Opinión

Al vaivén de la noticia

Diógenes Armando Pino Ávila

18/03/2016 - 06:20

 

Después de la tormenta noticiosa que se llevó por delante al general Palomino y cuyo coletazo final acabó con una de las intocables, con ínfulas de «infalible» Vicky Dávila, sobrevino en este país de discusiones y de sabios para todos, la polémica de los policías gais de alto rango y se dividía la opinión entre los moralistas que le condenaban y otros de pensamiento moderno que sostenían que no había problemas pues ellos tenían derecho a elegir su propia preferencia sexual y que el caso denunciado por Vicky Dávila era un vídeo donde conversaban dos hombres adultos, profesionales y lo hacían libre y voluntariamente sin coacción ninguna, en fin, la discusión termina, y con razón, culpando a la periodista por publicarlo.

Más adelante, y como es su costumbre, el senador Uribe enciende el reverbero con declaraciones en la corte interamericana de Derechos Humanos, arguyendo persecución política a la oposición de parte del señor Fiscal y el presidente Santos, el país sabe, ya lo tiene adivinado, que está a punto de ocurrir alguna acción penal contra él o su entorno cercano, y en efecto, capturan a Santiago Uribe su hermano, por supuestos vínculos con el grupo paramilitar de Los doce apóstoles. Días después trina furibundo en Twitter, en esta etapa su arma preferida, que la Fiscalía General de la nación capturaría al excandidato de su partido Oscar Iván Zuluaga quién días después, y como es costumbre en el uribismo, abandona al país. Mientras que Tomás y Jerónimo Uribe, atizan el fogón con declaraciones candentes sobre un posible sonsacamiento de parte de la Fiscalía a un mafioso preso, alias El Chatarrero, para que declare en contra de ellos que fueron sus socios en ese negocio tan lucrativo de compra de basuras e inservibles.

Paralelo a todo esto corre la noticia del desabastecimiento energético en el país, producto del fenómeno del Niño y que, finalmente, le costó la cabeza al Ministro de Minas y Energía Tomás Gonzales por no haber tomado medidas correctivas o preventivas a tiempo, lo que ha puesto al presidente Santos a dar reportes diarios del ahorro de energía que estamos haciendo los colombianos. A todas éstas muy pocas voces hablan del seguro para protegernos del desabastecimiento energético que pagamos los colombianos y que sumados da cifras que marean en miles de millones de pesos colombianos.

Finalizando la semana sale a relucir que Luis Bedoya de la Federación colombiana de futbol le birló a dicha federación una módica suma de alrededor mil seiscientos millones de pesos, pero eso a los amantes del futbol no les interesa, ellos están ocupados en lanzarse diatribas en las redes y los más desadaptados se distraen apuñalando a los hinchas de los otros equipos en las calles de las capitales del país.

Para cerrar la semana previa a la que conmemora El Triduo Pascual, se alborota el avispero con la guerra entre los conductores de los taxis tradicionales y los conductores del sistema Uber, en ambos casos humildes colombianos que ganan míseros salarios y soportan extenuantes jornadas de trabajo manejando en una carrera contra la muerte en las calles de la capital, mientras que sus patrones en mullidas poltronas ven en la televisión la gresca y los trancones que provocan en Bogotá.

También, para colmo de males, aflora la tormenta política y la rebatiña de poder entre el partido de La U y la godarria peleándose la pitanza putrefacta que dejará Ordóñez en la Procuraduría. Ya la defensoría del Pueblo y La Fiscalía parece que están asignadas a otros partidos.

Para cerrar con broche de oro el 17 de marzo se dio el paro nacional, convocado por las centrales obreras y grupos de izquierda, como un abrebocas para exigir reivindicaciones sociales y salariales. A pesar de todo, los colombianos seguimos sosteniendo que somos el país más feliz del mundo, y cómo no decirlo, si siempre tenemos un tema caliente para distraernos.

 

Diógenes Armando Pino Ávila 

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Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

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