Opinión
Diomedes Díaz era el sueño de todos
Al igual que graduarse de un doctorado en la universidad de Harvard, la de Stanford o en Cambridge, el sueño de un compositor, de un acordeonero, de un músico, de un cantante, y hasta de un sello discográfico era grabar con el más grande de la música vallenata de todos los tiempos: el Cacique de la Junta.
Grabar con Diomedes Díaz -el ídolo de las multitudes- era la mejor forma de marcar su carrera musical, tener fama o ser reconocido por sus logros importantes dentro del folclor vallenato.
Que el cantante del pueblo -el hijo de la Junta y de Rafael María con Elvira Maestre- grabara una canción de un autor, hiciera pareja musical con un acordeonero, interpretara en estudios una canción a dúo con un colega, o que un músico hiciera parte de su producción musical, o pertenecer a la nómina de lujos de una casa disquera, formaban el sueño, la meta y el logro más importante dentro de la música vallenata en Colombia.
Las expresiones “Me grabó Diomedes, nojoda” o “Grabé con Diomedes, carajo” eran comparables a recibir el título académico más alto que podría recibir un profesional.
Afortunados fueron Iván Zuleta, Omar Geles, Juan Mario De La Espriella, Peter Manjarres, Cocha Molina, Franco Arguelles, Fabián Corrales, Tito Castilla, Tico Rojano, Martín Elías, Diomedes Dionisio, Jorge Celedón, Luis Egurrola, Oscar Cantillo, Miguel Herrera y todos los que pasaron por esta prestigiosa universidad para recibir su título.
Posdata: Mientras escribía este artículo que me nació del alma, escuchaba las canciones del inmortal Diomedes Díaz, las de fiesta vallenata.
Antonio José De León “Toño Cacique”
@AntonioJDeLeon
1 Comentarios
Y Diomedes no aceptaba de grabar con cualquiera...
Le puede interesar
Las dos hermanas
Allá en San Diego de las flores, donde la familia era conocida por su apellido raizal, ya en tiempos de mozalbetes, la pareja fue ...
La piragua no era de Cubillos
A mí también me lo contaron, me lo contó mi abuela Carmen Cristina hace mucho tiempo. Después me lo contó Camilo, quien lleva el n...
La triste niñez de la pandemia
Lo dijo mi amiga Susana: “Cuando vemos a diario a los niños, no alcanzamos a percibir cuánto ha cambiado su comportamiento. Est...
Guatapurí, una historia que quiero que vivan mis hijos
Un 25 de abril, víspera del Festival Vallenato, del año 96, madrugué para hacer mis ejercicios matutinos. La luna atestiguaba como a...
Ensalada de dulce
¿Si ya existe la limonada de coco, porque no la ensalada dulce? Mezclar es la clave, los alquimistas de la antigüedad lo soñaron y l...