Opinión
Wilber Mendoza sí merecía ser el Rey
No creo que sea un mejor intérprete del acordeón vallenato aquel que lo digita más rápido, ni el que nunca pisa un pito equivocado, por eso no me disgustó el triunfo de Wilber Mendoza Zuleta.
Sin ser éste el de mayor “ejecución” entre los cinco finalistas; en lo que sí se los llevó fue en la nota del vallenato puro, auténtico, esa que al parecer la Fundación y un buen número de cultores del folclor pretendemos rescatar.
Es cierto que todos esos jóvenes acordeoneros que le hacían competencia al hijo de “Colacho”, pueden llegar a tener un futuro muy promisorio en la música vallenata y alcanzar muchísima fama, pero esta música ahora no necesita de Reyes como esos, porque ellos, como es lógico, están pensando más en fama, poder y dinero, mientras nuestra música busca afanosamente el camino de no perder sus raíces y desaparecer en el maremágnum de fusiones.
Díganme si nunca le escucharon “pelar” un pito a Alejo o a Luis Enrique, a Calixto Ochoa o a Nafer Durán; pero escuchen su música y compárenla con la cantidad de florituras con la que se adornan los acordeoneros modernos, a ver cuál se escucha mejor o cual gusta más.
Después del festival, en toda la región llueven las especulaciones sobre cuáles pudieron ser las razones o causas para que el Rey se alzara con la corona. En este caso, he escuchado muchas, desde los que afirman que ganó por ser hijo de “Colacho”, hasta quienes creen que la Fundación metió la mano para ayudarle a enderezar su vida particular al hijo del Rey de Reyes. Yo no creo ni lo uno, ni lo otro; para mí el jurado calificó mejor lo que le sonó más agradable, que no precisamente tiene que ser lo más perfecto.
Ahora que ya tenemos un Rey Vallenato que toca el acordeón con las mayores características de autenticidad, solo nos falta que los cantantes buenos y con estilo clásico se fijen en él y vuelvan a hacer trabajos musicales serios, sin que predomine el afán desmedido de fama, sino la conservación de nuestros patrones folclóricos, como aquellos que hacía “Colacho” con Diomedes o con Oñate, porque sin necesidad de que los jóvenes desistan de la modernidad y de las nuevas olas, nosotros podemos tener un grupo de intérpretes que jalonen hacia lo clásico.
Es por esto que no me extraña, ni me incomoda, un Rey Vallenato con las características de Wilber Mendoza, porque él nació y creció en el ombligo del folclor escuchando nada menos que a “Colacho” y Escalona.
Jorge Nain Ruiz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar
Aquellos polvos de cuatro patas
El niño se hizo adolescente enfrentándose a su pubertad. Los días en que llega la Manuela, son todos los días. Manuela le abrí...
El respeto que merecen las víctimas
Me he mostrado distante e indignado en algunos ítems del proceso de paz que se adelantó con el grupo guerrillero FARC, hoy part...
La guitarra en la Independencia vallenata
La guitarra en manos de la trova juglaresca española acompañaba al conquistador en el tiempo de descanso, porque la música era l...
Los Compositores las interpretan mejor
Uno de los nefastos efectos de la piratería en la música vallenata fue la sustancial disminución y casi desaparición de las mal lla...
Crisis, dependencia e identidad
Decir que, desde los tiempos de la Conquista y la Colonia, se forjó la dependencia de Latinoamérica, no es ninguna novedad, como ta...