Literatura
¿Un relato cualquiera?
Â
No, éste no es un relato cualquiera, pues está dedicado a mis miedos. A mis miedos del presente, del pasado y del futuro. ¿Y por qué dedicarles un relato? Porque les estoy muy agradecido. En algunas ocasiones se comportaron como barreras que me impidieron hacer tonterÃas, o más tonterÃas aún, al actuar a modo de alarmas que reaccionaban ante situaciones inadecuadas. Pero, otras veces, actuaban como trampolÃn para impulsarme por encima de los propios miedos y conseguir un objetivo anhelado. En multitud de ocasiones, ha sido la lucha por vencer ese miedo que me impedÃa conseguir algo; ese miedo que me paralizaba, lo que me ha hecho trazar un nuevo camino y recorrer nuevos paisajes. Unos paisajes, por los cuales -de no haber tenido tener ese miedo; esos miedos que me impedÃan avanzar-, posiblemente nunca hubiera transitado.
Sà celebro y agradezco mis miedos; mis propios miedos. Sin embargo, desprecio – y en la medida de mis escasas fuerzas, combato- los miedos que nos intentan provocar a lo largo de la vida. Desprecio y combato los miedos socialmente útiles; aquellos que nos inculcan casi desde el momento del nacimiento hasta la muerte; aquellos que sirven para que nada cambie; aquellos que sirven para nos puedan seguir pisoteando. Desprecio esos miedos que nos mantienen, o nos pretenden mantener, quietos; sumisos; callados. Los miedos de los vendedores de humo, de sombras, de tristezas para los demás y alegrÃas para ellos. Los miedos de los vendedores de cuentos, pues, como decÃa el poeta: el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos[1]. El miedo de quienes tienen miedo al hombre y a la mujer que no tienen miedo o que han sido capaces de superar sus miedos; congraciarse con ellos y utilizarles para avanzar; utilizarles para plantar cara a quienes predican el caos, la miseria, la oscuridad, el dolor... y el miedo. Un miedo que trata de impedirnos volar; soñar y, sobre todo, hacer realidad dichos sueños. Un miedo que se inocula como vacuna contra la esperanza.          Â
¿Qué hubiera sido de Reyes y Generales y Arzobispos sin el miedo? ¿Qué de vendedores con alzacuellos y sotana de infiernos en esta vida y paraÃsos en la otra, mientras ellos disfrutan de cielos en esta y…? ¿En la otra? ¿En cuál otra...? Otra vez un cuento. Otra vez, miedo...
Y es que el miedo es un arma poderosa. Por eso, hoy, aquÃ, ahora, he decidido dedicarles este relato como agradecimiento, según decÃa al principio, y a la vez como castigo por haberme obligado a detenerme. Por haberme ocultado con su sombra espacios de luz y encuentros. Por impedirme gritar o por lo menos haber tratado de impedÃrmelo, pues -aunque en silencio y por escrito- he seguido y seguiré gritando. Mis gritos contendrán unas palabras u otras; utilizarán unas frases u otras, pero, digan lo que digan mis gritos, su contenido, al final de todo; después de todo, expresa lo mismo: he perdido el miedo a los miedos.
Tanto he perdido el miedo a los miedos, que no tengo miedo alguno de compartir un relato sobre mis miedos con lectores y lectoras. Por ello -ya sea como despedida; ya como profesión de fe- dedico este relato a mis miedos, pues, finalmente, ellos son los responsables de su creación.
Â
Antonio UreñaÂ
[1]   León Felipe (1944): Sé todos los cuentos, Parábola y poesÃa.
Sobre el autor
Antonio Ureña GarcÃa
Contrapunteo cultural
Antonio Ureña García (Madrid, España). Doctor (PHD) en Filosofía y Ciencias de la Educación; Licenciado en Historia y Profesor de Música. Como Investigador en Ciencias Sociales es especialista en Latinoamérica, región donde ha realizado diversos trabajos de investigación así como actividades de Cooperación para el Desarrollo, siendo distinguido por este motivo con la Orden General José Antonio Páez en su Primera Categoría (Venezuela). En su columna “Contrapunteo Cultural” persigue hacer una reflexión sobre la cultura y la sociedad latinoamericanas desde una perspectiva antropológica.
3 Comentarios
¡¡Enhorabuena!! Me ha gustado muchÃsimo.
Un relato espectacular!!! Felicidades
Felicidades, tu escrito nos ayuda a reflexionar sobre nuestros miedos para teatar siempre de utilizarlos como arma en defensa de la esperanza en el futuro del individuo en nuestra sociedad.
Le puede interesar
De lo sublime y lo bello en las palabras, según Edmund Burke
¿Cuál es el misterio de las palabras, de la poesÃa, de la belleza en ellas? Hay que empezar por admitir que el lenguaje humano está...
Un paseo con Gabo
El hombre lee para preguntar [F. Kafka] Uniéndonos a la conmemoración de su 90° Aniversario, quienes reconocemos en Gabriel GarcÃ...
Confesiones de una Estrella
Qué lindo verte asÃ, tus párpados serenos y tus labios inmóviles acompañan la neutralidad de tus gestos. Cuánta calma en un solo ...
Los 20 libros más vendidos en el mundo
 Hace un tiempo escribà sobre los mejores inicios de libros, también sobre los más influyentes, pero hoy me gustarÃa mostrarles ...
El ramo azul, el cuento breve de Octavio Paz
 Desperté, cubierto de sudor. Del piso de ladrillos rojos, recién regados, subÃa un vapor caliente. Una mariposa de alas grisáce...