Música y folclor
El ostión, la canción interpretada por Luis Enrique Martínez sobre los potenciadores sexuales
En el mes de diciembre pasado circulaba en redes sociales la imagen de una cesta navideña que contenía productos químicos variados, incluyendo potenciadores sexuales, recomendados para mayores de sesenta años. Para entonces recibí de Edgardo, El chichi, Caballero el audio de la canción El Ostión que, en ritmo de merengue, interpreta Luis Enrique Martínez.
Se trata de una oda a las ostras como potenciadoras sexuales, producto de acreditarle características afrodisíacas, de creer que tienen un efecto positivo sobre el deseo y la libido debido a su alto contenido de zinc, a la abundancia de yodo, además, por contener Omega 3 que opera como un vasodilatador. Según los medios de prensa que promueven la utilización de este marisco, la combinación de estos elementos permite que la disfunción eréctil sea cosa del pasado.
Luis Enrique compuso y grabó este tema en tiempos en el que no existían los tratamientos orales en contra de la disfunción eréctil, incluidos los tumba viejo o guarapo, como los llamaba Carlos Arturo, mi hermano, quien se especializó en vender lo que llamó la droga para el sexo. Fue con el descubrimiento e irrupción del Viagra en el mercado mundial, en 1998, cuando comenzó la utilización de fármacos para enfrentar la disfunción eréctil, de ahí que sea usual que se hable de Sildenafil, de los jarabes Vita Fer y Mero macho, en fin.
Cuando fueron grabadas canciones como La chuchuguaza, La concha de guásimo, El pene de zorro guache, La ostra, entre otros, los pontenciadores de moda perdieron importancia. Actualmente, los productos naturales de moda son pocos, entre ellos el Viagra del Amazonas, de China, el Ginkgo Biloba, según información de prensa.
Dice Luis Enrique en la canción que un viejo solterón le contó que estando en Fundación se comió un peso en ostión y el ingerirlo le dio buenos resultados. Por otra parte, indica que la potencia de este molusco, a los hombres sexegenarios los pone en acción, porque les alegra el corazón y los hace acostarse temprano.
También le canta a la desventaja de no tomar ostras, poniendo como ejemplo lo que le sucedió a Simón, que, por no hacerlo, perdió la plata sin discusión, luego de haber puesto una serenata. De otro lado, asegura el Pollo Vallenato, que en Barranquilla se puso perplejo de ver tanto viejo alegrando la carretilla, porque el ostión hace estirar el pellejo.
Fue el maestro Julio Cesar Oñate Martínez quien me puso en contexto con parte de la letra de la canción La Punta, compuesta y grabada por Calixto Ochoa, en la que pondera al “coroncoro”, pez que se encuentra en numerosos ríos de América, como un revitalizador sexual. A éste le acreditan esta virtud al considerar que tiene propiedades vasodilatadoras.
Una vez, mientras estaba en Riohacha, llamé a Miguel Medina para indicarle que, si le interesaba un potenciador sexual natural. Era tiempo de creciente del río, las aguas del Magdalena corrían por los arroyos pluviales de las calles de Pedraza, entonces recibí como respuesta de su parte: “trae bastante porque acá somos muchos los damnificados”.
Álvaro Rojano Osorio
Sobre el autor
Álvaro Rojano Osorio
El telégrafo del río
Autor de los libros “Municipio de Pedraza, aproximaciones historicas" (Barranquilla, 2002), “La Tambora viva, música de la depresion momposina” (Barranquilla, 2013), “La música del Bajo Magdalena, subregión río” (Barranquilla, 2017), libro ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el portafolio de estímulos 2017, “El río Magdalena y el Canal del Dique: poblamiento y desarrollo en el Bajo Magdalena” (Santa Marta, 2019), “Bandas de viento, fiestas, porros y orquestas en Bajo Magdalena” (Barranquilla, 2019), “Pedraza: fundación, poblamiento y vida cultural” (Santa Marta, 2021).
Coautor de los libros: “Cuentos de la Bahía dos” (Santa Marta, 2017). “Magdalena, territorio de paz” (Santa Marta 2018). Investigador y escritor del libro “El travestismo en el Caribe colombiano, danzas, disfraces y expresiones religiosas”, puiblicado por la editorial La Iguana Ciega de Barranquilla. Ganador de la beca del Ministerio de Cultura para la publicación de autores colombianos en el Portafolio de Estímulos 2020 con la obra “Abel Antonio Villa, el padre del acordeón” (Santa Marta, 2021).
Ganador en 2021 del estímulo “Narraciones sobre el río Magdalena”, otorgado por el Ministerio de Cultura.
1 Comentarios
Excelente reseña, felicitaciones Álvaro
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