Opinión

Administraciones paralelas

Diógenes Armando Pino Sanjur

12/08/2015 - 05:05

 

Cuenta la historia que en un país muy lejano existían dos municipios de un departamento que eligieron sus burgomaestres y, por casualidad de la vida, estos personajes se conocían y pertenecían al mismo partido político, ellos encarnaron la voluntad de un pueblo de cambiar la historia y permitir que la administración municipal devolviera la inversión que permitiera el bienestar de sus habitantes.

La ilusión y esperanza de sus pueblos era inmensa, la expectativa por la gestión acrecentó el fervor popular por la decisión tomada y los aires de cambios recorrieron cada rincón de la municipalidad, en el centro urbano más grande el mandatario derrochó sencillez y humildad, lo que le permitió conocer y vivir de primera mano las verdaderas necesidades de sus gobernados, mientras tanto, su colega se sumergió en su ego, arrogancia y prepotencia que le impidió entender la problemática de su comunidad.

Como era de esperarse, el burgomaestre que no dejó que su ascenso al poder lo obnubilara, en su administración trabajó en obras de vital importancia como el mejoramiento de la educación, salud, vías, saneamiento básico, vivienda, recreación e infraestructura que catapultó a su municipio al progreso, desarrollo y bienestar de su gente. Con su gestión, el gobernante se ganó el aprecio, apoyo y respeto de la gran mayoría de sus dirigidos.

En cambio, la dirigente que se dejó deslumbrar por el poder, su administración entró en un letargo donde la inversión y las obras no afloraban, su testarudez no permitía que su equipo de gobierno tomara decisiones que fueran en beneficio de su comunidad. Transcurrido un tiempo, su administración comienza a construir obras de poco impacto social y con serios inconvenientes de infraestructura, lo que no permite que su gente alcance el bienestar y mejoramiento de sus condiciones de vida que tanto añoraba y deseaba.

Por ello a las puertas de cerrar su gobierno, el alcalde humano goza de la simpatía y agradecimiento de su pueblo, mientras que el gobernante que se creyó un deidad goza del repudio y desaprobación de su gente, tanto que mientras el primero recibe la solidaridad y aprecio de su comunidad en los momentos más difíciles de su gestión, el segundo recibe críticas y censura en los momentos de más lucidez de su gobierno.

Las vidas paralelas de estos mandatarios nos enseñan que el gobernante debe convertirse en un trabajador más de su gente, en el servidor de todos, que la responsabilidad depositada por el pueblo no es motivo para presumir y rebajar al pueblo que lo eligió, por el contrario  debe investirse de humildad para conocer las necesidades de su gente, porque solo así podrá proyectar una solución real y efectiva de la problemática que los aqueja.

Los servidores públicos olvidan que llegan a los cargos a servir, olvidan que se deben al pueblo que los eligió, creen que el pueblo es el que les debe subordinación y veneración, olvidándose que su gobierno no es eterno, es pasajero y que la voluntad del pueblo puede castigar o premiar su gestión.

Por eso cuando llegan nuevamente las elecciones creen hipnotizar a la gente para que olvide todo su mal proceder y pretenden que el pueblo apoye la continuidad de su nefasto gobierno, para ello utilizan las finanzas municipales para comprar conciencia, a diferencia de aquel que actuó a conciencia y centrado en su gente quien recibe su beneplácito para darle continuidad a su proyecto.

 

Diógenes Armando Pino Sanjur

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Sanjur

Diógenes Armando Pino Sanjur

Tamalamequeando

Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

En el Día de la Mujer, imaginemos un planeta 50/50

En el Día de la Mujer, imaginemos un planeta 50/50

El 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, esta es una fecha emblemática, donde se exaltan  los logros alcanzado...

Editorial: Respaldemos el teatro del Cesar

Editorial: Respaldemos el teatro del Cesar

En los últimos años, los actores y teatreros de la Universidad Popular del Cesar se han convertido en uno de los mayores orgullos de ...

La transición Electricaribe-Afinia

La transición Electricaribe-Afinia

El día 1 de octubre de 2020, en la ciudad de Valledupar ”Capital mundial del vallenato”, muchas personas consideraron dicha fecha ...

Los cuatro fantasmas de la oligarquía

Los cuatro fantasmas de la oligarquía

  Desde que se produjo la oportuna y certera caída del desprestigiado régimen conservador en 1930, después de permanecer en el G...

El ego que insiste y no desiste

El ego que insiste y no desiste

“El egoísmo social es un comienzo de sepulcro”, Víctor Hugo. En los últimos meses he leído noticias que inspiran el título de...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados