Música y folclor

Yeyo Fernández, el millero mayor

Luis Carlos Ramirez Lascarro

10/01/2022 - 06:15

 

Yeyo Fernández, el millero mayor
Aurelio Fernández Guerrero, el más importante de los cañamilleros de la Isla de Mompós / Foto: canal youtube AfroLatino

 

Las cumbias en Guamal están documentadas desde hace un poco más de 80 años y con base en testimonios de bailadores viejos, ya desaparecidos, se puede decir con certeza que se viven desde hace más de 100 años. En estas cumbias tradicionales guamaleras han jugado un papel importante varios cañamilleros de la región, siendo el primero del que se tiene noticia José Eustacio Meza, uno de los más prolíficos y brillantes de la región, quien las amenizaba durante la primera mitad del siglo XX. Su legado lo siguió Pedro Nolasco Florián, cañamillero del corregimiento de Guaimaral, de quien no se ha identificado ninguna obra propia hasta el momento, pero se guardan muchos recuerdos de él en la zona rural de Guamal, principalmente. A él le siguió Aurelio Fernández Guerrero, el más importante de los cañamilleros de la Isla de Mompós, dada la custodia que ha hecho de las obras de sus antecesores, el aporte significativo mediante obras propias al repertorio de la caña de millo y la formación de muchos de los cañamilleros jóvenes de la región. Esta es una reseña biográfica del maestro “Yeyo” Fernández:

Nació en El Botón de Leyva, corregimiento de Margarita, Bolívar, el 20 de diciembre de 1934, en el hogar conformado por Santiago Fernández Baño y María de los Ángeles Guerrero Torres, de cuya unión nacieron ocho hermanos, de los cuales, además de Aurelio, se dedican a la música folclórica Daniel, tamborero y luthier, y Cesar, maraquero y verseador. De su matrimonio con Dominga Zambrano nacieron doce hijos, de los cuales se han dedicado a la música: Santiago, percusionista, Jaider, cañamillero, y Stevin, compositor.

Empezó a tocar la flauta de millo entre los diez y once años, bajo la guía del también botonero Andrés Amador Raad. A pesar de que Amador no tenía un gran repertorio, fue quien le enseñó al maestro Aurelio el “Son” que años más tarde llevó a Talaigua cuando fue invitado a acompañar a la danza de las Farotas y hoy se conoce como Son de Farotas, que grabara con Totó la momposina. También fue grabado por Néstor Julio Polo, cañamillero de Patico, corregimiento de Talaigua nuevo, Bolívar.

Su principal maestro, “El verraco de la flauta”, como él mismo lo llama, fue José Eustacio Meza, quien grabó un sencillo en la Casa Epo en Santa Marta, que no se ha podido conseguir hasta el momento, y tocaba cumbias en los municipios de El Banco y Guamal, Magdalena. Es autor de los temas: El pundungo, La calandria, La puya del bagre blanco, La tanga gaviota, El toche y Niña bonita. Fue a quien le aprendió El Perillero, un ritmo que solo se toca por los cañamilleros de la región y que consta de una base sobre la cual los milleros improvisan algunas notas, algunos pases, originando unas variantes que, sin embargo, no tienen un nombre propio particular.

El grupo con el cual amenizó las cumbias de la región, conocido como “Los milleros del Botón de Leyva”, ha estado conformado por: Daniel e Isaías Fernández y Héctor Manosalva en la percusión, Teodoro López en el Guache y César Fernández en las maracas.

Su alumno más destacado es su hijo Jaider Fernández Zambrano, quien cuenta ya con un gran recorrido y ha sido su relevo natural en el grupo Los milleros del Botón de Leyva, ahora que su estado de salud no le permite seguir tocando su amado instrumento. Aparte de su hijo ha tenido como discípulos a: José Ignacio Pérez, David Ramírez, Omar Fernández, Marlon De la peña, Jaime Fernández, Osnaider Arrieta, Néstor Orlando y Olmer Atencio, entre otros de la región.

Sus principales composiciones son: El millo se modernizó, Mañanitas de diciembre, Mi perrero de herencia, Cumbia es mi tierra, Vieja tradición, Regresó el pajarillo, El palmar, La lavada y Mujer buena y mala.

Sus primeros toques fuera de su pueblo natal fueron en Guamal, Magdalena, siendo aún un desconocido en la región, en el año 1968, mismo año en el que, gracias al señor Pedro Pablo Nieto, transportador de pasajeros entre El Banco y Mompox, se contactó con un grupo de danzas momposino, con el cual fue por primera vez al carnaval de Barranquilla, acompañando a una danza de Farotas.

En el año 1970, cuando se inauguró el Festival Nacional de la Cumbia, fue contratado por el maestro José Benito Barros para ser el cañamillero del conjunto de planta para los concursos de baile, en los cuales ejecutaron Cumbia y Perillero.

En el año 1972, en uno de estos festivales de El Banco, se conoció con Totó la momposina, quien llegó a participar del evento y le contactó con el grupo de Las farotas de Talaigua, quienes tenían dificultades con los milleros que habían llevado. Luego de esto fue invitado por ellos al encuentro de la cultura anfibia de Talaigua y a acompañarlos de manera permanente con la danza.

Fue por primera vez al Carnaval de Barranquilla con las Farotas de Talaigua en 1984 y participó en veintidós ocasiones consecutivas en este evento con esta famosísima danza. Este mismo año acompañó a Totó en una gira de varios meses por Europa, destacándose sus presentaciones en: Rusia, Francia, Alemania y Suiza. En esta estancia en el viejo continente grabó los temas Mañanitas de diciembre, de su autoría, Puya puyará, tema tradicional de la Isla de Mompox, y el Son de Farotas, en su propia versión. Se debe destacar que en los dos primeros temas es él mismo quien lleva la voz líder y que este mismo trabajo está publicado en dos versiones: La primera de 1984 con el sello Auvidis (AV 45139) y la segunda de 1.989 con el sello A.S.P.I.C. (X 55509), ambos de Francia.

En el año 1985 graba con el Grupo Malibú de Talaigua Nuevo, para el sello Sonolux, el álbum Cartagena mía (0131), en el cual se incluyen sus temas: El millo se modernizó, Mi perrero de herencia, El palmar y Mañanitas de diciembre, todas de su autoría, debiendo resaltarse la participación de Chico Cervantes vocalizando el segundo de estos temas.

En su sexta asistencia a los carnavales de Barranquilla fue invitado por Lisandro Polo, director del Grupo Tambó y rey momo del año 2016, a tocar en la Noche de Tambó, a pesar de no estar incluido en la programación oficial del evento, interpretando una Puya, una Cumbia y un Porro tapa´o o Bambuco. Movida gracias a la cual empezó a ser más conocido en el medio cumbiambero barranquillero. En una de sus asistencias a este evento fue homenajeado al lado del gaitero Sixto Silgado, Paíto, e hizo parte del homenaje tributado a Totó La Momposina en otra de las versiones de este tradicional evento.

En junio del 2003 se presentó en el Parque del renacimiento de la ciudad de Bogotá, en un concierto denominado: Cañamilleros ancestrales del caribe colombiano, en el cual participa junto a Santiago Ospino Santana, Pedro “Ramayá” Beltrán y Víctor Ramos Navarro.

En enero del 2004 fue entrevistado por Gustavo Angulo y Manuel Rodríguez para la serie Cultores de música tradicional colombiana de Musical afrolatino, que es, hasta el momento, el documento audiovisual más extenso que se le ha hecho.

En el año 2006 fue incluida su canción El millo se modernizó en el álbum Un fuego de sangre pura de Los gaiteros de san Jacinto, trabajo ganador del Grammy latino del 2007 en la categoría Cumbia/Vallenato.

En el 2009 fue presentado el proyecto de aplicación práctica “Documentación de la vida, obra y aportes del maestro Aurelio Fernández Guerrero: una estrategia para la preservación y el fortalecimiento de las músicas de pito atravesao de la depresión momposina”, que parece no haber pasado de ser un requisito de grado como especialista en gerencia y gestión cultural de una alumna de la universidad del Rosario, ya que no se encuentran los resultados de las propuestas que la autora plantea, lo que es una lástima.

En el 2011 es referenciado, como tutor en la escuela de música de Talaigua, dentro del libro Totó la Momposina, Memoria del tambor, escrito por el poeta y novelista samario Álvaro Miranda con ocasión del premio Vida y obra del Ministerio de Cultura nacional, de ese mismo año.

En el 2014 fue incluida la canción El millo se modernizó en el álbum La rueda del cumbión del grupo argentino La Delio Valdez.

En el 2015 es incluido en el proceso de investigación y creación literaria ¿Aronde me meto yo?: el niño de pies esclavos, una novela a ritmos del caribe, Tesis para obtener el grado de magister en Literatura del escritor risaraldenese Jaiber Ladino Guapacha y que, en el 2.017, termina convirtiéndose en la novela: Mapa con abejas y tambor, del mismo autor, en la cual también aparece referenciado.

En el 2017, se le rindió homenaje en la tercera edición del Festival de cañamilleros Ariel De La Peña Bolívar, de Talaigua Nuevo. Este mismo año fue incluido en El libro de las cumbias colombianas con El millo se modernizó y es referenciado como el único cañamillero tradicional de la depresión momposina, aparte de Ramayá, quien ha desarrollado toda su vida artística en el Atlántico, lo cual vincula su sonoridad con este territorio y ubica al maestro Aurelio como el referente de su territorio. Se señalan, también, los números que grabó con Totó como modelos en la ejecución de la caña de millo, lo cual muestra su importancia a pesar de permanecer alejado de los circuitos de difusión comercial casi todo el tiempo.

En el 2018, participa en el álbum Cañamilleros ancestrales de Bolívar, producto resultado de la III convocatoria de estímulos “Bolívar si avanza”, financiado por la gobernación del departamento de Bolívar y el Instituto de Cultura y Turismo de este departamento. En él participan también Hernando Hernández de Evitar y Víctor Ramos, de Cartagena. Este mismo año fue referenciado en el libro Melambo, tradiciones e historias de Guamal, del doctor John Pedrozo Pupo, como el cañamillero mayor de la cumbia típica o tradicional guamalera.

En el 2019, el colectivo Cultura ribereña realiza un corto documental en el cual el maestro habla sobre el origen de sus canciones Mañanitas de diciembre y Regresó el pajarillo, intercalando su interpretación con las historias que las motivaron. Este mismo año fue incluido en el documental La música del río de Nadia González Bautista y Robespierre Rodríguez Arenas, el cual hizo parte de la selección oficial de varios festivales de cine en el país y el exterior.

En el 2021 participó en el álbum La caña de millo: Voz histórica y silenciada de la cumbia, al lado de los cañamilleros: Santiago Ospino, Pedro “Ramayá” Beltrán, Mane Arrieta y Nino Ramos. En este trabajó interpretó dos versiones de El perillero, el Son de farotas, El millo se modernizó y La lavada. Este mismo año fue homenajeado en la primera versión del Festival del Perillero Senta´o y el Porro tapa´o de Guamal, Magdalena, organizado por la fundación FUNDAGUAMAL y el grupo folclórico Son y sabor del río, instituciones lideradas por varios de sus alumnos. El concurso de cañamilleros desarrollado en este festival llevará su nombre, durante todas las versiones que llegue a tener el Festival.

