Música y folclor
Inteligencia artificial y compositores vallenatos

“El vallenato de verdad no se hace. No se fabrica. No se elabora, ni siquiera, digo yo, se piensa o se diseña. El simplemente nace. Nace con fuerza, como cualquier machito entre sollozos y pataleos después de que lo engendra el sentimiento y lo pare la inspiración”
(Consuelo Araújo Noguera, “La Cacica”)
En uno de esos encuentros informales con un grupo de amigos surgió el tema del impacto que está teniendo y que tendría la llamada inteligencia artificial (IA) en muchísimas de las actividades que los seres humanos venimos desarrollando tanto en los esquemas productivos como en las actividades culturales y folclóricas.
Ya avanzado el flujo de opiniones sobre tan interesante y actual temática, uno de los interlocutores viendo que yo me había dedicado básicamente a escuchar más que a opinar, me miró fijamente y me dijo: “Oye Ignacio, no trates de pasar de agache que esta cuestión también alude a los compositores vallenatos como tú quienes, muy seguramente, van a tener una seria competencia con las letras y música que puedan producir personas diestras en IA, pero que nunca han compuesto un verso en su vida”. No conforme con ver mi cara de preocupación por lo que afirmaba, seguidamente le dijo a otro de los asistentes que escogiera un tema cualquiera para que la IA hiciera unos versos. El escogido mencionó un asunto y, en menos de cinco minutos teníamos en nuestras manos unos cuantos versos que rimaban bastante bien y referidos a varios aspectos de la temática escogida.
La demostración me impactó, especialmente cuando el experto sostuvo que, igualmente, la IA estaba en capacidad de componer la música adecuada a esos versos y así tener en tiempo real un paseo, un merengue, una puya o un son.
Sentí en esos momentos que había un marcado desequilibrio en los niveles de información que se manejaban debido a que el suscrito desconocía, casi por completo, los vericuetos de la referida tecnología, mientras que ese experto en IA en su vida, había compuesto una canción vallenata.
Fue, entonces, cuando otro de los asistentes propuso que yo, como compositor de música vallenata, expusiera mi punto de vista acerca de lo que podría pasar si los compositores dejaran de hacer canciones de la manera tradicional para que ese espacio lo ocupara la IA.
Acepté el reto y comencé por afirmar que eso impactaría de manera importante la música vallenata, sobre todo en lo que respecta al gran protagonismo que han tenido durante muchos lustros los compositores y su manera tan creativa, tan particular, de expresar lo que sienten, lo que viven, lo que sufren y lo que gozan.
Continué mi exposición expresando que ser compositor es un compromiso serio con la vida misma. Implica mantener una observación permanente del entorno, es pensar en cada detalle, es imaginar situaciones mezclando realidad y fantasía, es conectar la mente con el corazón para transformar pensamientos en palabras preñadas de ilusiones, es añorar los silencios, es escribir, borrar, volver a intentar cada verso, cada giro gramatical, es mezclar sonidos buscando que la armonía complemente y engrandezca el mensaje. Por eso siempre se ha dicho que componer es resistirse a la prisa, es similar a esa tarea que realizan los artesanos de nuestras provincias cuando, con herramientas sencillas, imaginan, diseñan, intentan una y otra vez hasta lograr que nazca a la vida algo similar a lo que alcanzaron a imaginar alguna vez.
Siempre he expresado que los compositores al hacer lo que les apasiona, ejercitan la conciencia, acudiendo muchas veces a la memoria histórica que la tradición oral ha venido alimentando por largos años y, en no pocas ocasiones, le echan mano a los hechos y situaciones que les comparten amigos y familiares.
Rematé el asunto diciendo: Por todo lo que atrás he mencionado, considero que nunca la IA ni ninguna otra tecnología pueda ser capaz de producir versos y melodías con el sentimiento y la creatividad que lo vienen haciendo nuestros compositores tradicionales. Sin embargo, si eso llegare a ocurrir, desaparecería la magia, el encanto que tiene nuestra música y, de contera, proliferarían simples fabricantes de canciones intrascendentes, desprovistas de alma y condenadas al olvido en corto tiempo.
Entonces, el anfitrión finiquitó el asunto expresando: “Bueno ahí quedan unos planteamientos bien interesantes para ser analizados en nuestro próximo encuentro, en el entendido que todos debemos luchar por preservar nuestro vallenato, sin desconocer el hecho de los avances tecnológicos que están surgiendo en el mundo”.
Ignacio Cantillo Vásquez
Abogado/ Compositor
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