Literatura

Andrés Elías Flórez: el que escribe cuentos

José Miguel Alzate

21/12/2023 - 05:10

 

Andrés Elías Flórez: el que escribe cuentos
Andrés Elías Flórez, un escritor oriundo de Sahagún (Córdoba) / Foto: créditos a su autor

 

Apenas estoy empezando a conocer a Andrés Elías Flórez, un escritor oriundo de Sahagún (Córdoba), Y, debo decirlo, mi sorpresa ha sido grande. ¡Qué inmenso cuentista el que estoy descubriendo! Sorprendido con la calidad literaria del libro Antología personal (2022), donde en 350 páginas se recogen 71 cuentos de sus nueve libros publicados en este género, me puse a investigar su trayectoria. Y, ¿qué me encuentro? Simplemente, que su caminar en el manejo de la palabra ha sido largo y, sobre todo, consistente. A ese número de libros de cuentos publicados hay que sumarle cuatro novelas: El visitante (1980), La vendedora de claveles (1993), Tres muñecas de cristal (2009), y Este cielo en retratos (1988). Esta última fue finalista en el concurso de novela Plaza & Janés, cuando existía.

La primera sorpresa se la lleva el lector con el cuento “El hombre que sale a vender su alma”. Este es un relato donde un hombre toma la decisión de vender su alma. Como sabe que todo el mundo se la vende al diablo, decide vendérsela a Dios. Lo hace porque no tiene con qué hacer arreglar las tejas del techo de la casa donde vive. Las dos habitaciones se llenaban de agua cuando llovía. Esto lo preocupa. Piensa que vendiéndole al alma a Dios puede tener con qué pagar sus deudas y arreglar la casa. El hombre tiene un corazón noble. No obstante vivir escaso de dinero, no le niega un favor a nadie. A una vecina que le pide le pague la factura del agua, se la paga. A un señor que tiene su carro varado en la carretera, le ayuda a arreglarlo. A una niña que le pide una bomba, le regala varias.

El personaje de este cuento tiene una conciencia limpia. Piensa si lo que va a hacer está bien. Cree que si se la vende al diablo se llena de remordimientos. No busca hacerse rico. Solamente quiere obtener un dinero para solucionar sus problemas. No sueña con ser como el personaje de Antón Chejov en El zapatero y la fuerza maligna, que le pide al diablo que a cambio de su alma lo haga rico. Cree que con la plata que Dios le dé por su alma, paga sus deudas, y queda tranquilo. Sin embargo, la conciencia le dice que es mejor que le deje la plata a Dios para que Él le pague a sus acreedores. El cuento es minucioso en detalles. El personaje es un hombre que mira a todos de frente, a los ojos, como si quisiera infundirles rectitud en sus actos. Actúa escuchando la voz de su conciencia.

Horacio Quiroga dice, en su teoría del cuento perfecto, que el relato de un hecho debe ser una especie de obra de arte. En ella, el escritor debe intentar llegar no solo con su imaginación, sino con unos parámetros técnicos prefigurados en la mente. En el caso de los cuentos de Andrés Elías Flórez, el lector advierte que este escritor se ciñe a esos cánones para lograr relatos donde los personajes expresan sus angustias en un lenguaje bien elaborado, donde el monólogo joyceano cumple la función de dotarlos de una conciencia crítica frente a sus adversidades. Es lo que pasa en el cuento “Los perfiles de la lluvia”, del libro Los perseguidos. Aquí un hombre sufre las dificultades que enfrenta su esposa, que está en embarazo. Cuando va a dar a luz, no tiene con qué pagar el taxi para llevarla a la clínica.  

Hay una constante en los cuentos de Andrés Elías Flórez: su preocupación por mostrar en ellos la realidad de Colombia. El escritor no es ajeno a los problemas de violencia que vive el país. Y lleva a sus cuentos, con personajes que simbolizan el desarraigo, la soledad, la angustia, todos los excesos de los grupos guerrilleros, las acciones de los paramilitares, las extorsiones de la delincuencia común y las amenazas contra quienes piensan distinto. En el cuento “Hojas en blanco” narra el sufrimiento de un hombre, Fidel Carrillo, que cada mes debe entregar parte de su sueldo como maestro a unos extorsionistas, que lo amenazan con matarlo si no lo hace. Tiene que consignar el dinero en una cuenta a su nombre, y entregarles la tarjeta débito con la clave para que ellos lo retiren del banco que le señalan. 

Los hechos de violencia que vive Colombia los lleva a su narrativa este autor que se especializó en literatura latinoamericana en el seminario Andrés Bello del Instituto Caro y Cuervo. Ahí está el drama de una mujer a quien la guerrilla le secuestra el esposo, el dolor de un hombre que recuerda con lágrimas en los ojos la noche en que los paramilitares se tomaron su corregimiento, la tristeza de un pueblo donde todos ven cuando el ejército llega a contar los muertos que dejó una masacre, el llanto de un matrimonio que le toca ver cómo le asesinan a un hijo colgándolo de un árbol y la angustia de una muchacha desplazada que vende flores en los semáforos de Bogotá. Todos estos personajes, con su carga de nostalgias, simbolizan esa violencia que durante tantos años ha sacudido a Colombia.

En el cuento “En busca de la vida”, del libro Historias trenzadas, Andrés Elías Flórez retrata con pinceladas artísticas el paisaje campesino, con sus caminos, con sus riachuelos, con su naturaleza en flor, con el viento que silva entre los sembrados, con el agua que cae a chorros en los días de lluvia y con el sol que quema la piel en las tardes caribeñas. En este cuento se narra, en una prosa de elevado contenido poético, el dolor incrustado en el alma de los campesinos por el desplazamiento ocasionado por los grupos armados, la desesperación de un matrimonio que no tiene con qué pagar el arriendo y los celos de una mujer que se da cuenta de que su marido se va a ir a vivir con otra. En estos relatos de fina arquitectura idiomática el escritor enseña el drama que viven cientos de colombianos anónimos.

Este escritor, que es magíster en literatura de la Universidad Javeriana, maneja un estilo literario que le recuerda al lector a autores como Maupassant y Chejov, que manejan un estilo limpio, donde la palabra brilla por su precisión descriptiva. El de Flórez Baum es un lenguaje con olor a naturaleza fresca, con sabor a tierra caribe. Es brillante, pulcro, intuitivo. Emplea con precisión los vocablos, es discursivo cuando el texto lo exige, tiene respeto por la semántica. Sus cuentos tienen eso que Luz Mery Giraldo llamó, en su libro Nuevo cuento colombiano, “tensión entre contar y narrar”. El escritor de Sahagún crea tensión en algunos relatos y, al mismo tiempo, narra con soltura idiomática. Con la misma facilidad con que maneja el narrador en primera persona, lo hace con la tercera persona y con el narrador colectivo.

 

José Miguel Alzate

1 Comentarios


Ramiro Álvarez Vitola 21-12-2023 02:31 PM

Excelente reseña de uno de los autores que brillan con luz propia en el firmamento literario, gracias por este aporte que, con seguridad, intentará despertar en muchos las ganas de disfrutar con sus textos.

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