Opinión

Celebremos, pero mesuradamente

Jorge Nain Ruiz

04/12/2015 - 04:00

 

Los Niños del Vallenato del Turco GilAlgunos sacaron los bombos y platillos, o mejor la caja, la guacharaca y el acordeón para celebrar el hecho de haber obtenido, después de mucho sacrificio por parte de un buen número de “quijotes” o gestores culturales como se les denomina ahora, sumado al trabajo de las autoridades culturales del País, el tan anhelado apoyo por parte del Comité Intergubernamental de Patrimonio Cultural Inmaterial de  la UNESCO al incluir la música vallenata tradicional del Magdalena Grande en la selecta lista de Patrimonio Cultural Inmaterial en necesidad de salvaguardia urgente.

Lo primero que debemos afirmar categóricamente es que lo que hay que salvaguardar y cuidar como un tesoro, porque se encuentra en grave peligro, es el vallenato tradicional, es nuestra ancestral tradición oral, la autoctonía; no es la musica de acordeón la que está en peligro. Ustedes ya saben que no todo lo que se interpreta con acordeón es vallenato, tampoco a todo lo que muchos han denominado vallenato es al que se refiere la salvaguardia, precisamente porque buena parte de estas expresiones son los potenciales victimarios del vallenato que se pretende proteger.

En nuestro País ya hubo otro género musical incluido en esta lista de patrimonio inmaterial de la UNESCO y no es precisamente de aquellos que se conocen y se degustan en todo el territorio nacional y mucho menos con ambiciones de internacionalizarse. Esa protección ya se le había otorgado a las músicas de Marimba y los cantos tradicionales del Pacifico colombiano, que se encuentran aún en grave peligro de extinción; si la UNESCO acogió nuestras súplicas en el sentido de tomar medidas para proteger nuestras raíces culturales musicales es porque consideró que es real el peligro, que es latente e inminente la amenaza, que el mundo debe ponerse en pie de alerta y que se deben tomar medidas urgentes y contundentes.

Cuando un enfermo está muy grave o cuando un edificio amenaza ruina y llega el médico o el restaurador, uno se debe alegrar, pero no debe cantar victoria, porque ello no significa que el enfermo se va a salvar ni que el edificio se va a reconstruir, pero ya es una voz de aliento, ya hay una esperanza; es eso lo que debemos festejar, pero con mesura, con tranquilidad; no es como si nos hubiéramos ganado un premio Internacional entre los géneros musicales del mundo.

No puedo cerrar estas líneas sin darle el merecido aplauso y felicitaciones a todos esos hombres y mujeres que llevaban ya casi un lustro detrás de este objetivo casi quimérico y hoy pueden decir que es un sueño hecho realidad, pero los invito a no desfallecer ya que ahora viene lo más duro que es hacer que las medidas para la protección no sean un saludo a la bandera.            

 

Jorge Nain Ruiz

@JorgeNainRuiz 

Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz

Jorge Nain Ruiz

Vallenateando

Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.

@jorgenainruiz

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Que el interés general prime antes del interés personal en Colombia

Que el interés general prime antes del interés personal en Colombia

  En un recorrido reciente entre los departamentos del Cesar y Bolívar, más que maravillado por la exuberante biodiversidad que ofr...

Valledupar y Santa Marta: dos formas de ver el patrimonio cultural

Valledupar y Santa Marta: dos formas de ver el patrimonio cultural

Hay una gran diferencia entre Santa Marta y Valledupar y, aún cuando odio las comparaciones, me permito anotárselas. Esto es históri...

Maestro Palmera, quedé esperándolo en sucesiones

Maestro Palmera, quedé esperándolo en sucesiones

  Hablar de Jesús Alberto “El Chuni” Palmera, es hablar de un hombre vertical, de convicciones claras, es hablar de academia, ...

Las mujeres como actoras emergentes de la política en Colombia

Las mujeres como actoras emergentes de la política en Colombia

  La lucha de las mujeres por ser actoras políticas en Colombia inició hace muchos años y lo cierto es que no existe democracia ...

El Samuel Martínez, un festival que sí paga

El Samuel Martínez, un festival que sí paga

Parece que fue ayer, cuando un puñado de entusiastas jóvenes nacidos en la Loma de Potrerillo Cesar, nos dimos a la tarea de crear ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados