Opinión

Recordando a Tobías Enrique Pumarejo

Rodolfo Quintero Romero

16/12/2014 - 05:30

 

El sol de los venados agonizaba cuando cansados de jugar fútbol en la plaza Alfonso López nos sentamos en la arena bajo el famoso “Palo e´ mango”. De pronto, las notas de un acordeón llegaron a nuestros oídos y entonces constatamos incrédulos que la fiesta donde el doctor Pavajeau no había terminado aún.

En medio de la algarabía que tenían los parranderos y la bulla que hacían la guacharaca y la caja, oímos una voz que cantaba: “callate corazoncito, callate no digas nada”, inmediatamente Papingo Valle gritó: “Ese es Don Toba” y, como si fuera un grito de guerra, todos salimos volando hacia el lugar de la parranda.

Yo era de los más pequeños del grupo y llegué de último. Todavía recuerdo la fuerte impresión que me causó ver a un hombre alto, blanco, de cara larga y cuello colorado, que emocionado y de pie tocaba el acordeón con tanto brío y entusiasmo que pregunté sorprendido: ¿Quién es ese cachaco que está tocando? Alguien que también estaba observando respondió sin mirarme: “Qué cachaco ni que ná. Ese es Alberto Pacheco de Barranquilla”.

Alegre, Don Toba seguía cantando el merengue en cuyos versos describía otra de sus despedidas memorables. Esta vez no era de las muchachas y sabanas patillaleras sino de su hermano Don Tito y de “El Otoño y El Amparo”, famosas fincas copeyanas. De repente y cuando todos pensábamos que había cantado todas las estrofas, Don Toba le hizo una seña a Pacheco y comenzó a improvisar:

“La leche se ha puesto cara / como la sopa también / Valencia es mala cuchara / mejor es la de Fidel”. La gente gritaba y aplaudía loca de emoción. Volvió Pacheco con la melodía y entró de nuevo Don Toba con la sonrisa en la boca: “Coltejer y Fabricato / venden las telas muy caras / por estar cazando patos / Valencia es mala cuchara”.

Hubo más versos echándole vainas a Guillermo Valencia y flores a López Michelsen, a la sazón jefe del MRL, movimiento revolucionario liberal, a quien Don Toba y muchos vallenatos seguían con fervor y pasión. Mi memoria solo recuerda esas dos primeras estrofas.

Era el año 1964, Colombia vivía los estertores de la violencia partidista y los inicios del Frente Nacional. El presidente Valencia gobernaba en medio de una ola de huelgas, paros cívicos y protestas contra la carestía y los pésimos servicios públicos. La Cuba de Fidel se veía como una esperanza de justicia y democracia. López incitaba: “Pasajeros de la revolución: subid a bordo”.

Con nostalgia evoco esa época bella cuando los compositores vallenatos no solo le cantaban a la naturaleza, los amigos y a sus mujeres sino que también vivían atentos al acontecer político, económico y social del país, el cual reflejaban en versos pícaros y castizos. No había espacio para la vulgaridad, la ordinariez, ni para el “Glu, glu, glu”, mucho menos para “La yuca y la tajá.”

 

Rodolfo Quintero Romero

rodoquintero@yahoo.com

Sobre el autor

Rodolfo Quintero Romero

Rodolfo Quintero Romero

Causa común

Rodolfo Quintero Romero. Agrónomo. Máster en Economía, especialista en Derecho del Medio Ambiente y Profesor Universitario. Su columna nos invita a conectar con la actualidad cesarense y entender los retos a enfrentar para lograr un crecimiento sostenible y duradero en el departamento.

@Rodoquinteromer

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Almas en libertad

Almas en libertad

  “Cuando le pregunté a Isabella (La hija): “Cuál de todas estas obras se parece más a Yarime (La Madre)?” Ella dijo sin d...

Llamado de atención a los festivales vallenatos

Llamado de atención a los festivales vallenatos

  En una columna reciente expuse con detalles y pruebas cómo muchos festivales vallenatos vienen pecando de excesivo localismo, al p...

Rescatemos el vallenato de mensaje

Rescatemos el vallenato de mensaje

Son varios los estudiosos de nuestro folclor quienes afirman que la gran ventaja que le lleva la música vallenata a otros géneros del...

Ecos gubernamentales en el túnel de La Línea

Ecos gubernamentales en el túnel de La Línea

En el ámbito ciclístico nacional y en las apoteósicas vueltas a Colombia de antaño, siempre serán de grata recordación los narrad...

La Paz, bajo guerra psicológica

La Paz, bajo guerra psicológica

La inmensa mayoría de los colombianos celebramos los avances del proceso de paz, soñamos con el desescalonamiento del conflicto arm...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados