como metáfora de una razón del corazón y servir como puente para análisis sociales?
Sábato (1976) afirma que el arte en general y la literatura en particular deberían ser puestos al lado de la ciencia como otras de las múltiples formas de conocimiento, puesto que, al ser una actividad del interior, el arte y la literatura permiten dar una versión de la realidad que no se reduce a un objeto, sino que articula la complejidad de lo objetivo de la ciencia complementándola con lo subjetivo, con la complejidad que nos caracteriza como seres humanos. El arte permitiría entonces un conocimiento amplio del hombre, al conjugar realidades y establecer un lugar a lo emocional respecto de lo mental, a lo individual frente a lo colectivo, a lo estructurado frente a lo complejo y desestructurado, a un juego entre la verdad científica, el pensamiento puro, lo mítico, lo metafórico y lo poético.
El espacio de significación de la literatura va más allá de este tipo de conocimientos alternos: no solo ofrece a los lectores lugares comunes, sino, ante todo, conjugaciones entre las realidades que vive el sujeto en su interacción con el mundo. Luego, entonces, es posible analizar aquellos modos en que esta relación de complementariedad problematiza nuestra propia condición de existencia y, a partir de este ejercicio, reflexionar en otro tono sobre conceptos como el de ciudadanía.
Caterine Pardo Mojica
Universidad Central de Colombia
Acerca de esta publicación: El artículo titulado “ La literatura como espacio de significación ”, de Caterine Pardo Mojica, corresponde a un capítulo del ensayo académico “ Violencia transpolítica en el cuento colombiano: análisis de una ciudadanía emergente en “Álbum de billetera” ” de la misma autora.
1 Comentarios
Felicitaciones!
Le puede interesar
El departamento de Sucre en la configuración de Macondo
Todo escritor vive momentos importantes que influyen decisivamente en forjar una identidad literaria, precisar un estilo narrativo,...
Clítoris Clítoris, el poemario de Maria Estela Guedes
Maria Estela Guedes (Portugal, 1947) es una intelectual de primer orden. Es poeta, ensayista, crítica literaria y de arte, dramatu...
Un hombre condenado a muerte
Homenaje a Juan Gelman Ya no tengo preguntas sé que no hay respuestas le pregunté al cancerbero le pregunté a los muros le preg...
Carmen Matojo
Nadie sabe cuándo ni cómo llegó al pueblo, lo cierto fue que desde su llegada las mujeres se sentían incómodas con su presencia. D...
La expedición a El Dorado o al inframundo del amor
La serpiente sin ojos es una novela de ríos, de fantásticos lugares y hombres atados a sus deseos. Caudales de agua con la intens...