Finalizando este recorrido por la vida de este baluarte de la música tradicional de pitos y tambores, es necesario reconocer que, si las circunstancias de la vida hubieran llevado al maestro Aurelio a salir de la región, como sucedió con Ramayá, es muy probable que la tradición de las cumbias en Guamal hubiera desaparecido, así como la línea de interpretación tan característica que él edificó y distingue a sus discípulos donde quiera que vayan.

Es por esto que es sumamente importante que, aprovechando el proceso de patrimonialización que cruza la Cumbia, se adelanten acciones tendientes a salvaguardar su legado, reactivando la formación de cañamilleros en la región, para que se multiplique su herencia, y dejando grabadas para la posteridad los temas propios y tradicionales que aún no han sido grabados.

¡Larga vida al maestro Aurelio Fernández Geurrero, larga vida al millero mayor!

 

Luis Carlos Ramírez Lascarro

Sobre el autor

Luis Carlos Ramirez Lascarro

Luis Carlos Ramirez Lascarro

A tres tabacos

Guamal, Magdalena, Colombia, 1984. Historiador y Gestor patrimonial, egresado de la Universidad del Magdalena. Autor de los libros: La cumbia en Guamal, Magdalena, en coautoría con David Ramírez (2023); El acordeón de Juancho (2020) y Semana Santa de Guamal, Magdalena, una reseña histórica, en coautoría con Alberto Ávila Bagarozza (2020). Autor de las obras teatrales: Flores de María (2020), montada por el colectivo Maderos Teatro de Valledupar, y Cruselfa (2020), Monólogo coescrito con Luis Mario Jiménez, quien lo representa. Ha participado en las antologías poéticas: Poesía Social sin banderas (2005); Polen para fecundar manantiales (2008); Con otra voz y Poemas inolvidables (2011), Tocando el viento (2012) Antología Nacional de Relata (2013), Contagio poesía (2020) y Quemarlo todo (2021). He participado en las antologías narrativas: Elipsis internacional y Diez años no son tanto (2021). Ha participado en las siguientes revistas de divulgación: Hojalata y María mulata (2020); Heterotopías (2022) y Atarraya cultural (2023). He participado en todos los números de la revista La gota fría: No. 1 (2018), No. 2 (2020), No. 3 (2021), No. 4 (2022) y No. 5 (2023). Ha participado en los siguientes eventos culturales como conferencista invitado: Segundo Simposio literario estudiantil IED NARA (2023), con la ponencia: La literatura como reflejo de la identidad del caribe colombiano; VI Encuentro nacional de investigadores de la música vallenata (2017), con la ponencia: Julio Erazo Cuevas, el Juglar guamalero y Foro Vallenato clásico (2016), en el marco del 49 Festival de la Leyenda vallenata, con la ponencia: Zuletazos clásicos. Ha participado como corrector estilístico y ortotipográfico de los siguientes libros: El vallenato en Bogotá, su redención y popularidad (2021) y Poesía romántica en el canto vallenato: Rosendo Romero Ospino, el poeta del camino (2020), en el cual también participé como prologuista. El artículo El vallenato protesta fue citado en la tesis de maestría en musicología: El vallenato de “protesta”: La obra musical de Máximo Jiménez (2017); Los artículos: Poesía en la música vallenata y Salsa y vallenato fueron citados en el libro: Poesía romántica en el canto vallenato: Rosendo Romero Ospino, el poeta del camino (2020); El artículo La ciencia y el vallenato fue citado en la tesis de maestría en Literatura hispanoamericana y del caribe: Rafael Manjarrez: el vínculo entre la tradición y la modernidad (2021).

@luiskramirezl

3 Comentarios


Jose ignacio 12-12-2022 09:50 PM

Excelente reseña y gran investigacion

Will Martinez Martinez - Wilo 21-12-2022 08:25 AM

Felicitaciones al escritor Luis Carlos Ramirez Lascarro por tan valiosos aporte a la cultura de nuestro país. Exitos.

Santiago Manosalva Fernández 06-02-2023 08:03 PM

Excelente

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