Opinión

Una anécdota de Diomedes en el Instpecam

José Atuesta Mindiola

03/06/2015 - 06:10

 

Diomedes Díaz La telenovela es un formato de ficción de corte sentimental, continuo y entrelazado, personajes estables y un  manejo gradual de la expectativa. Aunque desarrolla una historia, y presente personajes reales o los mismos personajes auténticos haciendo el papel de sí mismo, muy cercano al estilo del documental, siempre pertenece al campo de la ficción.

Desde esta perspectiva fue  concebida por RCN  ‘Diomedes el Cacique’. Pero hay que sumarle, otro factor,  es un producto comercial. Las cosas comunes no son interesantes para el consumo; se vende  lo prohibido, lo escandaloso, lo sensual. Lo que llame la atención.

La novela tiene alta sintonía, y entre los televidentes genera diversas opiniones. Algunos se manifiestan en desacuerdo por ciertas escenas y sugieren que deben darle más trascendencia  al talento  y a las bondades que dignificaron la vida del artista. Otros afirman que todo paraíso tiene su serpiente,  y por eso creen que es necesario mostrar al  artista con sus virtudes y defectos. El  esplendor de su grandeza y la penumbra de su ocaso. La debilidad humana frente a las tentaciones: mujeres fáciles dispuestas a seducir al ídolo y amigos de papel que le inducen al laberinto del alcohol y la droga. 

La novela es una propuesta de homenaje  a la música vallenata, y a su ídolo más grande de todos los tiempos. Además, ha servido para descubrir actores naturales, entre  ellos: el cantante Orlando Liñán, protagonista de Diomedes joven y adulto. La revelación, Juan Bautista Escalona, Diomedes niño.  El rey vallenato Juan José Granados, en el papel  de Náfer Durán. 

A raíz de la novela surgen innumerables anécdotas que merecen ser conocidas. Una de ellas en su época de estudiante en Valledupar. En el Técnico Industrial Pedro Castro Monsalvo (Instpecam), Diomedes cursa sus primeros años de bachillerato, como lo registran los libros de matrícula: en 1973, grado primero, jornada de la mañana, folio 57; y en 1974, grado segundo, folio 165.

La anécdota curiosa es narrada por el docente Ventura Alvarado: “En 1974, Diomedes  cursaba segundo grado y  yo estaba en cuarto, pero ambos estábamos en el taller de ebanistería.  Diomedes, que se la pasaba cantando, improvisó unos versos picarescos que provocaron aplausos; yo, que estaba cortando una alfajía en la sierra eléctrica, me descuidé y la sierra me cercenó un  dedo de la mano izquierda. En ese entonces,  la sede del Instepcam era donde hoy es La Escuela de Bellas Artes”. 

“Recuerdo que Diomedes, Luis Guillermo Morales y otros estudiantes me llevaron en hombro al Hospital Rosario Pumarejo. Desde entonces me falta un dedo, y por eso  jocosamente algunos me llaman ‘el dedo de Diomedes’”.

Y agrega: “Luis Guillermo Morales,  era acordeonero y acompañaba a Diomedes en algunos actos culturales. En el concurso de la voz estudiantil en el Colegio Loperena, en el que también participó Rafael Orozco, Diomedes fue en representación del Instpecam. En el Instpecam también estudiaba Jorge Quiroz, quien fuera el primero en grabarle canciones al Cacique”.   

 

José Atuesta Mindiola

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

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