Literatura
Tres poemas de Yolaida Padilla
Yolaida Mercedes Padilla es –además de docente–, una poetisa con una energía y una sonrisa indoblegable. Nacida en San Diego, heredó el amor de su abuelo acordeonero por las cumbiambas y la música vallenata. De la misma manera, su padre vivía las letras de las canciones, las cantaba y en sus gestos plasmaba ese entusiasmo que Yolaida demuestra, ahora, en cada acción que emprende.
Antes de regalarnos algunos de sus últimos poemas, nuestra poetisa nos invita a conocer ese universo poético que la llevó a componer versos. Ya desde muy pequeña, cuando su padre se iba a la finca, Yolaida cogía la radiola y los discos y se extasiaba escuchando las letras hermosas de Alejo Durán, Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa, José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Javier Solís y muchos otros.
Con sólo 13 años, las letras de la canción “Cataclismo” la conmovían: “Desesperada presintiendo tu partida, me imagino que te has ido para ver la reacción que sufriremos cuando estemos separados y tú pienses en mis besos…”
A partir de aquella época, Yolaida Padilla fue acercándose siempre más a la poesía, al mundo de las palabras y sus metáforas. Desarrolló un sentido especial para contemplar las cosas bellas de la vida, la ternura, la dulzura y la gente.
El primer poema que compuso se llama “Mirando a las estrellas”: unos versos que hablan del amor desde una óptica adolescente e inocente. Después llegaron otros poemas dirigidos a su madre.
Sus influencias son numerosas pero hemos de destacar a Pablo Neruda: el primer poeta que leyó. Luego, Gabriela Mistral la fascinó por su inmensa calidad humana y su marcado amor por los niños. Ese amor por los niños, Yolaida lo comparte y, quizás por eso, lleve 25 años trabajando como maestra con niños de 1 a 4 años.
Su primer libro de poemas se titula “El tiempo y el amor” y los poemas que siguen son inéditos. Tómense el tiempo de leerlos con calma y de compartirlos…
TREN SIN REGRESO
Embarcarse en ti
Es abordar un tren
De infinitos vagones
Los cuales llevan silencio
Si deseas bajarte… ¡no puedes¡
Porque te condicionan
Que tienes que esperar
Que pase el último
Mientras tanto
Se te va la vida
Porque no tiene puertas de salida
Estando dentro descubres
Que es inamovible
Eres ¡un tren sin regreso¡
[San Diego Enero 25 de 2012]
LOS NIÑOS
De los brazos maternos
Llegan los niños a mí
Se sienten solos desamparados
Gritos y lágrimas sin fin…
Ariscos temen desconsolados
Nada reciben, soy para ellos
una completa desconocida
sus deseos, sólo es huir
buscan la puerta de salida.
¡Dios ayúdame, dame fortaleza!
Suelo decir ante el caos de llanto
Y el dueño de los Cielos y la Tierra
Convierte mi voz en suave canto.
Los chiquitines, con el paso de los días
Poco a poco van cambiando
Con dulce trato y con caricias
Su confianza me voy ganando.
Cuando se van adaptando
A estar en su nueva casa
Y que empiezan a quererme
Aunque vengan a buscarlos
Felices ¡no quieren irse!
Quisieran seguir jugando.
Más de veinte años de experiencia
De arduo y maravilloso trabajo
Con la ayuda de DIOS, de mi esposo,
La vocación, la paciencia,
La responsabilidad y el cariño
Cada año logro salir adelante
Con mi hermoso grupo de niños.
[San Diego febrero 2011]
TE RECUERDO
Te recuerdan las horas yertas
La brisa irónica al danzar
Las lerdas y ajadas hojas al cabecear
El polvo que se levanta en la calle
Cuando el ruido de la ciudad perturba el alma
Y penetra silbante al oído.
Y yo… te recuerdo
Con la gente que tropiezo al pasar
Con mis pasos lentos que hacías agigantar
Pensando en el pétreo lecho
Que taciturno nos solía albergar.
Te recuerdo…
Cuando el sol muere arisco en mi espalda
Cuando las horas picos acechan las avenidas
Y corro absorta al cruzar.
Te recuerdo … ¡Cuánto te recuerdo!
Al mirar desolado el cómplice murito
Que me amparaba hasta verte asomar
Y el corazón rebotaba en mi pecho
Arropado por la ansiedad
Invadida por dulce pánico
Avanzando hacia tus brazos
Rumbo a la felicidad.
Hoy cuando el tiempo pasó
También te recuerdo… a solas…
En el oscuro laberinto de mi intimidad
Con el ruidoso ventilador que mueve triste
La arandela azul de mi sábana muda
De pronto me levanto…
Salgo al patio, miro el sol y… descubro
Que tú recuerdo….
¡!tú recuerdo es lo más lindo!!.
Y lo he de llevar conmigo
Hasta la misma eternidad.
[San Diego, enero 2012]
0 Comentarios
Le puede interesar
El muchacho de los mandados
Todos los días, apenas terminaba de ayudar a mi papá en la venta de hielo que tenía en el mercado, me iba a pescar al río Magda...
Arnoldo Palacios: un escritor pese a la adversidad
Afectado por una poliomielitis que lo obligó a usar muletas de por vida a partir de los dos años, pero que sin embargo nunca cons...
La balada de Iza, de Magda Zsabó
La Balada de Iza, de la escritora húngara Magda Szabó (1917-2007) –una de las escritoras más importantes de la Hungría del sigl...
La vida de un libro antes de ser un libro
A lo largo de la vida podemos ver cientos de libros en muchos lugares del mundo: originales, traducciones, novelas históricas, nar...
Cuando leer es aprender a escribir: El juilguero de Donna Tartt
En estos últimos días estuve sumergida en un libro de Donna Tartt (Estados Unidos, 1963), una obra que debería ser estudiada en los ...