Ocio y sociedad

La cultura del juego en Colombia

El auge de Internet, a principios de este siglo, supuso la democratización de los juegos de azar / Foto: archivo PanoramaCultural.com.co

No hay que ser un gran observador para darse cuenta que los colombianos amamos el juego. Forma parte de nuestra cultura y ha ido evolucionando con los años, especialmente de la mano de los avances tecnológicos. En este artículo, daremos un paseo por la historia del juego en nuestro país, hasta llegar al boom de las apuestas online. Comencemos.

Origen y evolución de los juegos de azar en Colombia

La afición por los juegos de azar en Colombia comenzó con la llegada de los españoles. En los barcos de las primeras expediciones venía el fermento de lo que hoy es la gran industria de las apuestas: la baraja española. No obstante, los juegos de azar seguirían evolucionando del otro lado del charco. Así, en el siglo XVII, los italianos dieron forma a lo que hoy conocemos como los casinos. Pero fue necesario esperar cerca de dos siglos para que los casinos se expandieran por toda Europa. Ya popularizados, como en los inicios de la colonia con los naipes, esta forma de ocio también cruzó el Atlántico. Estados Unidos la recibió con inusitado entusiasmo, y así pronto se pasó de la “Fiebre del Oro” a la “Fiebre de los casinos”. Incluso, se levantaron ciudades como Las Vegas, que en pocos años se convirtió en la capital mundial del juego.

Fieles a nuestra afición por el juego, Colombia fue uno de los primeros países latinoamericanos en tener casinos físicos. Al día de hoy, solo en Bogotá operan más de 2 mil casinos. Ayudó a su desarrollo una legislación oportuna que después se convirtió en modelo para otros países de la región.

Pero la cultura del juego en Colombia incluye igualmente a la lotería. Esta modalidad de apuesta también vino de la metrópoli e incluso mucho antes que los casinos. Se estima que se remonta a principios del siglo XVII, aunque fue objeto de persecución hasta 1792. Este año se establece la primera lotería oficial del país. Desde entonces, este es uno de los juegos más populares de Colombia.

El ‘boom’ de las apuestas online

El auge de Internet, a principios de este siglo, supuso la democratización de los juegos de azar. Ya no es necesario viajar hasta un casino para apostar, pero también han dejado de ser un lugar para las élites. Hoy cualquier persona mayor de edad con conexión a Internet puede acceder al juego de casino de su preferencia. Incluso, la tecnología hace que la experiencia sea en extremo realista. Gracias a las imágenes en 3D y al sonido envolvente, nuestra experiencia de juego es realmente inmersiva.

En este nuevo campo de la industria de los juegos de azar, Colombia ha seguido a la vanguardia. Así que también se convirtió en el primer país de la región en legalizar el juego online. Esto fue en el 2016 y, desde entonces, Coljuegos es el organismo regulador. De tal manera que, con reglas claras y oportunas, el mercado colombiano de las apuestas y juegos de azar es uno de los más pujantes de la región. Sin duda, una política que ha beneficiado al país. La mejor prueba es que el pasado año Coljuegos reportó una recaudación superior a los 175 millones de dólares estadounidenses. De los cuales, más de USD 162 millones fueron transferidos al sistema de salud, en provecho de todos los colombianos.

Los deportes entran en la ecuación

Pero, en el éxito de la industria del juego, las apuestas deportivas Colombia tienen mucho que ver. Y es que también gracias a los avances tecnológicos, ahora es mucho más fácil apostar a nuestro club preferido. Imagínate a los seguidores del Junior y del Unión Magdalena queriendo apostar a sus respectivos equipos en un clásico. Lo mismo sucede cuando se enfrentan el Santa Fe y Millonarios en la capital. Pero como los colombianos llevamos este deporte en la sangre, tenemos clásicos en casi todas las regiones, lo que estimula las apuestas. Ya no es necesario ir al estadio para colocar una apuesta. Puedes hacerlo desde el celular y por allí mismo seguir las incidencias en vivo.

Así, los colombianos hemos casado nuestra cultura futbolera con la de las apuestas. Sin embargo, otros deportes son igualmente muy apreciados por los colombianos, como el ciclismo, que no requiere mucha explicación. Además, con Juan Pablo Montoya también aprendimos a seguir al automovilismo. Mientras que gracias a Robert Farah y Juan Sebastián Cabal ahora miles de colombianos apuestan al tenis.

Definitivamente, los colombianos hemos hecho del juego toda una cultura. Además, el Estado ha sabido sacarle provecho a esta afición con reglas claras y oportunas. Así, aunque no aciertes en tu apuesta, siempre ganas con los impuestos que la industria de los juegos de azar deja al país.

Natalia Fernández