Opinión
El Paso perdió a un gran hombre
El fallecimiento de quien fuera mi gran amigo, con el que compartà en muchÃsimas ocasiones, con el que tenÃa tantas afinidades, quien para muchas de las actividades a las que me dedico era mi ejemplo y guÃa, Cesar Serna Mieles, me lleva a hacer memoria de cómo fue que lo conocà y a regresarme 45 años atrás.
En un pequeño caserÃo llamado La Loma de Potrerillo, que por aquellas épocas pertenecÃa al Municipio de Chiriguaná, en una de las interminables parrandas con caja, guacharaca y acordeón, en las que el anfitrión era Samuelito MartÃnez y a las que nunca faltaba Luis Felipe o Naferito Duran, llegó en aquella oportunidad un joven de baja estatura, con una voz algo rasgada, al que conocÃan todos los presentes y a quien invitaron a ser protagonista de la misma, quien sin dudar un instante se fue terciando el acordeón e interpretando en su propia voz medio ronca, un vallenato de la época; asà conocà a quien admiré, respeté y valoré como uno de los hombres más valiosos  de la cultura del Municipio de El Paso, Cesar Serna Miles.
Un lÃder en todo el sentido de la palabra fue Cesar Serna, un hombre al que le dolÃa la suerte de los habitantes de la región, al que la polÃtica le apasionaba casi al igual que la música de acordeón, un hombre que no escatimaba esfuerzos y quien le dedicó gran parte de su vida a la labor social en pro de sus paisanos, quien sin tener tÃtulos y pergaminos llegó mucho más lejos que muchos profesionales de la región, fue Concejal, Alcalde y hasta Diputado.
Con las notas melodiosas de su acordeón canté muchas canciones y en reiteradas oportunidades le aprecié su jovial anecdotario, cuando Cesar se inventó en el Pasó el Festival Pedazo de Acordeón, yo lo imité creando en La Loma el Festival Samuel MartÃnez, con la diferencia de que en El Paso a nadie se le ocurrÃa que Cesar Serna llegara a ser relevado de la presidencia del Festival, porque ese evento se convirtió durante el último cuarta de siglo de su existencia, en su razón de vivir.
El Municipio de El Paso quedó huérfano de uno de sus mejores hombres, los honores que se le tributen serán poquitos para la enjundia que le brotaba a Cesar en todas las actividades que emprendÃa, casi siempre en pro de la cultura y de la gente de su entorno. Todos sus amigos sabÃamos que el cáncer que lo azotó durante los últimos años se lo iba a llevar a la tumba, pero ni la muerte se lo llevó cuando ella quiso, porque el coraje inquebrantable de Cesar Serna lo catapulto como un campeón de la vida. Paz en su tumba.
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Jorge Nain RuÃz
@JorgeNainRuiz
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Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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